En marzo de 2020, en la provincia de Messina, en Sicilia, Lorena Quaranta, de 27 años, fue asesinada a manos de su pareja, Antonio De Pace. Terminó con su vida ahogándola e intentó después, de forma inútil, suicidarse. La joven, que tenía que graduarse ese año en Medicina, recibió el título honoris causa a su memoria en octubre de ese mismo año con la mayor calificación posible. Él mismo se entregó a la policía y fue detenido. En 2022 el hombre es condenado a cadena perpetua por la Corte de Assisi de Messina en el segundo grado de juicio, pero ahora, tras el recurso, el Tribunal Supremo pide revisar esta decisión alegando que no se tuvo en cuenta que “estaba estresado por el COVID”. Una sentencia que ha decepcionado enormemente a la familia de la víctima y ha preocupado a la política y a las asociaciones vinculadas a la defensa de los derechos de las mujeres.
Ahora el Tribunal Supremo pide al Tribunal de Apelación de Reggio Calabria que vuelva a realizar un nuevo juicio teniendo en cuenta atenuantes que, considera, no se habían tenido en consideración, de forma errónea, antes. Según la sentencia los jueces no han verificado si el momento y el contexto, la emergencia pandémica, pudieron haber tenido un efecto determinante sobre el estado de angustia que padecía el imputado, siendo así este, a nivel jurídico, un atenuante. El TS establece que hubiese sido importante tener en cuenta el intento de huir de Antonio de Pace, que buscó escapar a casa de sus padres, debido, dice, a la ansiedad derivada de poder contagiarse del COVID de su novia, que padecía desde hacía semanas una patología en las vía respiratorias. Cuestionan además, la clara posición de la sentencia de segundo grado, donde se explicaba exactamente lo contrario: el estado mental de angustia no comprometía, en ningún modo, el juicio del asesino, ni justificaba de ningún modo la furia contra la víctima.
Un precedente peligroso
La decisión ha generado, en primer lugar, decepción a la familia de Lorena. El padre ha respondido en una entrevista al Corriere della Sera expresando su dolor. “El COVID no tiene nada que ver. Este es un modo de asesinar a mi hija dos veces y salvar de la cadena perpetua a quien nos ha condenado a llorar toda la vida”, dijo. Además, describe una actitud de envidia constante del novio hacia su hija, de un sentimiento de inferioridad, de hecho se había inscrito a otra carrera, aunque ya era enfermero, para no sentirse superado por la víctima que se graduaba el año en el que fue asesinada en Medicina y era una estudiante brillante.
A este dolor se une el malestar de todos los partidos políticos que compactos han declarado el peligro que supone una sentencia como esta, que puede sentar precedentes para otros casos. Elisabetta Lancillotta, representante de Hermanos de Italia en la comisión sobre violencia de género del Parlamento italiano, ha destacado que “se corre el riesgo de un precedente peligroso. La violencia contra las mujeres no puede tener atenuantes, en el respeto de las víctimas y de sus familias”. Desde la oposición la diputada del PD y experta en la materia, Laura Boldrini, expresa que “siempre hay una buena razón para atenuar la culpa de los hombres que matan a mujeres. La razón que está en la base de cualquier feminicidio es la voluntad de alienar a las mujeres, eliminar su autodeterminación y su identidad. Se llama patriarcado y tiene raíces muy profundas”. Unidad así entre las representantes políticas de los dos principales partidos italianos, de la extrema derecha y de la izquierda, Hermanos de Italia y el Partido Democratico, respectivamente, en un tema que sí es divisivo y objeto de confrontación política en otros países vecinos como España.
Se busca continuamente un elemento que justifique la violencia machista
Maria Pia Turiello, criminóloga forense experta en violencia de género, comenta para Artículo14 esta decisión del Tribunal Supremo italiano. “Lo que se ha pedido es una revisión del juicio teniendo en cuenta atenuantes, que el TS considera significativos, pero es difícil que, siendo el caso que es, sea revocable la cadena perpetua, al máximo la defensa del asesino podrá ganar algunos beneficios carcelarios. Sin lugar a dudas deja un sabor amargo, de hecho será muy importante lo que ahora decida el tribunal al que se le pide que revise el caso, podría ser que justificase su decisión, la de no tener en cuenta el atenuante del estrés, y que se cerrase así. Pero es inevitable pensar que esta sentencia puede sentar un precedente peligroso en el que cualquier situación de estrés, como puede ser un luto en familia o la pérdida de un puesto de trabajo, sean la excusa para que un arrebato, que ya sabemos que no existe, termine con una mujer asesinada más”, añade.
Opinión que comparte Manuela Ulivi, abogada y asesora nacional de Donne in rete contro la violenza, una de las principales asociaciones que gestiona centros antiviolencia en Italia. “Parece que se busca continuamente un elemento que justifique la violencia machista y que el Tribunal Supremo se una a esta orientación es muy sorprendente y puede utilizarse como justificación”, confiesa a Artículo 14.