Si googlean en internet “eliminar término violencia machista” lo primero que van a leer en sus pantallas, gracias a la vista previa que genera la IA (Inteligencia Artificial), es que “es un término que no se puede eliminar porque es un concepto que se utiliza para describir un tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres”. La IA de Google detalla incluso la explicación de por qué no se puede borrar este término del mapa.
Pues bien, esta semana Mariola Vargas, la alcaldesa del Partido Popular en Collado Villalba, en un pulso con la IA, sale victoriosa: ha conseguido eliminar el término “violencia machista” de todos los documentos oficiales de su consistorio. A cambio consigue el apoyo de la ultraderecha en sus presupuestos.
Siglo XXI: prohibidos carteles con la palabra “machista”
En concreto, ambas formaciones han alcanzado un acuerdo que contempla, entre otras cuestiones, la “defensa de la neutralidad institucional, protección de la infancia y eliminación del gasto ideológico”. Por lo que sea a la derecha y a la ultraderecha de este municipio les parece que utilizar el término “violencia machista” en sus documentos oficiales es gastar dinero. Sobre el precio que pagan por la tinta o por teclear la palabra “machista” no se han pronunciado.
A partir de ahora en Collado Villalba no se hablará más de “violencia machista” sino de “violencia doméstica” y tampoco se permitirá utilizar ningún tipo de “simbología, cartelería o similar relacionada con la llamada violencia de género”. Básicamente, prohíben utilizar un término que, de por sí, no se puede eliminar. Recuerden lo que dice la IA si no se creen lo que dicen las leyes que combaten la violencia machista.
La presidenta de igualdad que pisa la igualdad
Lo sorprendente esta semana no es que haya formaciones políticas que nieguen o quieran invisibilizar así la violencia de género, sino la persona que ha permitido que esto suceda en el municipio madrileño: Vargas es, a su vez, la presidenta de la Comisión de Igualdad de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). La mujer que da la cara por la violencia machista en la FEMP renuncia a ese mismo término por el que supuestamente ella vela a nivel estatal a cambio de unos votos en su consistorio. Hay que leerlo dos veces.
Esta decisión podría costarle el puesto a Vargas en la FEMP. En un comunicado, el Partido Socialista, ha pedido su dimisión. Inés Rey, vicepresidenta de la FEMP, ha apuntado que tras este “escándalo” y si “tuviera un mínimo de decencia” debería dimitir por sí sola. Aunque, si no lo hace de propia voluntad, se lo pedirán formalmente el próximo 29 de abril en la reunión directiva que el organismo tiene pendiente.
Piden su dimisión
“El acuerdo dice que se eliminará toda simbología, cartelería o similar relacionado con la violencia de género. Algo que es completamente incompatible con ser la presidenta de la comisión de igualdad“, ha indicado Rey. También ha insistido en el hecho de que “estas actitudes van en contra de la igualdad, discriminan o violentan a las personas” y que, pese a que la derecha y la ultraderecha quiera “que se den pasos atrás” en los avances conseguidos en igualdad, los socialistas “van a seguir luchando y denunciando estas actitudes”.
Vargas, que prometió “trabajar juntas por todas las mujeres” al ser nombrada presidenta de la Comisión de Igualdad de la FEMP, sigue en su cargo. Ganó el pulso a la IA el pasado 8 de abril: eliminó el término violencia machista de todos los documentos oficiales de su municipio. Su siguiente pulso está en las calles.