El propio asesino dio la voz de alarma. Marcó el teléfono de emergencias y pidió ayuda. Según contaba, Doris, su mujer, que tenía una discapacidad e iba en silla de ruedas, se había caído por unas escaleras. No era cierto. La había golpeado varias veces y había fingido un accidente doméstico para tapar el crimen. Gracias a la autopsia se pudo probar que la caída fortuita no había existido y él duerme hoy en prisión. Ocurrió la semana pasado en Martos, Jaén. La víctima tenía 78 años y era de nacionalidad británica.

La Guardia Civil investiga como un posible asesinato machista la muerte en la localidad jiennense de Martos de una mujer, cuyo marido, un hombre de avanzada edad, ha ingresado en prisión por orden de un juzgado de violencia de género
Este caso reciente ha vuelto a poner sobre la mesa las dificultades que encuentran las mujeres con discapacidad cuando la violencia de género se ceba con ellas. Según diversos estudios, la sufren el 40,4 por ciento de estas mujeres frente al 32 por ciento de mujeres sin discapacidad. Sin embargo, las cifras siguen siendo opacas y se investiga poco este tipo de violencia machista, alertan las expertas.
Aislamiento social y dependencia de sus cuidadores
Si detectar y denunciar violencia en el ámbito de la pareja o expareja es complicado ya de por sí, para las mujeres con discapacidad el camino se empina. En primer lugar, porque, muchas de ellas sufren aislamiento social y presentan dificultades para acceder a servicios de ayuda a la Mujer, redes de apoyo o incluso la propia comisaría. En general no pueden moverse con independencia y sus rutinas están supeditadas a terceros.

CERMI Mujeres se encarga de visibilizar esta violencia en las mujeres con discapacidad
Hay que tener en cuenta la dependencia que presentan este tipo de víctimas con sus personas cuidadoras que se encargan de facilitarles la vida. Existe un mayor riesgo de abuso por parte de personas en quienes confían.
Estereotipos y barreras de comunicación
Además, los estereotipos y la propia discriminación que sufren las personas con discapacidad hacer que existan menos probabilidades de que se les crea o se tomen en serio sus denuncias si llegan a acusar a su maltratador.
No solo eso. Su condición puede dificultar la comunicación, unas barreras que complican el romper el silencio de sus experiencias de violencia y muestra su situación de extrema vulnerabilidad.
Estas mujeres se enfrentan a sufrir acoso y burlas en relación a su condición por parte de sus maltratadores, al control invasivo a través de dispositivos electrónicos, la exposición forzada a participar de imágenes y videos y el manejo y decisión sobre el contenido de sus redes sociales en manos de terceros, por ejemplo.
No reconocerse como víctima y el miedo a represalias entre las razones por las que no denuncian
El estudio ‘Ojo al dato. Visibilidad de una realidad oculta a través del dato: mujer, discapacidad y violencia’ concluye que el 57,6 por ciento de las mujeres que participaron en la investigación indicaron que la discapacidad es previa a la violencia de género sufrida, frente al 27,6% que afirmó es consecuencia de la violencia vivida. Asimismo, el 13,4% de ellas señaló que su salud ha empeorado como consecuencia de la violencia.
El informe revela que el miedo a represalias o no reconocerse como víctima, no ser consciente de que se está viviendo una situación de violencia de género hace que el 34,5 por ciento de las mujeres no hayan denunciado y el 4,3% hayan retirado la denuncia una vez formulada la acusación.
Visibilizar, formar y promover políticas públicas
Para mejorar la detección las expertas recomiendan visibilizar el problema, sensibilizar a la sociedad sobre la violencia de género hacia las mujeres con discapacidad para que se pueda ayudar a estas mujeres.
Consideran que es crucial formar a los profesionales de la salud, el trabajo social y la justicia para identificar y responder de manera adecuada a estos casos de violencia. Adaptar los servicios para poder garantizar el apoyo a víctimas de violencia y que sean accesibles y adaptados a las necesidades de las mujeres con discapacidad.
Por último, piden promover políticas públicas inclusivas que vayan desde implementar legislación y políticas que protejan específicamente los derechos de las mujeres con discapacidad y prevengan la violencia.