No fue por dinero: la exmujer y víctima de Diego “El Cigala” lo denunció para proteger a sus hijos

El cantaor ha sido condenado a dos años y un mes de prisión por tres delitos de malos tratos contra Kina Méndez, su expareja. Trató de estrangularla después de haberla pegado durante años

Maltratador y mentiroso. Mentiroso y maltratador. No falla. Son dos adjetivos que van de la mano. Y son dos adjetivos con los que desde ya el cantaor Diego ‘El Cigala’ convivirá de por vida: ha sido condenado por tres delitos de malos tratos contra su exmujer.

Mintió al asegurar ante los medios de comunicación, hasta en dos ocasiones, que su víctima lo había denunciado “por los dineros” porque “así son todas las mujeres”, que “solo quieren dineros”. También hizo uso de otra serie de excusas, claro. Que si por celos, que si una mente “vil y retorcida”. Manual de un maltratador: la culpa siempre es de la víctima.

El abogado de ‘El Cigala’ tampoco se quedó corto: repitió hasta la saciedad que la denuncia de la exmujer del señor Diego ‘El Cigala’ no tenía “ningún tipo de fundamento” y que “no se sostenía”. Las palizas que la mujer recibía a escondidas, en diferentes habitaciones de hoteles, en soledad o delante de sus hijos pequeños, no se sostenían, dijeron.

Hoy Diego ‘El Cigala’ podría pasar dos años y un mes en prisión por esa “denuncia insostenible”. Creería el cantaor que el hecho de haber cometido estos delitos en “soledad” lo librarían de ser juzgado. Eso y su poder. Se equivocaba.

Tres delitos de malos tratos

Para Kina Méndez, cantaora jerezana y víctima de ‘El Cigala’, la relación con su maltratador se convirtió en un “infierno” al parir a su primer hijo en común. Fue entonces cuando comenzaron insultos como “puta”, “maldita perra” o “desgraciada“, de la mano de invitaciones poco agradables como “comete mis mierdas con nata” mientras la amenazaba con echar de casa. Las palizas no tardarían en llegar.

Tres agresiones quedaron probadas en el juicio: la primera de ellas en verano de 2017, tal y como consta en la sentencia condenatoria, en un hotel de Jerez de la Frontera. Era habitual que la entonces pareja de Diego ‘El Cigala’ le acompañase en sus viajes por trabajo. Tras volver el acusado de uno de sus conciertos, “borracho y drogado”, asegura su entorno más cercano, se “entabló una discusión acalorada” entre ellos. El motivo, demostrado con una serie de mensajes de WhatsApp que más tarde la víctima enviaría a una amiga, fue que él “quería salir” y ella “le exigía que se quedara con ella y con sus hijos”. Es lo que tiene la paternidad. Lejos de mediar palabra, el señor Diego ‘El Cigala’ propinó una “bofetada en la cara” a Kina. Después, se marchó. De fiesta.

La segunda agresión sucede en un entorno similar a la primera, esta vez en un hotel de Palafrugell (Girona), en julio de 2019. Por motivos similares, el cantaor “propinó un empujón a su pareja que la hizo caer al suelo, y estando tirada en el suelo, el acusado le siguió dando golpes y patadas por el cuerpo”. En los dos años de diferencia entre la primera y la segunda agresión, asegura la víctima, ‘El Cigala’ utilizó la violencia verbal y psicológica a diario.

La tercera agresión, algo más de un año después de esta última paliza, en noviembre de 2020, el acusado “estando conviviendo juntos con los hijos en una casa en Jerez de la Frontera “trató de estrangular” a Kina. Al grito de “me cago en tus muertos”. El motivo es que al maltratador le había “molestado” que su entonces mujer le “recriminase” que “estuviera consumiendo drogas delante de los niños”. Ese comentario no le gustó y trató de callarla usando sus manos como herramienta. Seamos claros: como arma.

La víctima asegura que hubo más agresiones

Kina describió más episodios de maltrato en su denuncia y también durante el juicio. Asegura la víctima que en el aeropuerto de Punta Cana, en el mes de agosto de 2017, cuando ella estaba “esperando un vuelo en este aeropuerto” y “con su hijo en brazos”, el condenado se habría “acercado a ella, agarrado del brazo y zarandeado” mientras “le recriminaba que se fuera de viaje”.

Asegura también haber vivido “una relación asimétrica en la que ha existido una situación de dominación y sometimiento por parte de él hacia ella” y que “la controlaba, dominaba y coartaba su libertad” porque ella dependía económicamente de él. Todos estos hechos no han quedado probados. Y, por tanto, se absuelve al acusado de más posibles delitos.

Ella denunció para proteger a sus hijos: no hay medidas para protegerlos

La víctima de Diego ‘El Cigala’ denunció a su maltratador cuando el cantaor empezó a involucrar a los hijos de ambos en las amenazas. Así consta en su denuncia y es lo que le hizo saber a la jueza. Kina empezó a sentir “miedo constante sobre Io que podía pasar con ella y con sus hijos” y “el detonante de su denuncia fue que el acusado le amenazó con Ilevarse a los niños a República Dominicana”.

Por sus hijos, Kina, dio un paso al frente. Denunció, aún sabiendo la exposición a la que se vería sometida – tanto mediática como familiarmente, pues ambos pertenecen a la comunidad gitana.
Diego ‘El Cigala’, pese a ser un maltratador condenado, podrá seguir viendo a sus hijos. Las medidas de protección, una vez más, se han aplicado solo sobre la denunciante y víctima directa del señor Diego ‘El Cigala’: prohibición de comunicación y aproximación a menos de 200 metros de ella por un plazo de dos años. Nada para los niños.

Una declaración “clara, congruente, coherente y coincidente con lo manifestado en su denuncia, ante el Juzgado de Instrucción y también ante los profesionales del Instituto de Medicina Legal (IML)”, según la jueza, y una declaración “plenamente persistente” que le ha permitido ganar una semi batalla a la víctima. Pero, por lo que sea, por cómo funciona este sistema y por cómo se plantean las leyes, una declaración no lo suficiente convincente para proteger a los niños de un maltratador. Que es lo que ella buscaba.

Podrá pasar las Navidades con sus hijos, a pesar de que lo prohíbe la ley

En la sentencia también consta que “no se han intuido móviles espurios de resentimiento o venganza hacia el acusado por el fracaso de la relación sentimental ni tampoco una intención de arruinar su carrera profesional por no sucumbir a sus exigencias económicas“. Tampoco habrá indemnización económica.

No fue por el dinero. No fue por celos. No fue por un “arrebato”. Y tampoco fue por “montar un pollo” (como él dijo a la jueza cuando le preguntó sobre por qué creía que ella le había denunciado). Kina denunció para proteger a sus hijos de su maltratador. ‘El Cigala’ seguirá en la calle. Aún puede recurrir la sentencia. Estas navidades podrá pasarlas, legalmente, con sus hijos. Nadie podrá impedir que un maltratador condenado les prepare la cena en nochebuena, si así lo desea.