La acosan y amenazan, hace humor de ello y ahora quieren denunciarla: el insólito caso de Ane Lindane

El caso de la humorista Ane Lindane pone de relieve la responsabilidad de las autoridades en la defensa de los derechos de las mujeres

Ane Lindane - Sociedad
Un selfie de la humorista vasca Ane Lindane @LindaneAne

El pasado 28 de agosto, la humorista vasca Ane Lindane decidió poner fin a su silencio y denunciar ante la Ertzaintza una situación que ya no podía soportar: acoso y amenazas de muerte a través de redes sociales. Las agresiones, que incluían amenazas de violación, provenían de un usuario que Lindane identificó tras una investigación personal. A pesar de proporcionar pruebas concluyentes, la respuesta que recibió por parte de la comisaría de Zabalburu en Bilbao fue decepcionante. Según la humorista, los agentes minimizaron la gravedad de su denuncia. Eso, obviamente, desató su indignación y motivó una cadena de críticas en redes sociales.

La denuncia y el enfrentamiento de Ane Lindane con la Ertzaintza

Ane Lindane no es una humorista convencional. Conocida por su estilo provocador y su capacidad de reírse de las situaciones más duras, no tardó en responder públicamente al trato recibido en la comisaría. A través de una entrevista en el canal de Spanish Revolution, la humorista describió la comisaría de Zabalburu como “una puta escombrera” y a los agentes como “medio alcohólicos”. Los acusó de ser “poco profesionales”. Estas declaraciones, lejos de caer en el olvido, encendieron un debate público en el País Vasco acerca del papel de las instituciones en la protección de las mujeres y las libertades en redes sociales.

El sindicato policial Esan no tardó en reaccionar. A través de un comunicado, solicitaron una sanción contra Lindane por sus “graves declaraciones” y exigieron una rectificación pública. Además, pidieron al Departamento de Seguridad del Gobierno vasco que iniciara acciones legales en defensa del honor de la Ertzaintza. Para muchos, esta reacción desmesurada parecía eclipsar el verdadero problema: la denuncia de acoso y amenazas que había motivado las declaraciones de Ane Lindane.

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La respuesta institucional a la humorista vasca

El pasado 24 de septiembre, el Departamento de Seguridad emitió un escrito en el que confirmaba que analizarían las palabras de Ane Lindane para determinar si sus expresiones eran constitutivas de delito. Al mismo tiempo, defendieron el trabajo de los y las ertzainas. “Cuentan con el apoyo y el reconocimiento del Departamento y de la inmensa mayor parte de la sociedad vasca”, afirmaron. Sin embargo, esta respuesta institucional no pareció satisfacer a Ane Lindane, que sigue reclamando que el foco de atención vuelva a su denuncia inicial, la cual, según ella, ha sido ignorada.

En una reciente entrevista con elDiario, la humorista se mostró frustrada por la falta de avances en su caso. “Denuncié ante la Ertzaintza de Zabalburu a quien me había amenazado de muerte y cuando dije que había sido por redes sociales se rieron de mí”, dijo Ane Lindane. La falta de profesionalidad que percibió en el cuerpo policial no solo la llevó a hacer sus duras declaraciones, sino que también alimentó su desconfianza en que las instituciones puedan proteger a las mujeres frente a la violencia en redes.

La violencia online y la complicidad institucional

Ane Lindane ha sido clara en su postura: el anonimato no es la verdadera fuente de poder de los acosadores, sino la impunidad. “Es un error pensar que nos agreden gracias al anonimato, porque cuando descubrimos quiénes son, siguen impunes”, declaró. Según ella, las instituciones no solo no protegen a las víctimas, sino que se convierten en cómplices de los agresores al no actuar con contundencia. “El propio acosador dijo en uno de sus mensajes que jamás había sido denunciado por agredir a nadie en redes sociales”.

Humorista Ane Lindane - Sociedad

La humorista Ane Lindane durante una entrevista | RTVE

La historia de Ane Lindane no es un caso aislado. La violencia digital, especialmente contra mujeres, es una realidad cada vez más común. Sin embargo, lo que hace este caso particularmente singular es la respuesta de las instituciones, más preocupadas por proteger su imagen que por investigar las amenazas recibidas por la humorista. La polémica ha llevado a una creciente conversación pública acerca de la responsabilidad de las autoridades en la defensa de los derechos de las mujeres en entornos digitales.

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