Recordaba la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que la Navidad es un “momento peligroso” para las mujeres víctimas de violencia machista. Lo hacía tras el minuto de silencio celebrado este dos de enero en repulsa al último asesinato machista de 2024: un maltratador condenado de 60 años mataba a su expareja con la que le permitían vivir pese a tener una orden de alejamiento vigente.
Un momento peligroso, explicaba la ministra, porque “son fechas en las que, utilizando la familia, se acrecienta la dominación que el machista tiene y ejerce” sobre su víctima. Y a la vez pedía que “se extremen las precauciones estos días”. A quien se lo pedía no lo tenemos muy claro. ¿A las víctimas? ¿A los familiares de las víctimas? Quizá a usted, que está leyendo. O al que paseaba por la plaza Mayor de Valladolid en el momento preciso en el que Redondo hacía estas declaraciones. A cualquiera menos al agresor, por supuesto. Para ellos solo hubo repulsa. Ni peticiones ni advertencias. Tan solo repulsa.
Tampoco hubo comentarios, en esa primera aparición pública de la ministra de Igualdad este 2025, sobre las últimas agresiones machistas denunciadas este año. Sí, leen bien: este 2025. Ni 24 horas había sumado el nuevo calendario y al menos 3 mujeres denunciaban agresiones machistas.
Agreden sexualmente a una menor en Lugo
Un momento peligroso, la Navidad, por eso de salir de fiesta. En Lugo, una joven de 16 años, como tantas otras miles de mujeres la noche de Fin de Año, celebraba la entrada de año con unas amigas en una discoteca. Cuando se dirigía a su casa, sobre las tres de la madrugada, un grupo de hombres se “abalanzó sobre ella” y dos de ellos la agredieron sexualmente. Asegura la víctima que “no los conocía de nada”. Y si lo hubiese hecho, lo mismo daba.
Un grupo de hombres aprovechó que caminaba sola para abordarla y “realizarla tocamientos” hasta que ella, que se “quedó paralizada”, tal y como consta en la denuncia presentada en la comisaria de Lugo, consiguió escapar y avisar a su novio. Este, que también estaba de fiesta, buscó a una patrulla de la Policía Local y relató lo sucedido. La actuación policial terminó con un único detenido de 24 años. El resto de los hombres que asaltaron a la víctima siguen en la calle. Incluido el segundo de los agresores sexuales. También los que miraban como sus colegas agredían a la menor.
Un hombre agrede a su mujer y a su hijo en Palencia
Esa misma noche, en Palencia, una ambulancia del 112 de Castilla y León atendía a una mujer con “claros signos de violencia” sobre su cuerpo. Era la una y media de la madrugada.
Ni la digestión de las uvas había dado tiempo a hacer y un hombre, de 26 años, pegaba una paliza a su mujer de 28. Y como un maltratador no lo es solo una vez, ni contra una sola mujer, tanto el equipo de emergencias que acudió al domicilio palentino, como la patrulla de agentes que se acercaron en el momento del aviso, pudieron comprobar que este hombre también había maltratado al hijo de ambos, de 6 años. El hombre fue detenido en ese mismo momento.
Un hombre estrangula a su mujer por “llegar tarde a casa” en Vigo
Y en Vigo, como eso de salir de fiesta libremente con amigas no es plato de gusto para los maltratadores, una mujer denunció a su marido después de que este la atacase y “la agarrase del cuello”, con “intención de estrangularla” por “llegar tarde a casa”. La víctima llegó a su casa acompañada de una amiga. Fue testigo de todo lo ocurrido.
Además, la policía pudo comprobar que lo relatado por la mujer era cierto: su ropa estaba rasgada y su cuello presentaba marcas “compatibles con la agresión”, tal y como aseguran fuentes policiales a Artículo 14. Su hija de 4 años estaba delante. De hecho, el mismo maltratador, admitió que “sí habían discutido” porque “su mujer había llegado tarde a casa”, aunque no admitió que la hubiese puesto una mano encima. Las marcas en su cuello y la ropa rasgada debieron ser obra de la divinidad. Divinidad o no mediante, él también fue detenido.
Ese primer día del año hubo más episodios de violencia machista en otros puntos de España. Pero no todas las llamadas por violencia de género acabaron en denuncia.