Indefensión

“Si una joven publica siempre fotos sola cierto tipo de personas pueden detectar su vulnerabilidad e ir a por ella”

La escritora Lola Cabrillana publica 'Vulnerables', su cuarta novela, donde aborda la violencia digital en la adolescencia, el peligro de las redes sociales y lo que supone confiar en quien no debes

La propia Lola Cabrillana no sabe dónde empieza la maestra y dónde la escritora. Son inseparables y de esas simbiosis surgen sus novelas que siempre esconden una enseñanza. Da clases de infantil y reconoce que aprende más ella de los pequeños que al revés. Presenta ‘Vulnerables’, su última novela donde se mete en la piel de tres adolescentes que sufren violencia digital, como la propia Lola. A pesar de ser un fenómenos en redes y en ventas, Cabrillana reconoce que en su casa, cuando están en familia, el móvil desaparece y se centran solo en compartir tiempo y amarse.

‘Vulnerables’ es su cuarta novela. ¿Se acostumbra una a presentar una obra? ¿Tiene menos nervios?

Pensaba que la primera novela iba a ser con la que lo iba a pasar peor, pero que va. Cada vez que te enfrentas a un nuevo libro te enfrentas a un nuevo reto porque no sabes la respuesta que va a tener el público. Aunque ya tiene un camino ganado, claro, porque ya sabes que hay gente que la está esperando, que es también muy bonito.

La obra es algo distinta a las anteriores. ¿Cómo surgió la idea?

La idea surge por mi hermana, que es la que sufre una de los temas que pasan en la novela, no quiero hacer spoiler, pero de ahí viene. Me dijo que deberíamos de contar su historia para que nadie la volviera a sufrir. Y ese es el punto de partida. En una historia real.

En su nueva novela Lola Cabrillana aborda la violencia digital
Carmen Gallego

Se ha centrado en tres adolescentes. ¿Cree que las mujeres jóvenes de hoy en día se enfrentan a una serie de problemas distintos a los de otras generaciones?

Creo que la diferencia está en que cuando nosotras nos enfrentábamos a los problemas, llegabas a casa y tenías paz, tenías tranquilidad, porque se acababa la cosa, se acababan los problemas con los compañeros. Ahora no, ahora llegas a casa y sigues teniendo las redes sociales y en ellas esa réplica del problema. Y eso pues es duro y afecta muchísimo a adolescentes, claro que sí.

Toca el tema de la violencia digital, que es algo que sufres a diario, ¿cómo se lleva ser diana del odio?

No te acabas de acostumbrar, porque cuando recibes tanto odio gratuito hay veces que lo no lo canalizas bien. No sabes cómo gestionarlo y cómo seguir adelante. Sobre todo porque no se puede entender y las cosas que no se pueden entender son difíciles de gestionar.

¿Y no encontrar ningún lugar donde estar a salvo porque se recibes odio en cualquier sitio?

Para mí también es un indicador de que hace falta el trabajo que hago, porque si recibo ese odio es porque hay ese odio en la sociedad y ese es justo mi trabajo. Para hallar ese odio dar a conocer la población gitana para que eso cambie, Para que se rompan estereotipos. Entonces, de ese, digamos, de esa sensación de de acoso salen cosas buenas que son la necesidad de saber que sigue haciendo falta un trabajo, que hay que ir por ese camino y que falta mucho por hacer, por supuesto.

¿Cómo suele reaccionar con un agresor digital?

Suelo contestar, creo que tengo que hacerlo. Lo suelo poner en evidencia para que se visualice, porque pienso que lo que no se visualiza no existe. Cada vez que retuiteo a una persona que está mandando un mensaje de odio, lo estoy poniendo frente a la sociedad y creo que eso es importante. A mí cuando me dice mucha gente: ‘No hay racismo, no existe racismo‘, pienso, ‘claro, si no se visualiza no se ve’. Si no lo sufres, parece que no existe, pero sí existe y las minorías lo están pasando muy mal.

¿Cuántos mensajes machistas o racistas puede recibir a lo largo de un día?

Depende. Si pongo alguna publicación que contenga la palabra ‘gitano’, pueden ser unos cien o ciento cincuenta fijo. Si no, pues tranquilamente de tres a cuatro no pasa. Siempre el día está coronado por tres o cuatro mensajes de odio. No hay un día que ponga un poquito el sol. Hay gente que creo que está atenta, creo que le salta alguna alarma con determinadas palabras y que vuelca muchísimo veneno. Impresiona, muchas veces impresiona.

Lola Cabrillana posa con su nueva novela, ‘Vulnerables’
Carmen Gallego

¿Le ha pasado factura a nivel emocional?

Creo que no. Soy suficientemente fuerte , tengo las herramientas suficientes, pero es verdad que hay días que te lo tomas mejor y días que tú dices, ‘hasta aquí’, pero creo que soy excepcionalmente fuerte.

¿Cómo explicaría a alguien que nunca ha sufrido odio en las redes lo que significa que simplemente por expresarte se te ataque?

Es difícil de explicar porque cuando lees los mensajes están tan vacíos de contenido, están siempre repitiendo el mismo estereotipo, culpándonos de las mismas cosas, que tú dices, ‘¿cómo explicas esto?’ No, eso no se puede explicar.

Es algo que tiene una violencia gratuita que no puedo explicar de dónde nace, ojalá pudiéramos encontrar el germen para atajarlo, pero es una situación que no solamente sufre la población gitana, también el resto de minorías. Es dificilísimo hacer consciente a los demás de lo que está pasando porque no le dan la importancia si no lo viven.

¿Y cree que ha empeorado ese odio? ¿Lo ha notado?

Sí, ha empeorado muchísimo. Vamos a una velocidad de vértigo. Antes estaba muy mal visto, ser racista y se tenía como muy oculto. Ahora no, ahora hay eco, hay voces que te refuerzan y entonces se manifiesta abiertamente. Lo puedes notar en un restaurante, en las redes sociales, en la cola de un supermercado o en cualquier situación social.

¿Hay impunidad en las redes?

Sí. Creo que hay impunidad en las redes y también hay impunidad en la sociedad. Porque hoy leía, por ejemplo, el caso de una chica en Caravaca de la Cruz, era una chica gitana, que le habían ha quitado la posibilidad de tener un bar social cuando descubrieron que era gitana. Entonces, eso está pasando y existe una impunidad total. El anonimato es lo que hace que no funcione porque al ser siempre perfiles anónimos los que atacan con este odio, no se puede hacer básicamente nada.

¿Cree que si se los encontrase cara a cara también le atacarían?

Creo que sí.  Tienen un odio intrínseco y que lo sienten de verdad, no con la misma intensidad, por supuesto, y no en todas las situaciones, pero que si si tuviéramos un enfrentamiento me diría todo lo que siente realmente.

Lola Cabrillana confiesa que sufre odio en redes de forma continua
Carmen Gallego

Volviendo a ‘Vulnerables’, estas adolescentes se enfrentan a una violencia digital distinta.

Un gran mensaje que contiene mi novela es que es tan importante lo que se publica en las redes sociales como lo que no se publica. A veces ponemos fotos donde estamos condenadamente solos y al no publicar fotos con grupos sociales estás dando el mensaje de que no tenemos referentes. Y ahí nos estamos convirtiendo en seres vulnerables para cierto tipo de personas que pueden ir por nosotros. Ese es uno de los mensajes que tiene la novela. Y otro que otro otro mensaje es que no te puedes fiar de nadie. Es muy triste porque la confianza en el ser humano es uno de los pilares de la convivencia y esta novela pues te demuestra que, a veces, hay personas que te ponen el camino muy difícil.

¿Ha confiado a lo largo de su vida en las personas equivocadas?

He tenido mucha suerte y mi camino siempre ha estado lleno de personas valiosas, pero, por supuesto, sí que las ha habido Me he encontrado, en ocasiones, personas con las que me he equivocado. Con la edad se tiene más vista, la experiencia es un grado.

¿Son la familia y los centros escolares: educadores, profesores, maestros quienes deberían guiar y ayudar a los jóvenes?

La educación ha cambiado muchísimo porque la población ha cambiado. Los niños y adolescentes de hoy en día no tienen las mismas necesidades, ni los mismos gustos, ni el mismo interés que los que de hace quince o veinte años. ¿Qué ha pasado? Que ni los padres ni las escuelas nos hemos adaptado a ese cambio con esa rapidez.

Es importantísimo que se haga esa adaptación lo antes posible para cubrir esas necesidades. Los padres  no están formados sobre violencia digital. Al no conocer los peligros que hay en la red es difícil avisar a tus hijos o educarlos en eso. Por eso me parecía que esta novela tenía un doble objetivo. Por un lado, educar a los niños, enseñarle el camino y otra a los padres.

Hay una cosa que se está perdiendo, que creo que es importantísima que es la empatía. Al perderse la empatía, existen una serie de valores que van cojeando en todos los sentidos y los adolescentes se sienten muy solos. Esa soledad los envuelve y es lo que hace que no tengan habilidades ni herramientas para pedir ayuda.

¿Qué consejo le podría dar a esos padres y madres que se sienten perdidos?

El diálogo es fundamental, hablar con los niños, hablar con las niñas, hablar con los adolescentes, regular muy bien lo que los niños ven, porque eso es una de las cosas más importantes. Hoy publicaba un vídeo que decía, ‘las pantallas y los móviles son el enemigo. El enemigo es el tiempo que dedicamos a ellos’. Cuánto tiempo los niños y las niñas pasan delante de una pantalla. Ese es el enemigo. Hay que educar siendo muy consciente de lo que el contenido que los niños ven tenemos que cuidarlo muchísimo. Y si lo sabemos y estamos metidos en una situación complicada pedir ayuda porque siempre vamos a encontrar profesionales que nos orienten y que nos den la solución.

¿Debería incluirse la educación digital en el curriculum escolar?

Totalmente. Creo que una de las asignaturas pendientes más necesarias.

Esta semana el CIS daba unos datos ilustrativos. El 63,7 por ciento de los españoles considera que sabe poco de la cultura gitana y más del 66 por ciento cree que debería formar parte del currículum escolar, pero ya está incluido, ¿no?

Exacto. Y la pena es que se ha incluido y no se sabe. A partir de marzo de del 2022 el currículum contempla la historia y la cultura del Pueblo Gitano en primaria y secundaria, pero no se está utilizando. Se ha confundido con celebrar el Día del Pueblo Gitano. Y los profesores tienen que incluirlo. Igual que es muy importante que se incluyan referentes que los hay que se visualicen y que los niños y las niñas gitanas tengan referentes.

La diseñadora Agatha Ruiz de la Prada hizo un comentario racista y enseguida se afeó su actitud ¿Hemos mejorado? ¿Se condenan comentarios que antes pasaban desapercibidos?

Ahora es el Pueblo Gitano el que pone voz y antes no, creo que esa la diferencia. Hemos vivido 600 años y en esos siglos hemos tenido más de 250 disposiciones legales en nuestra contra y nunca nos hemos rebelado, nunca hemos tenido voz, siempre hemos aceptado lo que nos han dado y ahora, por primera vez, tenemos voz, nos rebelamos y decimos, ‘Mira, aquí no se puede, esto no se puede’. Creo que esa es la diferencia.