Se reunían para analizar el asesinato de 12 mujeres y cinco niños. Las víctimas de abril y las últimas de este fin de semana negro, pero cuando la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska comparecieron al término del Comité de Crisis apenas hubo atisbo de autocrítica. “El sistema funciona y protege a las mujeres”, repitió Redondo varias veces mientras Marlaska alababa el sistema VioGén “es pionero, de lo más eficaces y salva vidas“. Sin embargo, a Amal, a la que el viernes su marido asesinó junto a sus hijos, no le sirvió de nada denunciar y que introdujeran sus datos en la aplicación que determina el nivel de riesgo. Porque a pesar de sus circunstancias, y los continuos quebrantamientos de las órdenes de alejamiento y amenazas en público por parte de su asesino, ni el sistema predictivo, ni los agentes que llevaban su caso apreciaron que su vida corría peligro.
“Algo ha evitado que se le diese protección”
Sobre este caso, donde es obvio que el sistema erró, explicaron los ministros que les faltan datos para señalar qué ha fallado dada la premura con las que se habían reunido y el poco tiempo que han tenido para recabar datos. “Algo ha evitado que se le diese protección“, señaló Marlaska y solo ante las insistentes preguntas de las periodistas acertó a decir: “ha habido una quiebra que nos ha impedido protegerla“. Por lo demás, todo eran alabanzas al sistema en su conjunto, a pesar de las fallas que se hayan podido producir “porque no es infalible”. De hecho, Redondo admitió que habían detectado “fallos en la coordinación” con las instituciones implicadas aunque sin llegar a especificarlos.
Escuchar más a los menores
El ministro se refirió a la violencia de género como “terrorismo machista” y volvió a defender que el sistema VioGén “es un sistema vivo, que avanza día a día“. Al ser preguntado si se iban a dirimir responsabilidades por el error en el caso de Amal, el ministro se fue por las ramas y defendió el sistema y la aplicación del algoritmo predictivo. Marlaska ofreció un dato: 43.500 agentes protegen a las casi 90.000 mujeres inscritas en el sistema predictivo.
Los datos de niños asesinados marcan un récord a mitad de año. Nunca antes se había matado a tantos menores y sobre ello Redondo adelantó que tienen medidas pensadas que quieren negociar e introducir en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género respecto a la violencia vicaria “porque hay elementos que se pueden mejorar”, y esbozó la idea de escuchar más a los menores en los procedimientos judiciales y la necesidad de que las órdenes de protección de los menores no sean solo civiles con una duración de 30 días, sino penales. Por eso, defendió la aplicación de la Ley 8/2021 en la que se establece la suspensión de las visitas de los hijos con un padre inmerso en un proceso de violencia de género y pidió que se tuviera en cuenta que “un maltratador nunca puede ser un buen padre”.
El Gobierno no acudirá a los funerales
La ministra de Igualdad señaló la alarmante cifra de víctimas ocultas, las que no denuncian, e hizo un llamamiento, que más tarde reiteró Marlaska, para que la toda la sociedad se involucre en la violencia machista y los entornos denuncien si son testigos o sospechan del maltrato. Habló también Redondo de mejorar la coordinación entre los agentes involucrados para analizar dónde se producen los fallos de coordinación que han detectado y avanzó varias reuniones con distintos ministerios, ayer con el de Derechos Sociales y con el de Sanidad hoy miércoles, para alentar la detección de la violencia en la atención primaria.
Quiso Redondo resaltar el compromiso de su Ministerio y del Gobierno en su conjunto en la lucha machista aunque al ser preguntada si el Ejecutivo iba a acudir y acompañar a las víctimas en los funerales por los asesinatos, la ministra contestó que ellos ya realizan un acompañamiento a las mujeres y a las familias.