Amal había denunciado a su marido. Había hecho todo lo que el sistema le pide a las mujeres que sufren maltrato que hagan. No debió ser fácil, pero aun así tomó la decisión de contarlo y ponerse en manos de las instituciones. Era una víctima especialmente vulnerable, le atravesaban varios indicadores de riesgo. Amal era extranjera, no hablaba bien el idioma ni poseía un gran conocimiento de cómo funcionan nuestras leyes ni nuestros servicios públicos; vivía en un pueblo de menos de 7.000 habitantes y tenía dos hijos a su cargo. Todos esos factores influyen de cara enfrentarse a la violencia. Además, su a la postre asesino, se saltó varias veces las órdenes de alejamiento. No con una llamada o un encuentro por la calle, si no que se colaba en la vivienda donde vivía con los pequeños. Más de una vez. No solo eso, su ex pareja había verbalizado que la iba a matar, había hecho públicas esas amenazas a terceros. Con todo esto, ni los agentes encargados de su caso, ni el sistema VioGén, el algoritmo que fija los criterios de riesgo, consideraron que su vida corriese peligro. Se equivocaron. El pasado viernes su marido la asesinó a ella y a sus dos hijos y se fue a beber cervezas a un bar.
Riesgo extremo solo el 0, 02%, alto el 1,58%
Si el sistema no identificó todos esos indicadores como de riesgo alto o extremo, ¿qué circunstancias se consideran de peligro o peligro inminente? Parece ser algo extraordinario valorar a una víctima de riesgo extremo, de las 89.464 mujeres inscritas en el sistema VioGén en mayo solo 19 obtuvieron una valoración donde se temía por su vida, lo que supone tan solo el 0,02 por ciento del total. Cuando las autoridades establecen ese nivel la víctima está protegida por varios agentes dedicados a la seguridad de la mujer las 24 horas del día y por turnos.
El riesgo alto tampoco es muy común. De las 89.464 mujeres en VioGén solo 1.420 estaban en mayo clasificadas como riesgo alto, un 1,58 por ciento del total. En riesgo medio se contabilizan 13.560, es decir un 15, 1 %. Sin embargo, el riesgo bajo es el más numeroso: 39.645 víctimas, un 44,3% . En 34.820 casos no se apreció riesgo, un 38,92 por ciento.
Es un sistema predictivo, pero no es magia
La inspectora Jefa de la UNAM, la unidad de la Policía Nacional, Elena Palacios, explicaba a Artículo14 en una entrevista cómo funcionaba el sistema VioGén. “Metemos los casos denunciados en la aplicación, los hechos conocidos. Se introduce en este sistema el atestado policial, lo que nos dice la víctima, lo que nos han contado los testigos, lo que sabemos del agresor. El policía encargado de la protección de la víctima, va cumplimentando una serie de ítems. Hay varios indicadores. Es un método muy estudiado, un método científico que está auditado. Aún así, podemos tener una valoración de riesgo no apreciado y vemos como luego han asesinado a la víctima. Es predictivo, pero no es magia”, aseguraba.
Las jueces y las asociaciones piden más policías
La asociación de Mujeres Juristas Themis se quejaba estos días en declaraciones a Efe de que eran pocas las mujeres catalogadas con riesgo extremo y pedía un aumento de efectivos para proteger a las víctimas. “No se hace un seguimiento extenso de las órdenes de protección. Hay muy pocas víctimas con riesgo alto y hay muchas a las que se asesina incluso estando dentro del sistema VioGén y teniendo una orden de protección”. Themis reclamaba que se hicieran revisiones de la valoración del riesgo con mayor frecuencia y más medios humanos para hacer un seguimiento de las víctimas porque al 90 % de las víctimas, el seguimiento que se hace es acompañarlas a los juzgados o llamarlas por teléfono, pero no es un seguimiento constante como para que estén realmente protegidas”.
Incluso con riesgo alto el sistema no parece afanarse en protegerlas. Hace unos días contamos la historia de una víctima catalogada como riesgo alto que fue a denunciar un quebrantamiento de la orden de alejamiento y como el puesto de la Guardia Civil solo abría por las mañanas, la mandaron para casa. Hoy su riesgo se ha elevado a extremo.
Las asociaciones de víctimas llevan tiempo pidiendo más efectivos dedicados a la protección de las víctimas. Ana Bella, de la fundación que lleva su nombre, asegura que los agentes no dan abasto. “Hay policías que se encargan de más de cien mujeres, es imposible que las protejan porque no tienen tiempo material”, advierte.
No se conoce el algoritmo que determina el riesgo
La ex delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell advertía esta misma semana en Artículo14 que “nunca se ha hecho público cuál es exactamente el algoritmo que determina el riesgo en el sistema VioGén. Nosotras, desde la la delegación, desde el Ministerio de Igualdad, sí que decíamos que ese algoritmo no está claro que tenga perspectiva de género en el sentido de que existen cuestiones que incrementan el peligro, como el embarazo y tener hijos que creemos que no figuraban como factores de riesgo”, advierte.
Rosell cree que VioGén tiene margen de mejora y que además de cuestiones objetivas se deberían introducir entrevistas con todos los implicados en esa situación de violencia desde los protagonistas: víctima, agresor, hijos, los compañeros de trabajo, los profesores. En definitiva, el entorno en su conjunto. “Si solo miras un trozo del paisaje, no te da la foto completa y se trata precisamente de valorar el riesgo. Al fin y al cabo, es un algoritmo de predicción, cuántos más datos le introduzcas, mejor. Hay todavía mucho que trabajar sobre todo en el riesgo de la infancia.