La violencia económica, a veces, es invisibilizada. Es una realidad que a la hora de hablar de violencia de género, se ponga más el foco sobre la física, la sexual o incluso la psicológica, dado que son las más comunes. Sin embargo, la violencia económica también existe y es importante hablar de ella.
Según recoge la página de ONU Mujeres, la violencia económica “consiste en lograr o intentar conseguir la dependencia financiera de otra persona, manteniendo para ello un control total sobre sus recursos financieros, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar o asistir a la escuela”.
La violencia económica, “la tercera manifestación más frecuente de violencia de género”
La Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, de 2019 mostraba esta realidad. El 11,5% de las mujeres encuestadas afirmaban haber sufrido este tipo de violencia. La mayoría en parejas pasadas, aunque también había un pequeño porcentaje, un 3%, que aseguraba estar viviendo dicha situación en su pareja actual.
Concretamente, se les preguntaba por diferentes cuestiones para que las mujeres contaran qué tipo de situaciones vivían. “Le impide tomar decisiones relacionadas con la economía familiar y realizar las compras de forma independiente”, el 7,5% respondió afirmativamente. El 6,3% explicó que su pareja “se niega a darle dinero para los gastos del hogar cuando la pareja tiene dinero para otras cosas”. Por otro lado, el 4,9% le ha prohibido trabajar o estudiar fuera del hogar mientras que el 4,6% afirma que su pareja “ha usado su dinero o su tarjeta de crédito o pide préstamos a su nombre sin su consentimiento”.
La encuesta también mide la frecuencia con la que viven este tipo de violencia las mujeres que han afirmado sufrirla. Así se muestra que, las que la viven en la pareja actual, el 67,7% asegura haberla experimentado algunas veces y el 32,3% afirma sufrirla de manera frecuente. Porcentaje que crece en el caso de parejas antiguas. Pues el 58,9% manifestaba haber soportado este tipo de violencia de manera frecuente mientras que el 41,1% declaraba haber pasado por ellas algunas veces.
Otro estudio de Cruz Roja midió situaciones parecidas entre las víctimas atendidas en ATENPRO. El 70% no podía tomar decisiones relacionadas con la economía familiar. En el 69,9% de los casos, su pareja se apropiaba del dinero o se lo negaba directamente para gastos del hogar en el 69,5%. Además, al 47,4% le prohibía trabajar o estudiar fuera del hogar.
La Macroencuesta del Ministerio de Igualdad también demuestra que la violencia económica no se manifiesta de forma única y puntual, sino que, en la mayoría de ocasiones la víctima sufre otros tipos de violencia. Un 91,2% han vivido también violencia psicológica de control, un 87,1% violencia emocional, un 57,9% violencia física y un 48,2% violencia sexual.
Con estos datos, el Ministerio de Igualdad ha concluido que la violencia económica es “la tercera manifestación más frecuente de violencia de género, por detrás de la violencia psicológica de control y la emocional”. Concretamente, datan la violencia de control en un 27% de mujeres que la sufren; en un 23,3%, la emocional; 11,5% la económica; 11% la física y un 8,9% la sexual.
Además, también estiman que este tipo de violencia “ha podido afectar a 2.350.684 mujeres en España”. Sin embargo, aunque se muestren estos datos, la realidad es que hay muy pocos estudios que traten este tipo de violencia.
El perfil de la mujer que sufre violencia económica es el de una mujer de entre 25 y 54 años con estudios primarios o secundarios en la segunda etapa o con formación profesional de grado superior que vive en municipios de más de 10.000 habitantes.
Con la información desglosada por edad, se puede ver que en el total, con un 14,3%, las mujeres que más sufren esta violencia tienen entre 45 y 54 años, seguidas de las de 35 a 44 años con un 13,8% y de las de 25 a 34 años con un 13,4%. Sin embargo, si se tiene en cuenta con parejas actuales, entonces son las mujeres mayores de 65 años las que más soportan la violencia económica.
En cuanto al agresor, la encuesta recoge que, en su mayoría, es un hombre de entre 45 y más de 65 años con estudios secundarios en la primera etapa nacido en España. En cuanto a la edad, el 36,4% aseguran que su agresor tenía más de 65 años, seguido del 21% que declaraba que su edad era de entre 45 y 54 años. También el 18,5% explicaba que tenía entre 55 y 64 años. Esto concluye que son los jóvenes los que menos ejercen este tipo de violencia desde los 15 a los 34 años.
Situaciones en las que se ejerce la violencia económica
El Ministerio de Igualdad, en su estudio de la Violencia Económica contra las mujeres en sus relaciones, recoge distintos ámbitos y situaciones en las que se da la violencia económica. A través del control en la que el hombre obliga a su pareja a pedirle el dinero o a darle los recibos o el cambio de algún gasto. También cuando él controla todos los gastos y toma las decisiones económicas importantes sin preguntarle a ella primero. No le permite tener una cuenta propia o incluso le niega el dinero.
También se da en el ámbito laboral. Le amenaza con que deje su trabajo o sus estudios, le priva el sueño con el objetivo de que le afecte en su trabajo o la lesiona para que tenga que pedir bajas laborales. A través de la explotación económica ocultándole sus ingresos reales, gastándose dinero en su propio beneficio o usando la tarjeta de crédito de ella sin su permiso.
Tras la separación, él también puede seguir ejerciendo violencia económica sobre ella. Por ejemplo, cargando gastos de él en la cuenta de ella. No pagándole regularmente las prestaciones acordadas o declarándose insolvente con engaños.