Después de casi cuatro horas de videoconferencia frente al fiscal Ramiro González, Fabiola Yáñez, ex Primera Dama y ex esposa de Alberto Fernández (antecesor de Javier Milei en la Presidencia de Argentina), dejó claros unos cuantos puntos con respecto a la violencia de género por la que este lunes denunció al ex primer mandatario ante la Justicia.
En diálogo con Artículo14, el fiscal González aclaró que Yáñez se quebró “dos o tres veces”, que denunció “cinco o seis hechos entre 2016 hasta la fecha”, de los cuales “tres son de violencia física”.
De los golpes en la quinta presidencial de Olivos, aclaró que el moratón en el ojo que se vio en fotos en estos días “fue en agosto de 2021”, estando en la cama, y que en una oportunidad llegó a “cogerla del cuello”. Además, Yáñez “aportó algunos nombres” y aseguró que, terminada su estancia en Olivos, “empezó un calvario”.
También en conversación con este medio, la abogada de Yáñez, Mariana Gallego, explicó que mantendrán la postura de “no hablar de la causa en los medios”, pero compartió algunos trazos gruesos de las 3 horas y 40 minutos en los que la fiscalía escuchó y entrevistó a la presunta víctima, antes de empezar a juntar pruebas para determinar si Fernández es responsable de las “lesiones graves” por las que ella lo acusa.
“Fabiola ratificó la querella y pudo explayarse”, dijo la letra, y sumó que pudo “responder las preguntas, tanto de la (Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres) UFEM como del fiscal”. Destacó que “se sintió muy contenida”.
La defensa de Fernández, disconforme
Esa armonía en el proceso contrasta con lo que había pasado en las primeras horas de este martes, cuando, cerca de que comenzara la videoconferencia (prevista para las 10, hora argentina) hubo disconformidades entre el juez y la defensa del ex Jefe de Estado -a cargo de la abogada Silvina Carreira-, quien el lunes por la noche había solicitado presenciar la declaración testimonial de Yañez.
Ocurre que el juez de la causa, Julián Ercolini, rechazó esta mañana la petición de la defensa, lo que provocó unas declaraciones algo polémicas de parte de Carreira. Dijo públicamente que el testimonio que Yáñez estaba por dar no sería válido y, para intentar reforzar el derecho de su parte a preguntar a la querellante, se mostró aún más dura. Aludió a dos acontecimientos de estos días, que vale la pena refrescar.
Por un lado, la entrevista a Yáñez (filmada y difundida por Infobae) de la periodista Tatiana Schapiro; por otro, las fotos (difundidas ya desde el jueves) en las que se vio a la ex Primera Dama fuertemente golpeada, con moratones en su brazo y ojo.
De esas fotos, este domingo el Ministerio Público Fiscal de Argentina habló en un mensaje institucional, exhortando “a los medios y profesionales de la comunicación a evitar la difusión de imágenes de Fabiola Yáñez vinculadas a los hechos de violencia de género”, a fin de “evitar la revictimización de la denunciante”.
Con todo esto bajo la manga, la abogada de Fernández lanzó que “si puede prestar una declaración televisiva de muchas horas de la forma que hizo, exponerlo públicamente y ante toda la sociedad, no la revictimiza tanto la situación”. Luego, criticó: “¿Por qué no permite la pregunta de esta defensa para que pueda ejercer mi cliente su derecho constitucional, que le corresponde?”.
Qué dijo Fabiola Yañez en su declaración testimonial
El lunes Yáñez había presentado un duro escrito testimonial de 20 páginas ante el consulado argentino en Madrid, donde -desde que se separó de Fernández el pasado diciembre- reside con su hijo de 2 años y su madre. Según el fiscal Ramiro González, la declaración de este martes ratificó lo vertido en ese texto, al que Artículo 14 pudo acceder.
Uno de ellos es una novedad, ya que es una referencia a la supuesta ingesta de alcohol de parte de ella, un tema que había aparecido en los medios locales en estos días y que generó gran revuelo. Por un lado -contó la fiscalía-, la denunciante afirmó que Alberto Fernández no era abstemio y que de hecho bebía. También, que se juntaba con sus amigos “hippies” y fumaba marihuana.
En su testimonio escrito, Yáñez había descrito hostigamiento y acoso telefónico “constantes”, lo que le impedía interactuar con otras personas y hacer una vida normal. Dijo que él la controlaba y aseguró que “estaba obsesionado con que, si salía, era porque lo engañaba”. “Lo insólito”, sumó (y aclaró en el escrito que fue un descubrimiento posterior), fue que mientras ella se quedaba puertas adentro, “él salía para estar con otras mujeres”.
Según los medios locales, la mujer este martes habría reconocido haber tenido ella misma una adicción al alcohol, pero este martes atribuyó ese problema a los maltratos perpetrados por el expresidente, que habrían comenzado en 2016, antes del mandato presidencial (2019-2023). En concreto, después de que Fernández la empujara a abortar.
El aborto que Fabiola Yañez no quería hacer
Si bien en 2016 Fernández le había propuesto que convivieran en su departamento del lujoso barrio porteño de Puerto Madero y aunque, según Yáñez, le había dicho que quería tener otro hijo (sería el primero de ella pero el segundo de él), cuando quedó embarazada -declaró por escrito la denunciante- surgieron quejas del hombre, que de repente aseguraba “no estar listo para tener otro hijo”.
Comenzó entonces a despreciarla e ignorarla, señaló ella, y aseguró que terminó diciéndole que era necesario que abortara, ya que no podía mostrar que había gestado un embarazo con ella públicamente.
Ella abortó. En el escrito describe como durísimas las consecuencias psicológicas de esos días. Declara que fueron parte de una “violencia reproductiva”, situación que la llevó a un claro estado depresivo.
En el escrito que dejó en el consulado, Yáñez adelantó que denunciaría a Fernández por lesiones graves, tanto por el vínculo como por el marco de “violencia de género, con abuso de poder y de autoridad”. Aclara que se consideran “graves” y no “leves” porque “dejaron secuelas de daños psicológicos” que le impidieron a la víctima llevar su vida normal durante más de un mes.
Un médico y una ministra, bajo la mira
¿Quiénes estaban al tanto de esta situación? Además del tema del alcohol y del aborto, de la declaración de este martes salen dos nombres nada menores. Por un lado, uno que ya había detallado en su escrito: el del médico Federico Saavedra, jefe de la Unidad Médico Presidencial, que le habría administrado medicación homeopática (globulitos de árnica), después de que Fabiola recibiera el golpe que le dejó morado un ojo.
En el texto que presentó en el consulado contó ese episodio y este martes lo repitió: “… fue estando en la cama en Olivos. Habíamos discutido antes, mucho, como ya era habitual, y como cierre de la discusión me pegó desde su lado de la cama un terrible golpe de puño. Grité y le dije ‘qué me hiciste’. Pero, nada; se dio vuelta y con ese golpe terminó la discusión”.
Ayelén Mazzina, ex ministra de la Mujer, a quien Yáñez aseguró haberle mostrado las fotos que demostraban la violencia perpetrada contra ella, fue el segundo nombre mencionado ante los fiscales. Según la ex Primera Dama, tras el intercambio en el que le mostró las fotos a Mazzina, la funcionaria le habría preguntado personalmente si estaba mejor. Sin embargo, apuntó Yáñez, en estos días le habría escrito para decirle que ella no estaba al tanto de nada.
Yañez aseguró que compartirá con la fiscalía su WhatsApp, más otros materiales que podrían revelar nuevos detalles en esta investigación.
Si los fiscales encuentran certero que los maltratos existieron y que además no comenzaron en la quinta presidencial de Olivos sino en 2016 en el departamento que la pareja habitaba en el barrio de Puerto Madero (donde Alberto Fernández reside ahora. Un domicilio que le presta el polémico empersario pulibicista y ex secretario de Medios durante el kirchnerismo José “Pepe” Albistur), el juez Ercolini, a cargo de delitos federales, podría declararse incompetente y mudar el expediente a la justicia ordinaria.
Pero, en diálogo con este medio, una fuente cercana a la causa explicó otra cosa: “También se pueden dividir los hechos y juzgarlos en cada lugar, o entenderlo como un delito continuado. La justicia federal prima, si como en este caso hubo hechos en jurisdicción nacional e intervino un presidente”.