Durante los últimos años, y cuando ya creíamos superada esta circunstancia, España se ha enfrentado a una sombra del pasado. Un creciente desafío en la lucha contra la violencia de género. Particularmente, entre la población más joven. Aunque se han implementado políticas de igualdad y medidas para combatir esta lacra social, los datos revelan una tendencia alarmante que parece cuestionar la efectividad de estas intervenciones. Pero ¿qué está pasando? ¿Por qué los más jóvenes piensan de esta forma? ¿Qué ha sucedido en los últimos años para acabar en este contexto?
La magnitud del problema real de la violencia de género
Casi cinco millones de mujeres en España que tienen o han tenido una pareja reportan haber experimentado alguna forma de violencia de género. Esto equivale a una de cada tres mujeres en una relación. Un testimonio sombrío de la prevalencia de esta forma de violencia en la sociedad española. Además, un 18% de las mujeres ha sufrido violencia sexual. Y casi el 30% afirma haber sido víctima de acoso sexual en el lugar de trabajo.
Percepciones distorsionadas sobre la violencia de género
A pesar de todo esto, lo que es particularmente preocupante es la percepción de la violencia de género entre los hombres jóvenes. Según el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un sorprendente 23% de los hombres jóvenes sostiene que la violencia de género “no existe” o “es un invento ideológico”. Esta cifra se ha casi duplicado desde 2019, cuando solo el 12% compartía esta percepción. Este aumento sugiere una creciente polarización en las actitudes hacia la igualdad de género y las políticas para luchar contra este problema. Cabe preguntarse por qué. Podría haber diversas razones.
Desconfianza hacia las políticas de igualdad y otros factores
Esta problemática se agudiza aún más por el hecho de que, según el mismo estudio, el 44% de los hombres considera que las políticas de igualdad han llegado demasiado lejos. Los hombres comienzan a sentirse como los verdaderos discriminados. Esta percepción de victimización entre los hombres jóvenes plantea serias preocupaciones sobre la efectividad de las campañas de sensibilización y educación en igualdad de género que se han llevado a cabo hasta la fecha.
Expertos en sociología y psicología también apuntan a factores culturales arraigados y a deficiencias en la educación como las principales razones detrás de estas actitudes. La falta de programas educativos que integren efectivamente la igualdad de género en el currículo escolar se ha señalado como un obstáculo significativo para cambiar estas percepciones. Las tareas, por tanto, siguen pendientes.
Además, el rol de los medios de comunicación y las redes sociales en la formación de actitudes no puede subestimarse. La representación frecuentemente distorsionada de las cuestiones de género y la propagación de noticias falsas han contribuido a un clima de confusión y escepticismo sobre la realidad de la violencia de género.
Los próximos años serán determinantes a nivel social
Frente a estos desafíos, las instituciones españolas están buscando fortalecer las respuestas legales y sociales ante esta situación. La implementación de leyes más estrictas y el establecimiento de servicios de apoyo más accesibles son pasos hacia la dirección correcta, pero la batalla es cuesta arriba.
Organizaciones no gubernamentales y grupos activistas continúan trabajando incansablemente para educar y cambiar las percepciones, especialmente entre los jóvenes. Programas diseñados para fomentar el diálogo y la comprensión entre géneros se están convirtiendo en herramientas clave en esta lucha.
Para cambiar esta tendencia, va a ser crucial abordar estas actitudes desde múltiples frentes. La educación en igualdad de género, programas de intervención temprana y una representación mediática responsable son esenciales para alterar las percepciones y actitudes hacia la violencia de género. El cambio aún es posible para que todos tengamos cabida.