María Salmerón, por fin, sonríe. Han pasado 23 años desde que comenzó su periplo judicial cuando en el año 2000 se divorció del padre de su hija, condenado por maltrato. Miriam Ruiz Salmerón tenía apenas cinco meses de vida. En la actualidad, cuenta que se siente “estupendamente“. “Estoy que no me lo creo“, asegura. Y no es para menos. Hace dos semanas que la Audiencia de Sevilla suspendió la condena de cinco meses de cárcel que pedían para ella. A cambio, deberá pagar una multa de 180 euros. Además, tampoco podrá delinquir durante dos años.
Para quien todavía no la conozca, María Salmerón es una de las llamadas ‘madres protectoras‘. Aun con todo en contra, la sevillana durante todos estos años no ha hecho más que respetar la decisión de su hija que era no ver a su padre. Sin embargo, esa decisión conllevó que en el año 2022 tuviera que entrar a prisión por no cumplir con el régimen de visitas establecido. Ahora, pesaba sobre ella una nueva pena: un delito de desobediencia por el que pedían cinco meses de cárcel.
Un caso de violencia institucional
Salmerón no estaba preparada para entrar de nuevo a prisión. “Antes no sabía lo que me esperaba, pero como ahora ya lo sé, no estaba preparada“, admite. La madre de Miriam Ruiz Salmerón seguirá defendiendo su inocencia: “Yo no soy ninguna delincuente“. Además, ella cree que su historia es un claro caso de violencia institucional: “Yo deduzco que dijeron que me tenían que dar un escarmiento“. Así, su historia serviría de ejemplo para otras madres que quisieran seguir los pasos de ella y proteger a sus hijos de un maltratador condenado.
Su postura sigue siendo clara: “Los jueces y los políticos son los culpables de que nos asesinen y nos maten“. No obstante, desea dejar claro que “no todos“. Pues todavía está celebrando que la Audiencia de Sevilla estimara el recurso de apelación interpuesto contra el auto, del 7 de junio de 2022 del Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla, que la condenaba de nuevo a entrar en la cárcel.
Salmerón explica que los jueces son culpables porque decretan “visitas a padres maltratadores. Siguen quitando los niños a madres”. Los políticos también entran en este saco porque “no están legislando para que la violencia vicaria se reconozca como delito“. Así mismo, también critica a las instituciones: “A mí se me ha crucificado. Se han ensañado, pero bien”.
“Los jueces están desobedeciendo la ley. Hay que expulsarlos directamente de la carrera judicial”
Cree que estos casos de “impunidad” se acabarían si alguien del Consejo General del Poder Judicial “mirara con lupa a estos jueces”. Pues para Salmerón, “los jueces están desobedeciendo la ley” al regular un régimen de visitas con sus padres condenados por maltrato. Por todo esto, asegura que deberían empezar “a rodar cabezas. Hay que expulsarlos directamente de la carrera judicial”.
Así mismo, María Salmerón se muestra firme cuando asevera que ni ella, ni su hija, que en la actualidad tiene 23 años, van a llegar a ver el día que por fin se haga justicia con los maltratadores: “Son muchos siglos de patriarcado“. Además, recuerda que ahora no son solo sus palabras las que pesan. Sino las de todos los hijos que vivieron violencia vicaria y que, ahora, “están empezando a hablar”.
Los puntos de encuentro familiar
De su caso, son muchas las cosas que no cuadran. Pues ya en 2014, una jueza se reunió con Miriam Ruiz Salmerón y tras escucharla, decidió quitarle las visitas en el punto de encuentro familiar. Concretamente le dijo que podría ver a su padre “cuando ella quisiera, donde ella quisiera y si ella quería“. Sin embargo, después de esto, María Salmerón asegura que su padre no la llamó ni una vez.
La sevillana recuerda este sitio como “un campo de concentración. No exagero”. Miriam Ruiz tenía que aguantar durante mucho tiempo en una habitación vacía que una persona le hablara bien de su padre. Incluso le llegaron a decir que su padre era como “un coche estropeado en un taller al que había que arreglar”. “Se pasaban media hora intentando convencer a la niña de que fuese con su padre. ¿Acaso eso no es maltrato?”, se pregunta la madre. Además, engañaban a la pequeña haciéndole pasar a una sala en la que supuestamente estaría sola. Sin embargo, al pasar, veía a su padre, al que Miriam había dicho en reiteradas ocasiones que no quería ver.
“Un maltratador nunca puede ser un buen padre”
Salmerón también rememora los informes que realizaban en los puntos de encuentro: “A mí me ponían a parir. Me ponían fatal como madre, decían que la manipulaba. Al padre le adornaban y decían que era de lo mejor”.
Ella fue la que acuñó la frase “un maltratador nunca puede ser un buen padre” y, desde entonces, se ha convertido en un lema para miles de mujeres. Lema que sigue pronunciando Irene Montero en la actualidad y lema que Salmerón llevará por bandera toda su vida.
A otras mujeres, que estén pasando por la misma situación que pasó ella, las anima a “salir en los medios. A denunciar estas situaciones y a denunciar a las instituciones“.