Igualdad

Redondo corregirá el “error” en la ley de paridad que permitía despidos

La ministra de Igualdad defiende la ley trans tras los supuestos fraudes y afirma que "el problema es el machismo". Los socios aprietan, pero no ahogan

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, en la comisión parlamentaria homónima. EFE

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, admite un “error técnico” en la ley de paridad y afirma que “la próxima semana” se tramitará su subsanación, pero se muestra preocupada por “la desinformación” y el “alarmismo” en el debate público a la hora de evaluar las normas de su departamento. “Cualquier actuación, medida o ley impulsada por este Ministerio se aprecia con una lupa de cien aumentos o a través de un espejo convexo que deforma y distorsiona la realidad”, afirmó.

En su comparecencia ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, este jueves, Redondo ha querido salir al paso de las críticas, asegurando que las personas trabajadoras “no están desprotegidas” a pesar de esta laguna, que se corregirá a través de una enmienda. Se localiza en la disposición adicional 9 de la norma, y deja fuera del paraguas despidos considerados nulos de forma automática a quienes pidan una adaptación de jornada o soliciten el nuevo permiso de cinco días para cuidar a un familiar.

“Todo despido será nulo”, incidió, si se produce tras el ejercicio de los derechos de conciliación, como establece el Estatuto de los Trabajadores. La norma entró en vigor hace apenas dos semanas y el compromiso del Ministerio fue corregir este error al arranque del curso parlamentario. La semana pasada, la Diputación Permanente tumbó una decena de solicitudes de comparecencia cursadas por el PP, también la de Redondo, que ha acudido a petición propia y ha pedido disculpas por el fallo.

Sobre la segunda cuestión fundamental por la que debía responder, los casos de maltratadores que se han acogido a un cambio en el registro civil para figurar como mujeres y evitar ser juzgados por violencia machista -con penas más altas que la violencia doméstica-, Redondo ha sido muy clara. El porcentaje es “muy pequeño”, ha dicho, teniendo en cuenta que de los 5.900 cambios de sexo registrados desde la aprobación de la ley trans, sólo 85 fueron denegados, 8 solicitantes desistieron y 5 expedientes caducaron.

Apenas el 0.001% fueron por “abusos” en el uso de la norma, según sus cifras. “En el 99% de los casos, la tónica es la normalidad”, ha incidido. Y ha añadido que, además de una condena por violencia de género, quienes abusen de esta norma se exponen también a ser condenados por fraude de ley. “El problema no es la ley, son los machistas, los violentos y los defraudadores”

La norma impulsada por Igualdad durante la etapa de Irene Montero fue una de las que más tensionaron la relación entre el PSOE y Unidas Podemos, probablemente la que más dividió al feminismo, y su espíritu obedece fundamentalmente a los postulados de Montero. Redondo, como la portavoz del PSOE, Andrea Fernández, y la de Sumar, Esther Gil de Reboleño, la defendieron sin fisuras, como los aliados parlamentarios del Ejecutivo.

Tensión con el PP y Vox

En su réplica a los grupos, Redondo ha celebrado el “ejercicio de buen parlamentarismo” de este jueves, para acto seguido criticar al portavoz del PP, Jaime de los Santos, de hablar de “políticas inservibles” en esta materia. Desde la entrada en vigor de la primera ley de igualdad, hace 20 años, “un 25% de asesinatos se han reducido. No es menor, no es baladí”, ha esgrimido la ministra.

También ha reclamado al PP que no compre “el discurso negacionista de la extrema derecha”. “Las mujeres no estamos para retroceder, estamos para seguir logrando mayores cuotas de libertad y de derechos humanos”. Ha llegado a recordar que “hoy se retoma el caso Kitchen”, para cargar contra los conservadores “por su forma de colaborar con la justicia”, a “martillazos”. No ha habido turno de réplicas y el portavoz del Partido Popular no ha podido contestarle.

Tampoco ha podido replicar María de los Reyes Romero Vilches, de Vox, que ha cargado contra la “chapuza” en la ley de paridad. “Muestra la improvisación y la incompetencia de quienes legislan a espaldas de los españoles”. La ley trans, según la diputada del partido de Santiago Abascal, “es un disparate”. Incluso ha comparado el acto de cambiar de sexo en el registro con el acto de ir “a una zapatería a cambiar unos zapatos”.

“Estamos perdiendo la batalla cultural”

Entre los socios parlamentarios, fue ERC quien más ha apretado, sin ahogar, a la ministra. Pilar Valluguera ha criticado que Redondo no explique de dónde proviene el error y ha exigido al Gobierno que haga un esfuerzo para que sus políticas se traduzcan, cuanto antes, en mejoras visibles de la vida de las personas. “Hay una diferencia entre lo que decimos y lo que se percibe”. “Debemos reflexionar”, ha expuesto. Y esto explicaría, a su juicio, por qué “estamos perdiendo la batalla ideológica”. Asimismo, ha recordado que algunos artículos de la ley de paridad entran en vigor en 2029 y ha incidido en que esta incapacidad de actuar es el caldo de cultivo perfecto para que los discursos negacionistas de la extrema derecha sumen adeptos.

Joseba Aguirretxea (PNV) ha reclamado “no hacer ruido” con el error en la ley de paridad, asegurando que “los jueces no van a permitir despedir por esto”, y ha pedido tener en cuenta la intencionalidad del legislador, con esta norma y con la ley trans. “Cuando hay alguien que buscar hacer fraude de ley hay que perseguirlo y castigarlo”, ha advertido.

Pilar Calvo (Junts per Catalunya) se sumó a la crítica ante el “alarmismo” sobre estas leyes, y Noemí Santana (Podemos) reclamó solventar este fallo con urgencia, criticando la implementación por parte del Ministerio de normas como la ley del sí es sí, en su día norma estrella de Montero. “La ley del sólo sí es sí no tenía ningún error, la ley de paridad sí”, ha zanjado. Con menciones a Diplocat por parte de Junts y al sí es sí por Podemos, cada uno barrió para su casa, pero en cerca de dos horas y media apenas se desviaron del foco. Ante el pleno de la Cámara sería impensable.