Maltratadores en busca y captura. ¿Por qué nadie los encuentra?

El futbolista De Pedro tenía una orden de detención desde hacía tiempo, reincidió y se le detuvo por violencia de género en su lugar de trabajo. "El Yoyas" está "desaparecido" desde noviembre de 2022

un montaje con las caras de el yoyas y de pedro
Carlos Navarro y Javier de Pedro, dos maltratadores en busca y captura KiloyCuarto

En 2010 fue condenado a 51 días de trabajo social por un delito continuado de amenazas a su expareja y una falta de injurias. En enero de 2018 fue detenido acusado de agredir a su pareja en un hostal de San Sebastián. Estaba en busca y captura por un delito de violencia de género y el lunes agredió a otra mujer que, según El Correo Vasco, tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por una rotura del cúbito y el radio de un brazo. Este es el currículum de Javier de Pedro, el ex futbolista de la Real Sociedad que ingresó en prisión el martes, un día después de la última agresión, por violencia machista. Tenía una orden de detención, pero la Ertzaintza le arrestó en su lugar de trabajo, una sidrería de Astigarraga, una localidad guipuzcoana. Si estaba en busca y captura ¿Cómo podía acudir a trabajar tan tranquilo?

“Estoy hasta las narices”

No es el único caso. Muchas víctimas de violencia de género se despiertan cada día con el miedo metido en el cuerpo. Sus maltratadores, condenados o la espera de juicio, están ilocalizables para el sistema, lo que significa que ellas tienen que modificar sus rutinas y vivir alerta porque nadie las protege. Fayna Bethencourt, es la más conocida de estas víctimas. Su ex pareja, Carlos Navarro, conocido como “el Yoyas” fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por un delito de maltrato habitual. El 25 de noviembre de 2022 y tras no presentarse en el juzgado, se decreta su orden de busca y captura. A día de hoy, sigue en paradero desconocido, más de año y medio después, y el 3 de febrero de 2027 prescribe la orden de detención.

fayna bethencourt

Fayna Bethencourt espera la detención de su ex pareja desde noviembre de 2022

Cuando se le pregunta qué opina del resto de mujeres que viven en su situación, pero en la península, Bethencourt cambia el tono. “Se me encoge el estómago. Siempre insisto en que soy la cara visible de la situación que están viviendo. Es una realidad y muchísimas víctimas me han pedido que hable porque ellas no tienen la suerte de poder hacerlo público. El simple hecho de ir al supermercado o llevar a tu hijo al cole puede ser una auténtica odisea. Lo pienso y me dan escalofríos. Supongo que a quien tiene que afectarles es a la clase política”, apunta.

Personas con órdenes de búsqueda que viajan y se alojan en hoteles

Fayna está indignada: “Estoy hasta las narices, no te puedo decir otra cosa. Es una mezcla de hartazgo y asombro. No me puedo creer que a estas alturas del 2024 sigamos con esta historia, me parece alucinante“. El caso del ex futbolista de Pedro le parece un “chiste“. “Es como que se ponen medallitas, hemos arrestado a esta persona, no porque lo hayan cogido buscándolo, ni mucho menos. Porque el tío ha sabido ocultarse hasta que le ha dado la gana ir a un sitio donde sabía que era muy probable que lo iban a coger”, razona.

¿Se busca activamente a las personas con órdenes de detención? Fuentes jurídicas explican que “una cosa es el papel y otra, la realidad. Si se establece la búsqueda y captura de una persona, una decisión que solo puede decretar un juez,  se da traslado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que lo metan en sus bases de datos y procedan a estar pendientes e intentar su localización: ir a casa de los padres de esa persona, amigos, lugares que frecuentaba, etc.

Pero la realidad es que se mete en la base de datos y, como mucho, según el tipo de delito, si es grave, se chequea su entorno mas cercano y poco más. Tengo casos de clientes con órdenes de busca y captura, que han ido al registro civil a inscribir a sus hijos (un organismo publico) y no les han detenido. Otros han estado en hoteles y lo mismo. Por no contarte el caso de uno, un tema grave, que tiene orden de detención y busca y captura y llegó a viajar a España entrando desde el extranjero u otro  que estaba en busca por un juzgado, y compareció por zoom en otro juzgado, a declarar como investigado”, explican estas fuentes.

Ana Bella, de la Fundación que lleva su nombre, cree en la mayoría de los casos ellos no están ni escondidos. “Pueden estar en su casa, con tal de no abrir la puerta, pues ya está, no pueden entrar y ahí se acaba la búsqueda”, cuenta. Y mientras, muchas víctimas de violencia de género tienen que encerrarse y tomar infinidad de precauciones en sus rutinas diarias por miedo. Un miedo al que se enfrentaron al denunciar, a lo que se las anima, pero que sin embargo, no las abandona. Es el sistema el que parece haberlas abandonado, porque ellas ya han hecho su parte, la más difícil, denunciar.

 

 

 

 

 

 

 

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