La exeurodiputada Lola Sánchez Caldentey, la primera mujer que denunció públicamente a Monedero, atiende a Artículo 14 pocos minutos después de escuchar desde el sofá de su casa las declaraciones de Ione Belarra, quien niega haber tenido conocimiento de denuncias contra Monedero antes de 2023. “Es una cagada muy grande, está mintiendo”, asegura. “Lo sabíamos todos, hasta el último apuntador, incluso en Bruselas. Allí estábamos preocupados porque pensábamos que Juan Carlos nos iba a traer un problema gordo que nos arrastraría a todos”, relata indignada.
A Sánchez Caldentey, Monedero le arruinó la noche del cierre de campaña de las europeas de 2014. “Me jodió la noche”, resume. “Hacía mes y medio que los conocía y salimos a celebrar el cierre de campaña. Me acorraló contra la pared y me acercó su miembro”, denuncia. Antes, asegura, ya la había cogido por la cintura. “Empezó poquito a poquito, tocándome el brazo, y sin darme cuenta terminó tocándome la teta. Él mete mano de forma sutil”, explica.
“No son comportamientos delictivos, pero sí socialmente denunciables”, afirma. Aquella noche se fue a casa antes de lo que le habría gustado. “En ese momento no pensé que fuera denunciable. No es algo violento, pero sí desagradable. Se lo cuentas a tus amigas del partido y no se sorprenden, porque todas sabíamos que es un baboso tocón, que cada vez que aparece una chica nueva la soba y la toca mientras la camela con labia”.
Sánchez Caldentey estaba al tanto de los episodios que relataron a Artículo 14 dos compañeras de partido y una exalumna. La advertencia entre las mujeres de Podemos era clara: “No te quedes a solas con Juan Carlos”.
La exeurodipuada no es la única que ha señalado estas actitudes. Otras excompañeras de partido y exalumnas han compartido experiencias similares, todas bajo un mismo modus operandi. Una de ellas relató a este periódico que Monedero solía hablarles “mirándote a los pechos”, describiéndolo como “invasivo, de mano larga” y con una tendencia a no respetar el espacio personal. Según su testimonio, dentro del partido todas las mujeres lo sabían y advertían a las recién llegadas sobre su comportamiento.
Una exalumna de la Universidad Complutense de Madrid confesó que, debido a su actitud, muchas estudiantes evitaban quedarse a solas con él en su despacho, a menos que la puerta permaneciera abierta. De hecho, la universidad ha abierto una investigación tras la denuncia de una estudiante por acoso sexual, activando un “expediente de información reservada confidencial” conforme a su protocolo contra el acoso.
Desde Podemos, la secretaria general, Ione Belarra, ha insistido en que el partido cuenta con protocolos internos para denunciar casos de acoso sexual y que, siempre que han tenido conocimiento de algún testimonio o indicio de violencia sexual, han actuado en consecuencia. Sin embargo, Sánchez Caldentey y otras exdirigentes aseguran que los comportamientos de Monedero eran conocidos internamente desde hace años y que la dirección del partido no tomó medidas efectivas.
“Si dices que no sabías nada, o eres ciega o no quieres saberlo”, sentencia Sánchez Caldentey. Y en política, no querer saber es igual de grave que encubrir.