Cuando una mujer acude a una comisaría a denunciar violencia de género, tras su entrevista, se le realiza un cuestionario de preguntas concretas cuyos resultados se introducen en el sistema VioGén. El algoritmo calcula las posibilidades que tiene esa mujer de volver a ser atacada, su nivel de riesgo. Puede ser no apreciado, bajo, medio, alto o extremo. Solo este último nivel contempla protección 24 horas para las víctimas. Por ejemplo, este mes de septiembre había 99.644 mujeres inscritas en VioGén, pero solo 12 de ellas tuvieron escolta y se consideró que estaban en riesgo extremo. El resto, 99.632, cuentan con una protección parcial. Pueden tener dispositivos telemáticos y un cuerpo de agentes velan por su seguridad a través de llamadas telefónicas. ¿Cuántos policías se dedican a proteger a estas casi 100.000 víctimas? Es la pregunta del millón. Una cifra que no se conoce y que es difícil de calcular.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hace unos meses, dio un número. Aseguró que 43.500 efectivos velaban por las mujeres maltratadas. Sin embargo, en esta suma se incluyen no solo a los agentes dedicados a proteger a las víctimas, si no a los funcionarios de distintos ámbitos que luchan contra la violencia machista: jueces, fiscales, policía judicial, instituciones penitenciarias, agentes del Ministerio de Igualdad y Servicios Sociales, entre otros.
Lo que sí sabemos es que, depende de la comunidad o municipio, un agente que se encargue de estos seguimientos a víctimas, dedicado a labores de protección pura y dura, puede llegar a tener alrededor de entre 70 y hasta cien mujeres a su cargo. Una situación que han denunciado tanto las expertas como las asociaciones de víctimas. Ahora, son los propios policías quienes aseguran que están desbordados y no pueden más. “No damos abasto“, aseguran fuentes del SUP.
Casi los mismos efectivos que hace una década en la UFAM
Desde el sindicato policial denuncian que en España no se actualiza el catálogo de agentes que luchan contra la violencia de género desde 2011. La UFAM, la unidad de atención a la Familia y a la Mujer de la Policía Nacional es la encargada de investigar y proteger a las víctimas de agresores machistas, pero no solo la violencia dentro de la pareja, además, investigan los delitos contra la libertad sexual, los cometidos contra y por menores como el acoso escolar y demás temas familiares. En 2011 no existía esta unidad como tal, pero para estos temas existía un catálogo de 2.100 agentes. En 2021, los últimos datos disponibles para el sindicato, la plantilla sumaba 2141 policías. Es decir, en una década se incrementaron en tan solo 41 efectivos.
Existen 173 unidades de la UFAM en España, pero el catálogo no diferencia los policías que se dedican a labores de protección y los que se encargan de las investigaciones. Estos últimos, tramitan atestados, practican detenciones, investigan y tienen una mayor carga de trabajo. Por eso, explican desde SUP, el grueso de los agentes se dedican a investigaciones. “En cada comisaría lo mismo hay dos o tres agentes dedicados a labores de protección de víctimas, son una minúscula parte de los efectivos de la UFAM”, apuntan. Además, a estos agentes se les puede mover de una comisaría a otra porque el catálogo no especifica a qué labores se dedica cada agente destinado en la unidad.
Sin desconexión digital y horas extra no pagadas
“Sabemos que desde el Gobierno se insiste en que somos pioneros y que se invierten grandes cantidades de dinero en la lucha contra la violencia machista, irá al Ministerio de Igualdad, que nos parece bien, pero los que estamos en primera línea estamos completamente desbordados. No se puede llevar a cabo ni el seguimiento ni la prevención de una manera eficiente lo que desprotege a las víctimas, las pone en peligro“, advierten.
No solo es una cuestión de número de efectivos, fuentes del sindicato policial apuntan a que las labores de protección pasa una factura a estos agentes, en su mayoría mujeres. No solo por la carga de trabajo, el rellenar cada expediente con las novedades y gestiones diarias, si no porque el seguimiento exige una atención 24 horas y muchas veces reciben llamadas de madrugada y los fines de semana, no hay desconexión digital posible. Explican que estos agentes salen tarde día sí y día no. “Lo mismo terminan la jornada a las 21:30, pero te vas a casa a la 01:00 entre unas cosas y otras y nadie te paga esas horas extra, las hacen porque están comprometidos”, aseguran. De hecho, creen que muchos policías evitan estos destinos por estas causas y puede que por ello, los catálogos no se rellenen.
Fuentes del Ministerio del Interior aseguran que, al menos dos veces al año, se revisan los efectivos dedicados a estas labores de protección con el fin de que no se produzcan desajustes, pero no pueden facilitar la cifra de agentes dedicados exclusivamente a labores de protección de víctimas.
Lo cierto es que los escoltas de las mujeres en riesgo extremo tampoco pertenecen a la UFAM. Según fuentes del SUP, son zetas, policías destinados a la seguridad ciudadana en cada comisaría. Si una pareja de agentes se ocupa de proteger a una víctima, esos dos policías abandonan las labores de seguridad en esa zona, lo que afecta a los efectivos de las comisarías. En definitiva, el sindicato pide más medios y más efectivos al Gobierno para poder realizar labores de protección a las víctimas con garantías.