La infamia de la violaciones múltiples perpetradas por adolescentes ha golpeado a la pequeña localidad inglesa de Newark, en el condado de Notthinghamshire, donde ocho menores, con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, han sido detenidos por una agresión sexual contra una joven, también menor de edad. La víctima y su familia están recibiendo apoyo especializada por parte de agentes específicamente entrenados y la policía del condado ha declarado que trabaja contrarreloj para determinar que ocurrió exactamente en la tarde del 25 de mayo en unos campos de entrenamiento de la zona.
Por ahora, no han transcendido más datos sobre la naturaleza del ataque, más allá de que se trata de una violación, ni sobre el estado de la joven afectada. Habría sido ella misma quien habría alertado a la policía sobre el ataque, un aviso que provocó la activación de un amplio operativo de seguridad que, inicialmente, generó el arresto de cuatro presuntos adolescentes, dos de ellos de 16 años y los otros dos, de 15. Tras el interrogatorio preliminar, los cuatro fueron puestos en libertad condicional; mientras que los otros cuatro restantes, dos de 14 años, uno de 13 años y uno de tan solo 12 años de edad, fueron detenidos a final de la semana pasada, y posteriormente salieron de la comisaría bajo estrictas condiciones de fianza.
El impacto que el caso ha tenido en la comunidad ha llevado a una notable implicación ciudadana para ayudar con las pesquisas, y las propias fuerzas de seguridad han agradecido la aportación popular, si bien, adicionalmente, una de las responsables de informar públicamente sobre la evolución de la investigación, la detective Amy Revill, de la policía del condado, ha pedido que no se especule. Según ella, el proceso “avanza a buen ritmo”, aunque la apelación para recabar cualquier información relacionada sigue en pie.
Por parte del cuerpo policial local, la inspectora Charlotte Ellam ha admitido “la preocupación” que la noticia ha causado para la comunidad en su conjunto, pero ambas fuerzas de seguridad han hecho una llamada a la calma, al garantizar que se está trabajando prácticamente sin descanso para esclarecer “exactamente qué pasó”, con patrullas adicionales desplegadas en la zona y turnos extra para acelerar la investigación.
Adicionalmente, uno de los retos más complicados del proceso es proteger la identidad de los implicados, de ahí que la policía hubiese instado a evitar las especulaciones, un ruego delicado, sobre todo, por tratarse, en este caso, de una ciudad de apenas 30.000 habitantes. Por ley, en el Reino Unido, los menores de edad imputados por algún delito tienen garantizado el anonimato, si bien debido a la saturación del sistema judicial, cada vez son más las ocasiones en las que los adolescentes superan los 18 años antes de haber sido condenados, lo que supone que sus identidades pasan al dominio público.
Adicionalmente, al norte del Canal de la Mancha preocupa el impacto que la exposición a violencia sexual en internet está teniendo sobre los jóvenes británicos. De acuerdo con un estudio del Youth Endowment Fund, una organización independiente que cuenta con el respaldo del Ministerio de Interior, más de la mitad de los jóvenes, el 55%, han visto contenidos de violencia en el último año, incluyendo agresiones sexuales.
El propio Gobierno ha intentado poner coto con la controvertida Ley de Seguridad Digital, un instrumento normativo que, según han denunciado colectivos de padres y la comunidad educativa, no tiene el alcance suficiente para proteger a los adolescentes ante el fenómeno de la pornografía en internet, especialmente de las formas más violentas.