Gregorio Gómez, cofundador y secretario de la asociación contra la violencia de género Alma ha visto casi de todo y se ha enfrentado a situaciones complicadas, pero ninguna se asemeja a lo que sintió a finales de octubre del año pasado cuando repasaba la correspondencia y se topó con una carta de un centro penitenciario. Nada fuera de lo normal, la asociación recibe, de vez en cuando, alguna misiva de un recluso, pero su ojo clínico le ayuda a discernir si se trata de maltratadores que buscan beneficios penitenciarios u hombres que de verdad intentan reconducir su vida.
Al leer la carta lo tuvo claro, se trataba de un preso que no buscaba reparar el daño en absoluto. Sin embargo, Gómez, no reconoció al remitente en un primer momento. Le sonaba el nombre y su intuición le llevó a buscar quién era, cuando lo confirmó, no podía creerlo. “Primero fue una sorpresa, me quedé alucinado. Luego vino la indignación“, cuenta.
Pensaron en contestarle, pero no querían seguirle el juego
La rabia de Gregorio se comprende. César Román, conocido como ‘el rey del cachopo’, fue condenado a 15 años de cárcel en 2021 por la muerte y descuartizamiento de su expareja, Heidi Paz, ocurrida en verano de 2018 cuando los bomberos y la policía hallaron en una nave industrial el torso de una mujer en una maleta tras sofocar un incendio.
Gómez recuerda que compartió la carta con varios psicólogos y distintos profesionales de la salud mental y todos coincidieron en que se podían apreciar rasgos psicopáticos y un ego desmedido del asesino. “Durante un tiempo, estuvimos pensando en contestarle, para ponerle en su sitio, pero al final nos dimos cuenta de que era mejor no entrar en su juego”, apunta.
Asegura que se le da bien escribir y comunicar y que está en tercero de derecho
En la carta, ‘el rey del cachopo‘ se dirige a la asociación en femenino y se ofrece a ayudar “en lo que consideren”, pero afirma que se le da bien “escribir y comunicar” y está en tercero de derecho. Asegura estar arrepentido de haber matado a su expareja, pero se justifica al afirmar que cambiar le resultará complicado porque “se trata de modificar conductas que llevamos socializadas desde niños y que entiendes normalizadas“. Recordemos que asesinó a su pareja, la descuartizó e intentó quemar el cuerpo que introdujo en una maleta.

Imagen promocional de la docuserie de ‘El rey del cachopo’
Otro de los extractos más complicados es cuando se solidariza con el dolor de las víctimas de violencia de género e insiste en ayudarlas “contribuyendo a la superación de un dolor con el que me solidarizo y siento profundamente“.
Pide revistas y publicaciones ante la ausencia de textos con temática de género en prisión
En la misiva pide a la asociación su opinión sobre su caso, se entiende, “las agradecería conocer también su valiosa opinión, pues estoy seguro que me puede ayudar en este proceso de reflexión y aprendizaje que estoy llevando a cabo”, escribe.
Hacia el final de la carta también demanda que le envíen “por correo cualquier material (revistas, publicaciones etc.) de su entidad para su uso colectivo en la biblioteca del centro, ya que la misma tiene una gran carencia de textos con temática de género“.
En los últimos tiempos Román ha enviado varias cartas desde prisión, la última se conoció el pasado martes. Una misiva a la Audiencia Provincial donde aseguraba que mató a Heidi de un disparo fortuito y fue un tío suyo ya fallecido quien descuartizó e hizo desaparecer los restos de la víctima que todavía no han sido localizados. En esa carta adjunta un croquis de una zona de Toledo donde dice creer que su tío escondió esos restos.

Croquis que incluye César Román en un escrito en el que detalla la localización de los restos de su pareja, asesinada en 2018
A continuación, la carta completa que César Román envió a la asociación Alma:
Buenos días,
Quisiera enviarlas, en primer lugar, mis disculpas por tomarme la licencia de dirigirlas estas líneas sin que nos conozcamos personalmente y espero no molestarlas por ello. He tenido conocimiento de la magnifica labor que realizan con víctimas de violencia de género y las escribo con la voluntad de ofrecerlas mi sincera colaboración para ayudar, en lo que estimen, en esa dirección. Como dice una profesora de mi facultad “en la vida o eres parte del problema, o eres parte de la solución o eres parte del paisaje”.
Decía al comienzo que espero no molestarlas porque mi nombre es César Román Viruete y desde hace seis años cumplo condena por un execrable homicidio que desgraciadamente cometí contra mi pareja, lo cual fue el mayor e injustificable error de mi vida. A lo largo de estos años, y muy especialmente desde que fui trasladado a este centro penitenciario, he llevado a cabo una profunda reflexión y proceso de cambio tras un descenso a mis infiernos personales, compaginado con un sereno y difícil trabajo iniciado tras asumir los imborrables errores que cometí en mi anterior vida. Aceptarlos sin excusas ni justificaciones y decidir dar el paso de cambiar resulta complejo, especialmente cuando se trata de modificar conductas que llevamos socializadas desde niños y que entiendes normalizadas. En ese camino, quiero ir más allá y dedicar mis esfuerzos en formar parte de esa solución.
He pensado, y me gustaría conocer su cualificada opinión al respecto, que quizás pudiera ser de utilidad para colaborar con ustedes ofreciendo mi testimonio o en cualquier faceta en que pueda ayudar a las víctimas contribuyendo a la superación de un dolor con el que me solidarizo y siento profundamente. Me gustaría que valorasen este sincero ofrecimiento para ayudar humildemente y arrimar el hombro en lo que ustedes consideren o se les ocurra que pueda serles de utilidad. Por si pudiera ser de interés, actualmente curso tercer curso de la carrera de Derecho y, cuando finalice mis estudios y mi condena pretendo ejercer la abogacía ayudando desde la ley a quienes un día perjudiqué o a cuantas precisen de mi ayuda. También tengo cierta facilidad para escribir o comunicar. Pero valoren ustedes en qué podría serles de más utilidad, porque mi disposición a ayudar está abierta a lo que ustedes mejor consideren. En el caso de que mi ofrecimiento no las interese o parezca inadecuado, por la razón que sea, las agradecería conocer también su valiosa opinión, pues estoy seguro que me puede ayudar en este proceso de reflexión y aprendizaje que estoy llevando a cabo.
Por último, las estaría muy agradecido si me pudieran enviar por correo cualquier material (revistas, publicaciones etc.) de su entidad para su uso colectivo en la biblioteca del centro, ya que la misma tiene una gran carencia de textos con temática de género.
Quedo a su entera disposición y a la espera de su respuesta y las envío mis mejores deseos y, de nuevo, las reitero que espero no haberlas molestado con estas líneas. Un afectuoso saludo,
César Román Viruete