Las razones son variadas, pero los datos muestran una verdad preocupante: la inmensa mayoría de las víctimas de violencia de género no denuncia. Según la macroencuesta de Igualdad, lo hace el 21,7 por ciento y el lunes, la ministra Ana Redondo apuntaba a que solo el 75 por ciento de las víctimas de este año había puesto en conocimiento de las autoridades su situación. Una realidad demoledora que ilustra el grave déficit del sistema que deja en manos de estas mujeres la responsabilidad de su propia seguridad y la posibilidad de acompañarlas.
Las expertas son claras al respecto e insisten en que es fundamental que se mejore el proceso de detección de malos tratos. Sabemos que las víctimas acuden a los servicios sanitarios, a las consultas del pediatra, a salud mental. Existen indicadores a través de los hijos e hijas en el sistema escolar, también acuden a los servicios sociales; todas ellas son puertas de entrada a la detección. Acceder a estas mujeres en los servicios públicos para brindarles apoyo y protección es esencial para evitar desenlaces indeseables y para que puedan recuperar sus vidas.
“El sistema de denuncia nunca va a funcionar”
La ministra de Igualdad recordaba el lunes la necesidad de que el entorno se implique y denuncie ante la incapacidad de la mayoría de hacerlo. “Reiteramos esta necesidad de que los entornos estén atentos, de que denuncien ante cualquier elemento que les haga sospechar de que se está produciendo una violencia en el ámbito de la pareja o expareja”, apuntó. Lo hizo antes de la celebración del Comité de Crisis que analizó los seis asesinatos por violencia de género de este mes de agosto. No suele haber mucha autocrítica en estos gabinetes, a pesar de que se celebran cuando en un mes suceden más de cinco asesinatos.
La frase más repetida antes o después de estos comités es que “el sistema funciona” y ayer no fue una excepción. Sin embargo, parece una contradicción afirmar que todo marcha bien cuando a renglón seguido se admite que las víctimas apenas denuncian. Si casi el 80 por ciento de las maltratadas están ocultas y no se tiene conocimiento de su existencia, el sistema no puede estar funcionando perfectamente.
“Se tiene que hacer más y de manera diferente”
Miguel Lorente, médico forense, profesor de la Universidad de Granada y exdelegado contra la Violencia de Género, señaló en una entrevista a Artículo14 que el sistema actual no funciona. Para Lorente “el sistema basado en la denuncia no va a funcionar nunca porque el porcentaje de casos puede alcanzar el 20 o el 30 por ciento, pero tenemos al resto sin absolutamente ninguna protección, estamos olvidando que la mayoría de las mujeres que son asesinadas no han denunciado”, advertía. Abogaba por darle la vuelta y “plantearnos las políticas desde lo que sabemos y no desde lo que no entendemos”. El exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género considera que se trata de un problema estructural y “con poco que se haga parece que se hace mucho, que se hace, pero se tiene que hacer más y de manera diferente“. insiste.
Detectarlas con inteligencia artificial
La semana pasada, Redondo anunció en su comparecencia en el Congreso en la Comisión de Igualdad que en las próximas semanas echará a andar un proyecto piloto que busca precisamente detectar a estas mujeres a través de la inteligencia artificial. La ministra se mostraba muy esperanzada con esta idea, de la que todavía no se conocen muchos detalles.
También se está a la espera de la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género del que la ministra y adelantó que en el marco de ese acuerdo, se abordará cómo y qué medidas específicas se podrían adaptar durante el verano, periodo en el que aumentan las agresiones y los asesinatos por violencia machista. “Ha sido un verano muy duro para muchas mujeres y la violencia lamentablemente sigue golpeándonos, especialmente en verano. Por eso, negacionismo cero”, afirmó. Recordó del mismo modo, que las rupturas son momentos de máximo riesgo: “La violencia se desata precisamente porque es violencia machista, porque es violencia sexista cuando se rompe el vínculo, cuando se rompe la pareja. Hay un momento especialmente dramático, atentos también en esas circunstancias”, advirtió la ministra.