María Soledad Morales, el feminicidio que conmocionó a Argentina llega a Netflix

30 años después del asesinato de María Soledad Morales, Netflix ofrece un documental del crimen contado a partir del relato exclusivo de quienes fueran sus compañeras de escuela

La violación y asesinato de María Soledad Morales fue el primer feminicidio reconocido en Argentina.

La plataforma digital Netflix sigue apostando por el ‘true crime’ tras el éxito de series recientes como ‘Monstruos: la historia de Erik y Lyle Menéndez’. Ahora es un feminicidio sucedido en Argentina en 1900 el protagonista de la trama.

30 años después del asesinato de María Soledad Morales, Netflix ofrece un documental del crimen contado a partir del relato exclusivo de quienes fueran sus compañeras de escuela. Llega a la plataforma digital a partir del 10 de octubre con la intención de recordar lo mucho que sufrieron tanto la víctima como su familia, así como el que se convirtió en el primer caso reconocido como feminicidio de Argentina.

El feminicidio que conmocionó a Argentina

El 8 de septiembre de 1990 era asesinada la estudiante argentina María Soledad Morales a los tan solo 17 años de edad en la capital de Catamarca.

Luis Tula «El Flaco», su supuesto novio, fue acusado de entregarla a Guillermo Luque —hijo del entonces diputado nacional Ángel Luque—.  Este la llevó a una fiesta en la que participaron Pablo y Diego Jalil (sobrinos del Intendente de la ciudad en ese entonces), Arnoldito Saadi (primo del gobernador Ramón Saadi) y Miguel Ferreyra (hijo del jefe de la policía), donde la drogaron con cocaína y abusaron sexualmente de ella varios hombres.

En 1998 la justicia condenó a nueve años de prisión a Tula por ser partícipe secundario de la violación y el asesinato. Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión como autor material del crimen.

María Soledad Morales fue secuestrada, violada y asesinada a los 17 años.

Este caso no fue un crimen más, sino que supuso una crisis política de repercusión nacional, en la cual llegó incluso a intervenir el entonces presidente argentino, Carlos Menem. De hecho, se llegó a reconocer como el primer feminicidio de Argentina. En la actualidad, todos los implicados en el asesinato están en libertad.

Una investigación manipulada por altos cargos del poder

El lunes 10 de septiembre aparecía el cuerpo sin vida de María Soledad Morales. Su muerte fue causada por un paro cardiaco ante la dosis letal de cocaína que los agresores le habían obligado a consumir. El cadáver se encontraba completamente desfigurado.

Fue reconocida por su padre por una pequeña cicatriz en una de sus muñecas, ya que su cuerpo estaba totalmente desfigurado, con la mandíbula fracturada, quemaduras de cigarrillo, le faltaba el cuero cabelludo, las orejas y un ojo.

De hecho, se sabe que la escena del hallazgo fue alterada por tres individuos. Además, las investigaciones policiales fueron demoradas y manipuladas, ya que se encontraban directamente implicados personas de alto poder político.

Fue el mismo jefe de la Policía de la Provincia, ―padre de uno de los asesinos―, quien al hallar el cadáver ordenó que lo lavaran. De este modo, se borraron las huellas y señales de manera irrecuperable. A los sospechosos se les comenzó a llamar por el pueblo «los hijos del poder». Pues corría el rumor de que los criminales eran todos hijos de gobernantes o altos cargos de la policía.

Finalmente, tan solo fueron condenados dos de los cuatro sospechosos: Guillermo Luque como autor principal y Luis Tula como cómplice del feminicidio.

La historia llega a Netflix el 10 de octubre

“A 30 años del asesinato de María Soledad Morales, las jóvenes que lucharon para que la verdad saliera a la luz, se reúnen en Catamarca. Conmemoran la muerte de su amiga y recorren los pasos de una tragedia que marcó un hito. María Soledad fue el primer caso reconocido como femicidio que tuvo Argentina”, describe la sinopsis de Netflix.

Lorena Muñoz, directora del documental, explica que nunca se había abordado el caso con perspectiva de violencia de género. Además, reflexiona acerca de la lucha que sus compañeras, adolescentes en aquell época, levaron a cabo para deender a su amiga.

Todas se prometieron encontrar al culpable, pero lo que ninguna imaginó, es que esa promesa sería uno de los motores fundamentales a la hora de activar los reclamos de justicia por el femicidio de su amiga”, explica Muñoz.