“Quién compre el libro de Bretón está financiando la violencia de género”

El médico forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, cree que la publicación de la obra de Anagrama puede dar el argumento perfecto a otros maltratadores que empaticen con el asesino

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El libro de Bretón ha puesto a la sociedad española frente al espejo. Qué estamos dispuestos a permitir y qué límites marca la ley son un hoy un debate encarnizado que no tiene punto medio. ¿Violencia o libertad?

Miguel Lorente es catedrático, médico forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género y cree que hay “la libertad de expresión es como la libertad de movimiento, de prescripción o de cátedra. Puedes hacer lo que quieras dentro de un orden, es decir, es que parece que la libertad de expresión tiene como un nivel superior de protección respecto al resto de elementos que recogen las libertades. Parece que se puede decir cualquier cosa y pudiéramos hacer en todo momento lo que queramos y no es así”.

Miguel Lorente, Profesor de Medicina Legal y ex delegado del Gobierno contra la Violencia de Género

Los límites de un régimen de convivencia democrático

Así, por ejemplo, “tenemos que conducir por la derecha, que pararnos cuando hay determinadas señales, tenemos que hacer miles de cosas que nadie entiende que está atacando a la libertad de esa persona, sino que estamos en un régimen de convivencia democrático y tenemos que establecer una serie de límites como recogen las propias convenciones internacionales”.

“Puedes criticar a cualquier persona, a lo que tú consideres con argumentos razonables, más o menos preparados, más o menos burdos, pero puedes criticarlo, si no pasa nada, eso es libertad. Pero lo que no puede es permitir el insulto ni el ejercicio de la violencia simbólica para respaldar tu libertad o para hacerlo en nombre de tu libertad, porque esa forma de expresar tu libertad está generando consecuencias negativas y está dando pie a que otras muchas personas entienden que desde su libertad se puede actuar de manera similar”.

“Es preocupante que intente lavar su imagen”

Lorente considera que no tenemos un debate lo suficientemente serio sobre la libertad de expresión y todas las limitaciones que conlleva su ejercicio en una situación democrática. “No es censura previa, censura previa es establecer unos límites para que no se puedan decir ciertas cosas y aquí lo que se está planteando es que se analicen los casos y se atienda a las características de circunstancias de cada caso”.

Para el exdelegado del Gobierno “desde el punto de vista del significado me parece preocupante que Bretón intente lavar su imagen, dar un mensaje que venga a dulcificar la historia sin ningún tipo de contraste, porque cuando tú eso lo dices en un juicio si se te puede contraargumentar rápidamente. Pero el problema es que aquí no va a tener nadie que lo contradiga ni nadie que diga con una prueba a mí usted esto no puede ser verdad porque eso no se corresponde con los indicios ni con las evidencias que hemos encontrado”.

“Reproduce el dolor que previamente ya ha producido”

Por supuesto, el catedrático señala el dolor de Ruth Ortiz y su familia y le llama la atención “que no haya nadie que se pare a pensar en esa consecuencia en nombre de la libertad de expresión”.

También le parece “factible” que esté agrediendo a Ruth “porque la está atacando en un elemento que va más allá de de un criterio, es decir, que no la está agrediendo porque no coincida en la opinión, sino porque reproduce el dolor que previamente ya ha producido y porque está viendo como hay un beneficio no solo económico, sino de imagen, protagonismo y de presencia alrededor de ese libro”.

El caso de José Bretón - Violencia de género

José Breton, escoltado por la Policía Nacional

“El daño que puede producir y la gravedad del crimen son suficientes para que no se publique”

Por todo ello, no entiende qué valor aporta para la comunidad el libro. “Los elementos relacionados con lo que es el daño a los valores sociales, culturales y educacionales que dicen las normativas internacionales y luego dos muy importantes: el daño que pueda producirle a la familia o a la madre por una parte y la gravedad del crimen. Solo con esos dos elementos es suficientes para que no se publique. Nada más”.

Lorente recuerda que “estamos hablando de un crimen horrible que fue el primero, que tuvo una trascendencia mediática social en el que la madre sobrevivía al asesinato de los hijos, porque hasta ese momento la inmensa mayoría mataban a la madre y mataban a los hijos. Que además fue de una forma especialmente cruel, hubo una planificación medida para decir que fue un rapto, etcétera. El agresor buscaba algo más que matar a los hijos, como se deduce de su conducta negando los hechos y pidiendo insistentemente que él sabía quién tenía los niños y que lo único que quería era hablar a solas con su exmujer Ruth”.

El argumento perfecto a otros maltratadores empaticen con el asesino

Otro de los elementos que preocupan al exdelegado del Gobierno es cómo Bretón va a contar todo el sufrimiento que tenía por la separación, de no poder ver tanto a sus hijos y los eduque la familia materna y “va a haber gente que sin compartir o diciendo que no comparten, por supuesto, el resultado final, pueden entender y empatizar porque muchos padres siguen hoy por hoy sin poder ver a sus hijos porque sus madres les han denunciado, lo dicen en las redes todos los días. Es que creen que el hombre se suicida por divorcios culpables y abusivos. Entonces les van a dar el argumento perfecto de un hombre que cruelmente mató a su hijos, pero que se vio desesperado ante las circunstancias en las que vivía. Y al final lo van a poner como amor de padre”.

Una sociedad madura no leería ese libro. Si la editorial supiera que no se va a leer, que no lo van a vender, no lo publicaría. Pienso que quién lo compre tiene que saber que está financiando la violencia de género”, concluye.