La historia de Juana Rivas ha vivido siempre entre la magistratura italiana y la española con dos ritmos, y dos interpretaciones, casi antagónicas. Ahora el Tribunal Supremo italiano, la Corte di Cassazione, acaba de anular, tras acoger el recurso de Rivas, la sentencia de la Corte de Apelación de Cagliari, en Cerdeña, que había negado la custodia del hijo menor a Juana Rivas que seguía viviendo con su padre, Francesco Arcuri, en Italia.
Mientras tanto, el hijo mayor había sido concedido a la madre de forma definitiva en 2023 y se había trasladado a España. Algo que había separado a ambos hermanos y había impuesto, según explica la defensa de Rivas, limitaciones en los encuentros del hijo que había permanecido en Italia.
El interés superior de los niños
En la sentencia la Cassazione observa, nombrando la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, “que ha faltado un análisis en profundidad sobre el interés superior de los niños, que representa el criterio fundamental sobre el que se basa toda decisión sobre la custodia”, dice la nota de prensa de los legales de Juana Rivas. Por esta razón, añade siempre la nota, se pide a la Corte de Apelación de la ciudad de Cagliari, con una diversa composición, que se pronuncie de nuevo tras una valoración más amplia de la situación de los menores.
Juana Rivas durante la celebración del juicio (EFE)
Como explica para Artículo14 la abogada de Juana Rivas en Italia, Ada Marseglia, en la sentencia de primer grado del Tribunal de Cagliari se había decidido que la custodia de ambos hijos fuese para el padre, con el que convivían desde 2017, considerando a la madre no idónea. Solo consiguieron que el mayor pudiese ir a España y vivir con la madre desde 2022, decisión que se confirmó con una sentencia de 2023 que establecía el traslado definitivo.
Pero, el otro hijo, el menor, seguía en Italia y la custodia seguía asignada al padre, una condición, que según confirma la abogada Marseglia, impedía prácticamente que ambos hijos se viesen y dificultaba las visitas de la madre que debían ser siempre en Italia, en la ciudad de Cagliari, con al menos 10 días de aviso previo.
El impacto mediático del caso Juana Rivas
El llamado caso Juana Rivas se hizo de dominio público cuando en 2016 volvió a España, desde Italia, donde vivía, con sus dos hijos menores de edad y denunció a su marido por violencia de género, que había sido ya condenado en 2009 por un delito de lesiones en el ámbito familiar. En julio de 2017 tras no atender el requerimiento judicial de entregar los niños a su padre, desapareció durante un mes. Fue, por esa razón, condenada por sustracción de menores a 5 años de cárcel, una pena reducida tras el indulto parcial del Gobierno concedido en 2021. Mientras en España la historia de Juana Rivas con la justicia se cerraba con esta decisión, en Italia, durante todo este tiempo ha mantenido la lucha por la custodia de sus hijos.
Las contradicciones de la Justicia
En el país transalpino el proceso civil ha seguido siendo protagonista desde que la sentencia provisional en 2017 y luego la firme en 2019 habían determinado que la custodia de ambos hijos debía ser para el padre, Francesco Arcuri. Una decisión de la Justicia italiana que había generado siempre grandes contradicciones, debido a que existía, aunque en la justicia española, una condena por malos tratos a Arcuri. Aspecto que en España, por ley desde el año 2021, impediría completamente que los hijos pudiesen estar bajo la responsabilidad del padre. Además, a cargo de Arcuri existe aún un proceso penal pendiente en Cagliari.
La abogada Marsiglia es cauta porque falta aún que la Corte de Apelación de Cagliari se pronuncie de nuevo tras la petición del Tribunal Supremo, pero es positiva sobre la resolución porque el Tribunal Supremo ha reconocido que la valoración sobre la custodia no había sido la adecuada, algo que desde la defensa han defendido durante todo este tiempo. Por esta razón, la decisión conocida a última hora del miércoles, le parece un logro “después de todo lo que hemos luchado”.