Es imposible hacerse una idea de todo el contenido que circula por internet. Mucho menos si hablamos de la Deep Web donde se mueve la venta de drogas y armas, principalmente. Pero también trata de personas, vídeos de asesinatos, pornografía infantil con bebés y un sin fin de contenidos inimaginables. Emilio José Real Guerrero, jefe del grupo segundo de protección al menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, explica a Artículo14 todo lo que él y su equipo han visto en todos estos años: “Estamos viendo que hay una proliferación de mercados de explotación sexual infantil en los que se comercializa con este tipo de material”.
Han llegado a ver vídeos que no le desean a nadie. No tienen la respuesta a este tipo de filia que sienten ciertas personas. Pero sí lo investigan y lo detienen. En su departamento, solo el año pasado, llegaron a detener a más de 500 personas implicadas en cien operaciones distintas. Desde su unidad, se encargan de la Deep Web, de las páginas pornográficas, del grooming y de los contenidos íntimos publicados por menores en redes sociales.
Están aumentando las detenciones a ciberdepredadores, ¿cómo se comienza a investigar un proceso así?
Nosotros tenemos diversas fuentes de investigación. Tenemos canales de colaboración ciudadana a través de nuestra página web policia.es, tenemos un correo electrónico y luego tenemos mucha colaboración internacional, que es fundamental para nosotros. Los proveedores de servicios de internet a través de la colaboración internacional nos hacen llegar las denuncias y a partir de ese momento es cuando nosotros nos ponemos a trabajar.
Muchos de estos ciberdepredadores captan a sus víctimas a través de redes sociales y videojuegos. ¿Cómo les detectáis?
Principalmente se le detecta por la denuncia de la víctima. Son casos de grooming, en la que un adulto se pone en contacto con un menor haciéndose pasar por un igual. Al final obtiene material íntimo de la víctima y lo difunde. En algunas ocasiones, pide una contraprestación económica para vender este material y comercializar con él a través de pasarelas de pago o criptomonedas.
Si la menor no denunciara, nosotros estamos siempre con una actitud proactiva de ciberpatrullaje en la red y cuando detectamos algún material de este tipo, inmediatamente nos ponemos a trabajar. Nuestra prioridad es la identificación de la víctima y la protección de la misma.
¿Se mueve mucha pornografía infantil en la Deep Web?
Tanto en la Deep Web como en internet. Estamos viendo que hay una proliferación de mercados de explotación sexual infantil en los que se comercializa con este tipo de material. Además, está surgiendo la modalidad del live streaming que nos dificulta mucho la investigación. Es la retransmisión en directo desde países asiáticos de este tipo de material en directo. Son menores que normalmente no se encuentran en España, pero sí en países asiáticos.
¿Es cierto que en la Deep Web se llegan a vender vídeos de violaciones y asesinatos a mujeres?
Cierto es. Nosotros participamos en grupos de trabajo que se dedican principalmente, con colaboración internacional, a la identificación mundial de víctimas. Y bueno, sí, algunos de nuestros compañeros han visualizado ese tipo de contenido en ese ámbito.
¿Quién es capaz de comprar dichos vídeos?
Gente que tenga esa afinidad o esa necesidad o esa pulsión de comprar este tipo de material.
¿Se llega a pillar a quién vende este material? ¿Y a los compradores de esos vídeos?
Nosotros estamos constantemente en ello. Hacemos todo lo que está en nuestra mano para conseguirlo, obviamente. Nosotros somos una unidad con bastante éxito y sí que llegamos a la detención de muchos productores de este tipo de contenido.
También se persigue a los compradores. En España, el acceso, la visualización y la tenencia es delictiva tanto como la producción y la distribución de pornografía infantil y de material de abuso sexual infantil.
¿Cuántas detenciones realizasteis durante el año pasado?
Somos una sección compuesta por tres grupos de investigación. Todos ellos contamos con la colaboración de los grupos de delitos tecnológicos desplegados a nivel nacional además de la colaboración internacional. Son muchos los casos. El año pasado fueron alrededor de 514 detenidos, en más de cien operaciones.
¿Se está incrementando el consumo de los vídeos de violaciones y pornografía infantil?
Hay un aumento en cuanto a la cantidad de este material que hay en internet. La época de pandemia supuso un pico importante, puesto que todos estábamos en casa y teníamos acceso a este tipo de contenido. Los menores tienen acceso a este tipo de dispositivos y en muchas ocasiones no tienen conciencia de lo que es su protección. Generan material que luego puede acabar en este tipo de de plataformas.
Para nosotros esta es nuestra principal lucha: el material autogenerado por parte de los propios menores. Hoy en día los menores de 10 a 15 años tienen prácticamente todos acceso a un teléfono móvil y pueden generar este tipo de de conductas dando lugar a tipos de grooming o sexting. Al final generan material que acaba en en páginas de de pornografía infantil y pedófilos.
¿Qué recomendación le darías a los padres sobre esto?
La educación y la prevención es fundamental y no siempre es fácil. Pero entregamos un teléfono móvil a un menor que es una puerta abierta a un mundo demasiado grande en el que educar a los menores en su propia protección, su identidad y su sexualidad es muy importante.
¿Cómo identificáis si la actriz de un vídeo pornográfico es mayor o menor de edad? Muchas las maquillan para parecer más pequeñas y así no se distingue su edad
Nosotros tenemos sistemas estandarizados a nivel internacional. Asistimos a training de clasificación de este tipo de material de abuso y explotación sexual infantil. Lo clasificamos en función de los rasgos del desarrollo de la víctima en lo que podríamos decir en bebés, puber y prepuber en función de la edad. Los bebés estarían entre 0 y 2 años, los puberes de 3 a 13 años y los prepuberes de 14 a 17 años.
¿Existen contenidos de bebés en páginas pornográficas?
Sí, sí hay contenidos con bebés. Es de extrema dureza y gravedad pero existen en compartición entre particulares y en la Deep Web. Es un fenómeno que existe, no hay que negarlo.
¿Cómo detectáis si los vídeos pornográficos o las webcam en directo están realizados por mujeres que lo hacen con consentimiento y no obligadas?
La denuncia es fundamental para esto. No obstante, tenemos una labor de ciberpatrullajes y si tenemos sospechas de que cualquier tipo de material pornográfico no hay consentimiento, lo investigaríamos.
¿Existe un departamento concreto que revise todos los vídeos pornográficos?
Normalmente las principales plataformas colaboran. Tienen una actitud muy activa y suelen hacer una revisión. Después bloquean el contenido y nos lo reportan para que nosotros lo podamos revisar.
¿Cómo es el proceso de retirar un vídeo de una página pornográfica?
Si bien es cierto que una vez que este tipo de material está en Internet, se pierde el control y es muy difícil llegar a recuperar y tomar el control total de ese contenido. Pero hay procedimientos. Tanto la legislación europea como la legislación española permite la retirada de este contenido. Además, en numerosas ocasiones son los propios proveedores de las redes sociales o de las aplicaciones de mensajería las que retiran el contenido.
En otras ocasiones es la víctima quien denuncia el contenido y atendiendo a ese requerimiento, el proveedor de servicios es quien retira el contenido y en último término somos nosotros y la autoridad judicial quien insta a la retirada de estos contenidos conforme a la legislación.
¿Y cuánto tiempo puede pasar desde que una víctima denuncia un vídeo hasta que se retira?
Hay casos en los que es inmediato, pero también hay otros en los que es imposible la retirada porque hay empresas que no colaboran. Además, en la compartición entre particulares en aplicaciones de mensajería instantánea que van cifradas de punto a punto, no es tan sencillo tanto localizar como retirar ese contenido. Nosotros lo intentamos, intervenimos los dispositivos, monitorizamos la red, pero obviamente es muy difícil cuando la compartición está entre particulares.
En institutos, a menudo, también se comparten por redes sociales fotos íntimas privadas de compañeras.
Es delictivo, ser menor no es un eximente. Su responsabilidad se basa en la ley de responsabilidad penal del menor y es un ilícito penal. Obviamente cualquier persona que lleve a cabo esta conducta, será perseguida y se obtendrán las pruebas para intentar la condena de esta persona y la retirada del contenido.
Si este material se reparte entre muchas personas nosotros tratamos de identificar a todas ellas y dar los elementos de prueba a la autoridad judicial para que estimen lo procedente.