A Mabel Lozano le preocupa el avance de la pornografía entre los adolescentes y que el porno cada vez sea más violento. Cree que la solución pasa por la regulación del Gobierno y por la educación en los institutos. Sin embargo, también le da mucha importancia a la educación que reciben los hijos desde que son pequeños por sus padres. Pues asegura que si los adolescentes no tienen referente sexual que normalice el tema y las conversaciones, buscará paliar su curiosidad en la pornografía.
Para concienciar a los jóvenes, la activista también explica que la pornografía es otra forma de prostitución para las mujeres con el “sometimiento” de estas.
La industria pornográfica
Para Mabel, la pornografía forma parte del triángulo de las Bermudas junto con la trata de personas y la prostitución. De hecho, ella se refiere a la industria pornográfica como la ‘Prostitución 2.0‘.
Las páginas para adultos parten también de “una perspectiva de género” en la que “miles de mujeres son captadas para ser grabadas”. Esto ocurre, según Lozano, porque “la pornografía está hecha por y para hombres con la sumisión de las mujeres“.
En la industria pornográfica “las mujeres están explotadas igual que las mujeres prostituidas. La pornografía es la prostitución filmada”. Además, señala que los vídeos porno “normalizan la violencia y banalizan el envío sexting”.
¿Cómo frenar el acceso del porno en jóvenes?
A través de la nueva campaña de Mabel Lozano, que se ha hecho a petición del Gobierno de la Región de Murcia, concretamente, de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad, llamada ‘Eso no es sexo’, la activista proporciona a padres, educadores y jóvenes su propia caja de herramientas para concienciar sobre la visualización de la pornografía por menores. Los datos abruman, el 62,5% de los menores ha visto vídeos pornográficos.
Lozano para atajar este asunto tiene un lema muy claro dirigido a los padres: “No te preocupes, ocúpate”. Con esto, la directora de cine se refiere a que los padres se deben ocupar de sus hijos desde que son pequeños. Retrásandoles el uso del teléfono móvil, usando las aplicaciones de controln parental, incentivando las relaciones sociales y los planes al aire libre y siendo su referente sexual. Puede ser que este último consejo no sea muy sencillo, pero Mabel tiene claro que si un menor no tiene un referente que le hable del sexo, entonces lo buscará en la pornografía: “El porno no enseña sexo, el porno enseña porno”.
Desde pequeños, ella explica que tienen que llamar a las cosas por su nombre: pene y vulva. “Nada de pitilín o conchita”, exclama. También explica que es importante “hablarles con naturalidad” del sexo y “no regañarles” porque, según la opinión de Lozano “es normal. Están explorando y tienen curiosidad sexual”.
Mabel Lozano no puede comprender cómo en restaurantes y cafeterías, ahora los padres entregan rápidamente un dispositivo electrónico con el único fin de descansar un poco de las plegarias de sus pequeños. “Yo al mío le daba papel y colores y dibujábamos. Ahora ves a niños pequeñísimos comiendo con una tablet”. Simplemente con este gesto, la activista afirma que los padres “abren la puerta grande a todo ese contenido. Porque en muchos casos ellos no lo buscan, sino que el contenido les busca a ellos”.
La personalidad de los jóvenes aun se desarrolla cuando estos son menores y al ver porno pueden sufrir grandes daños “en sus conexiones neuronales. El cerebro todavía está contruyéndose”. La activista asegura que si un menor ve una violación a una mujer en un vídeo pornográfico “va a empezar a normalizar la violencia como una forma maravillosa de sexualidad y apetecible”.
También les daña en la autoestima, pues los chicos pueden comparar su pene con el del actor porno y las chicas pueden pensar que son unas “frígidas” al no gustarle las prácticas que se realizan con las actrices en los vídeos.
La activista quiere dejar claro que la pornografía es ficción. Aunque muchos jóvenes siguen sin diferenciarlo y, a veces, intentan imitarlo: “A mí me contó una vez un actor porno que lo que hacen es imposible de imitar, por las horas y el dolor que conlleva. No se puede normalizar prácticas tan brutales como meter el puño hasta el codo“.
La acción del Gobierno y de la educación
Mabel Lozano también cree que el Gobierno tiene que regular el acceso al contenido pornográfico a los menores: “Ya vamos tarde. Se lo llevamos pidiendo desde hace muchísimo tiempo”.
La educación también tiene cabida en este asunto. “Desde luego que sí”, afirma con rotundidad la directora de cine. “Primero tienen que empezar las familias, normalizando el asunto y contestándoles a las preguntas y luego los colegios. Yo imparto muchas conferencias sobre este tema en institutos de secundaria y tiene que ver con que los directores estén comprometidos con este tema. Que estén preocupados y quieran ayudar a sus alumnos”.
Lozano no comprende cómo a los hijos se les habla de deporte, de comida saludable, de amistades, pero no de sexualidad “cuando es una de las cosas más importantes del mundo. Todos hemos nacido gracias a la sexualidad“.