Testimonio

“Me llamo Ana. Con 15 años mi novio me puso un localizador en el móvil. Al final me dio una bofetada y me forzó a tener relaciones sexuales”

Ana es una de las cientos de adolescentes que ha denunciado a su expareja por violencia de género. Ahora, ha escrito su historia en Artículo14 para que ninguna otra chica tenga que pasar por lo mismo que ella

Me llamo Ana y, ahora, con 17 años, puedo contar mi historia. A los 15 años tenía un novio. Al principio iba todo bien, pero luego empezó a no dejarme ver a mis amigas. Me puso en su móvil un localizador. Me ponía la ropa que él quería. A veces se enfadaba si le decía lo que yo quería ponerme. Poco a poco empezó a darme todo tipo de órdenes. Me decía si podía salir, si podía ir a mis clases de balonmano, si podía ir a cumpleaños de amigas o amigos y así con todo.

Un día empezó a insultarme, me llamaba puta, guarra y más cosas que me hacían llorar. Me dejaba tirada en mitad de la calle y se iba muy enfadado. Luego me mandaba WhatsApp diciendo que yo era muy egoísta y que no le quería. Yo me lo creí y sufría pensando en que estaba haciendo mal las cosas. También pensaba cómo podía agradarle, así que le hacía caso en todo para que no se enfadase.

Además, pasaba muchísima vergüenza porque delante de sus amigos me trataba como a una mierda. Un día mi madre me vio llorar y se lo tuve que contar. Me llevó a la asociación ALANNA y empecé terapia. Mi madre lo ha pasado también muy mal, ella me decía que me diese cuenta de que me estaba maltratando pero yo no podía. No podía dejarlo, me daba miedo y pena. Cada vez me daba más y más miedo, pero me pedía perdón. También me decía que iba a ir al psicólogo para que no fuese tan celoso aunque nunca fue. Es más, me decía que la loca era yo.

Me veía con él a escondidas para que mi madre no me dijese nada de dejarle. Yo no podía dejarlo, me tenía totalmente absorbida. Al final me dio una bofetada y me forzó a tener relaciones sexuales que yo no quería. Aquello fue horrible y cada vez que lo recuerdo me pongo mala, de verdad. Empecé a comer compulsivamente y me decía eres una cerda, una gorda….

“Pido también que cuando interroguen lo hagan pensando en que tú eres la víctima y no la culpable”

Cuando pasó esto sí que se lo conté a mi madre. Entonces fuimos y lo denuncié y le pusieron una orden de alejamiento. Sigo en terapia. Ha sido horrible. En el juzgado lo vi y casi me caigo. Pasé mucho miedo y sobre todo vergüenza porque yo misma no me podía creer lo que me había pasado. Lo veía como en una película como si a mí no me hubiese pasado. Luego cuando te preguntan todo otra vez te dan ganas de irte y no seguir con la denuncia ni con el juicio ni nada. Ya lo expliqué dos veces y cada vez que me preguntaban era peor, acababa vomitando.

No me acordaba del día exactamente. También me preguntaron qué me hizo, a qué hora…. Lo pasé muy mal en el juicio. Me sentía como que la mala era yo. Pero ahora sé por qué pasan estas cosas. Sé lo que es el patriarcado, el machismo y por qué nos hacen estas cosas.

Pido a quien me lea que piense que a la primera que un chico empieza a faltarle el respeto hay que salir pitando porque en nada va a ser mucho peor. Yo me quedé sin amigos. Ahora ya he empezado a salir otra vez y a recuperar a mis amigos. Escribir esto me está costando mucho y eso que Chelo, miembro de la asociación, y yo escribimos mucho sobre lo que he vivido y sentido.

Pido también que cuando interroguen lo hagan pensando en que tú eres la víctima y no la culpable porque al final se te van las ganas de denunciar. Doy las gracias a mi madre por haberme ayudado tanto y le pido perdón porque sé que lo ha pasado muy mal por mi. Y pido por favor que los amigos no te dejen de lado aunque tu seas la que te separas de ellos, porque la verdad es que es él el que te obliga a aislarte de todo.

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