La violencia de género es un fenómeno complejo y tiene muchas caras. Va más allá de los límites del abuso físico y emocional, que suele recibir mayor atención en discusiones y medios de comunicación. Entre las formas menos visibles pero profundamente perjudiciales de violencia de género se encuentra la violencia de género económica. Este tipo de violencia se manifiesta cuando una persona ejerce control y restricciones sobre los recursos financieros de su pareja, limitando significativamente su autonomía y capacidad para tomar decisiones.
El conocimiento y reconocimiento de la violencia de género económica son cruciales para combatirla eficazmente. La falta de consciencia sobre su existencia y sus manifestaciones puede hacer que muchas personas sufran en silencio sin saber a qué se enfrentan o cómo buscar ayuda. Por ello, es importante saber qué es y explicar los síntomas que pueden indicar que alguien está siendo víctima de este tipo de abuso.
¿Qué es la violencia de género económica?
La violencia de género económica es una forma de abuso que, aunque menos evidente que el maltrato físico o emocional, posee un impacto profundo y a largo plazo en las víctimas. Este tipo de violencia ocurre cuando uno de los integrantes de la relación ejerce poder y control sobre los recursos económicos del otro, limitando su capacidad para adquirir, usar y mantener recursos financieros independientes. El abuso económico se manifiesta en diversas formas y puede ser sutil o explícito. Depende de las circunstancias y la dinámica de la relación.
Características de la violencia económica:
- Control de los recursos financieros: Esto puede incluir situaciones donde el abusador controla todos los ingresos y gastos del hogar, decide unilateralmente cómo se gastará el dinero, y limita el acceso de la pareja a cuentas bancarias o a cualquier información financiera.
- Sabotaje de la independencia laboral: Un aspecto común de la violencia económica es el sabotaje de la carrera profesional de la pareja. Esto puede tomar la forma de presión para que deje un empleo, restricciones para buscar o aceptar trabajo, o conductas que interfieren directamente con el empleo o las oportunidades de educación.
- Generación de deuda o compromisos financieros no consentidos: En algunos casos, el abusador puede tomar créditos, realizar compras grandes o acumular deudas significativas en nombre de su pareja sin su consentimiento o conocimiento.
- Manipulación económica mediante coerción o engaño: Esto incluye tácticas para manipular o engañar a la pareja sobre asuntos financieros, como ocultar activos o ingresos, mentir sobre gastos o forzar a la pareja a firmar documentos financieros sin proporcionar la oportunidad de leerlos o entenderlos completamente.
Es crucial distinguir esta forma de violencia de género de la gestión financiera normal en una pareja. Mientras que la administración de las finanzas puede ser una decisión mutua y consensuada, la violencia de género económica implica una falta de equidad. Hay un individuo que ejerce control total y deja al otro vulnerable y sin opciones. No se trata de una cuestión de eficiencia financiera. Es una cuestión de poder y control.
Esta forma de violencia es particularmente insidiosa porque puede ser invisible para los externos. A menudo, incluso para la víctima, que puede no ser consciente de que está siendo manipulada o controlada económicamente. La falta de visibilidad hace que la violencia de género económica sea difícil de detectar. Y, por lo tanto, de combatir.
Síntomas de que estás sufriendo violencia de género económica
Reconocer los síntomas de la violencia de género económica es fundamental para poder intervenir y buscar soluciones. A menudo, los signos no son inmediatamente obvios y pueden confundirse con problemas financieros comunes en las relaciones. Sin embargo, hay ciertos patrones de comportamiento y situaciones que, cuando se presentan repetidamente, pueden indicar la existencia de abuso económico. A continuación, describimos los síntomas más comunes y ofrecemos ejemplos de cómo estos pueden manifestarse en la vida diaria.
Control completo sobre las finanzas:
Una de las señales más claras de violencia económica es cuando una parte de la relación asume el control total sobre todos los aspectos financieros, sin compartir información ni permitir participación alguna al otro:
- No tienes acceso a las cuentas bancarias comunes o personales.
- Tu pareja maneja todos los ingresos y gastos, y te asigna una “mesada” sin derecho a discutir su monto o cómo se utiliza el resto del dinero.
- Se toman decisiones financieras importantes, como la compra de un automóvil o una propiedad, sin tu consentimiento o conocimiento previo.
Sabotaje laboral y educativo:
El sabotaje laboral y educativo es otro indicador claro de violencia económica. Esto puede ocurrir de varias maneras:
- Tu pareja te desalienta o te impide activamente buscar trabajo o ascender en tu carrera.
- Se interfiere en tus oportunidades educativas mediante críticas, ridiculización o imposición de barreras para que no asistas a clases o capacitaciones.
- Se producen escenas o conflictos antes de eventos laborales importantes o exámenes, afectando tu rendimiento y reputación profesional.
Imposición de dependencia financiera:
La creación de una dependencia financiera es una técnica común en la violencia de género económica. Algunas manifestaciones incluyen:
- Te ves obligado a depender exclusivamente de los ingresos de tu pareja debido a restricciones impuestas sobre tus oportunidades de ganar dinero.
- Se utiliza el dinero como medio de control y manipulación, condicionando tu comportamiento a la recepción de recursos financieros.
Uso de deudas como medio de control:
Manipular las deudas y los compromisos financieros para mantener a la pareja en una posición vulnerable es otra estrategia de abuso:
- Tu nombre se utiliza para contratar préstamos o realizar compras sin tu consentimiento.
- Te mantienes en la oscuridad sobre el estado de las deudas acumuladas que te afectan directamente.
Estos síntomas, entre otros, son indicativos de que podrías estar experimentando violencia de género económica. Es crucial que, al identificar uno o más de estos signos, consideres buscar ayuda profesional. Organizaciones dedicadas al apoyo de víctimas de violencia de género pueden ofrecer asesoramiento legal y financiero, y proporcionar recursos para recuperar la independencia y seguridad económica.