Las feministas suelen despertar los instintos depredadores de algunos creadores de contenido. Divulgar la igualdad de género parece que les agrede, les enfurece, lo sienten como una amenaza. Llega a tal punto que si una actriz decide romper el silencio y contar su historia de violencia cuando apenas tenía 12 años y llevarlo al teatro, pueden dedicar horas a desinformar, descontextualizar y denigrar esa acción valiente y desinteresada. Eso fue lo que le ocurrió a Pamela Palenciano.
Esta actriz y activista feminista mantuvo durante su adolescencia una relación de maltrato que ha marcado su existencia, pero que ha conseguido transformar en una oda a la libertad y en una herramienta potente para prevenir la violencia de género en adolescentes. Por eso, No solo duelen los golpes, además de formar parte del repertorio habitual del Teatro del Barrio, gira por institutos para advertir y concienciar a los estudiantes sobre los peligros de este fenómeno.
Pues bien, este monólogo teatral fue la diana de “Un Tío Blanco Hetero” (UTBH), que esta misma semana sufría un batacazo en el Supremo por su demanda contra la artista visual y colaboradora de Artículo14, Yolanda Domínguez. El youtuber, conocido por sus tesis anti feministas, utilizó la obra de teatro como combustible para calentar a sus seguidores y estos contestaron insultando y amenazando en masa a Palenciano. Una dinámica idéntica a la que utilizó con Domínguez. Porque parece más que un modus operandi, un patrón.
Una madre que obliga a su hijo a disculparse
Ellos hacen vídeos en los que se expresan con un lenguaje verbal y gestual violento, muy ofendidos con determinada situación, pero no ejecutan ninguna amenaza concreta. No les hace falta. Sus seguidores ofendidos y arengados por esa incredulidad con aspavientos y el relato que UTBH hace de los hechos teclean insultos y amenazas sin pensar en las consecuencias. Eso sí, no borran esos comentarios delictivos de su canal y les dan visibilidad, lo que el Tribunal Supremo plantea como violencia.
En una ocasión, Palenciano retuiteó una de esas amenazas de muerte que recibía. El autor era un menor de edad y su madre se topó con el comentario. Imaginamos que tras una charla mediante, ambos se plantaron en el teatro, vieron la obra y cuando acabó, el menor se disculpó con la actriz y todo finalizó con un abrazo. Y ese, gesto, el abrazo, es el que, a pesar de todo, sigue buscando Palenciano. “Lo primero que me gustaría decirles a estos youtubers es que están más que invitados a ver la obra de teatro. Si nos conociésemos en persona no dirían muchas cosas de las que dicen. Es un mensaje de corazón a corazón sin pantallas, sin me ha dicho mi primo que le pasó esto y tal dato falso”, explica la actriz.
Grabar un debate entre ellos
“Ellos quieren hacer un debate y grabarlo, pero tras ver la obra, lo normal es que acabes emocionado y tocado y se den cuenta de que se pueden transformar las luces y las sombras. No vamos a hacer un debate. Dame un abrazo y hasta aquí, esa es mi humilde opinión“, se sincera. “Quiero felicitar a Laia Serra (su abogada y la de Domínguez) y mandarle un abrazo a Yolanda por todo lo que ella ha vivido, porque los comportamientos de estos personajes no pueden quedar impunes. Cuelgan vídeos para generar odio contra otros”, finaliza, no sin antes volver a invitarlos al teatro.
Porque no es la primera vez que los han invitado. La actriz y su hermana Elisabeth Palenciano, que trabaja como su representante, confirma que han llegado a cruzar mensajes con alguno de estos youtubers para invitarlos a ver No solo duelen los golpes. Nunca han recogido el guante.
Representar la obra con Policía por miedo a ataques
El youtuber UTBH no fue el único el que se sintió ofendido por esta obra de teatro, por extraño que parezca. La Asociación Hispanoamericana de Hombres Maltratados, una de estas organizaciones machistas y críticos con la violencia de género denunció a Palenciano por un delito de odio a los hombres, se admitió a trámite en un primer momento por un juzgado de Madrid, pero más tarde, la Audiencia Provincial la archivó y reconoció que nunca se debió admitir a trámite.
Esta manera de litigar la libertad de expresión no es más que una estrategia para acallar las voces feministas. Laia Serra, abogada, opina que “el machismo organizado busca titulares y precedentes jurídicos que de alguna manera den cobertura a sus a sus mandatos políticos. Al final lo que quería UTBH con el proceso de Yolanda Domínguez es que ninguna mujer pudiera llamar violento a un hombre si no había una condena penal por violencia de género y eso es una barbaridad. Querían restringir el amplio concepto de violencia de género y el margen de acción para la denuncia pública de las mujeres, de todas las formas de violencia que enfrentan. O sea, nos jugábamos mucho en este procedimiento”.
Elisabeth Palenciano estuvo mano a mano con Serra viendo los vídeos donde se denigraba a su hermana para responder a la demanda. “Fue una época muy tortuosa UTBH fue el primero que se cebó con mi hermana, generaba bulos para sacar de contexto trozos del monólogo y se unieron miembros de Forocoches y otros foros. Lo que consigue es que sus seguidores vayan a amenazar de muerte y que tuviésemos que hacer el monólogo con Policía en la puerta. Le he tenido más miedo a los youtubers que a Vox. No a ellos en sí, si no lo que generan, que es odio“, cuenta.
Litigación abusiva o SLAPP en cuestiones de género
Serra, que el 25 de junio presentará en Madrid una guía de estrategias de defensa de activistas criminalizados indebidamente, recuerda la litigación abusiva en el terreno de las cuestiones de género. Un fenómeno, también denominado SLAPP (strategic lawsuits againts públic participation) y que tiene por objetivo amordazar la participación social y la crítica política.
“Sobre este fenómeno tan pernicioso para la Democracia, se está tramitando una propuesta de Directiva europea, que, entre otras, apela a los Tribunales a neutralizar estas acciones desde del inicio y a que sepan deslindar la difamación de la acción de denuncia pública”, recuerda.
“El dilatado recorrido judicial, da cuenta del esfuerzo que deben realizar las personas para defender sus derechos ante los Tribunales, recorriendo un camino desgastante y que frecuentemente sería inviable sin el apoyo colectivo. Yolanda Domínguez ha seguido este recorrido legal, consciente de que este caso ofrecía la oportunidad no sólo de defender sus derechos y de denunciar las estrategias del machismo organizado, sino de obtener un pronunciamiento judicial que visibilizara el fenómeno de la litigación abusiva, que permitiera avanzar en el reconocimiento de las diferentes violencias de género y en la interpretación de la libertad de expresión en el ámbito digital”, finaliza Serra.