Ha sido una de las mayores polémicas del momento, incluso apareció en el propio Ayuntamiento de Alicante cuando en un pleno de igualdad de género una concejala de Podemos pidió al alcalde que subiera la temperatura del aire acondicionado ya que aquello era un micromachismo. Tras este acontecimiento, se realizaron investigaciones que estudiaran cómo afectan las temperaturas al metabolismo del hombre y cómo lo hacen al de la mujer.
El aire acondicionado, para un hombre de 40 años, traje y corbata.
En el año 2015, un estudio publicado en la revista Nature documentó que la temperatura habitual de las oficinas estaba pautada desde los sesenta para el confort de un hombre de unos 40 años, 70 kilos de peso, y vestido con traje y corbata. Era muy comprensible que las mujeres tuvieran frío en su puesto de trabajo. Sobre todo porque el organismo de ellas -explican los expertos- necesita unos tres grados más de temperatura.
Otro estudio de 2019 demostró que en espacios cerrados los hombres rinden más cuando las temperaturas son más bajas. Mientras que a medida que se calienta la habitación, las puntuaciones de las mujeres van aumentando. Cuando la temperatura se eleva, la mujer rinde mejor, según la investigadora alemana Agne Kajackaite.
Vuelve la polémica
El famoso perfil de Instagram Freeda es conocido por su lucha en la igualdad de género a través de entrevistas a mujeres de toda índole, con historias empoderadoras que contar. Freeda es muy admirada dentro del feminismo en redes, sin embargo, su última publicación ha desatado de nuevo la polémica de si el aire acondicionado es machista. El perfil de Instagram se centró en dar datos de dos fuentes fidedignas: Nature Climate Change y el Instituto de la mujer. Estas son algunas de las razones por las que el mundo feminista considera que las temperaturas del aire acondicionado de las oficinas son machistas.
Un modelo anticuado
El principal argumento, como ya se mencionó anteriormente, es que las temperaturas de los aires acondicionados están basadas en un modelo de los años 60. La temperatura se ajustaba a hombres de 40 años, 75 kilos de peso y vestidos con traje y corbata. Por lo que se quedaban fuera del perfil quienes no cumplían esas características, principalmente mujeres, niños y personas mayores.
Metabolismos diferentes
Por lo general, dicen la mayoría de estudios, que las mujeres tienen un metabolismo más lento, y que necesitan un ambiente algo más cálido para poder trabajar y rendir bien.
Mientras que los hombres suelen estar agusto trabajando con 22ºC, las mujeres lo hacen con 25ºC. Por lo tanto, estar en un lugar en el que se trabaja con frío puede afectar a la productividad de ellas. Esto puede ser frustrante e incluso generar un mal ambiente de trabajo, ya que no se está teniendo en cuenta la necesidad de mujeres que no pueden rendir bien con temperaturas adaptadas a hombres en traje y corbata.
Mayor contaminación
Nature defiende que enfriar excesivamente las oficinas u otros espacios compartidos es más contaminante. Por lo que regular la temperatura del aire o adaptar los códigos de vestimenta según la época del año podrían ser soluciones a este problema.
Aún así, debemos tener en cuenta que esto es por norma general. También existen casos de mujeres que cuentan con una temperatura corporal más alta que la de otras mujeres u incluso que la de hombres, por lo que necesitan trabajar a menores temperaturas. Quizás es algo relativo, pero que resulta muy interesante a tener en cuenta para poder adaptar la temperatura en lugares de trabajo y que tanto hombres como mujres, todos compañeros, se sientan agusto y puedan ser productivos en su puesto. En el punto medio siempre estará la virtud.