Íñigo Errejón no entrega su móvil en el juzgado. Tanto el expolítico, investigado por la presunta comisión de una agresión sexual, como la denunciante, Elisa Mouliaá, estaban citados este viernes para dar sus dispositivos con una finalidad: que la Policía Nacional pudiera analizar las conversaciones que ambos mantuvieron. Una decisión judicial que la defensa del que fuera portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados recurrió en su momento ante la Audiencia Provincial de Madrid.
Es por ello que, según señala este equipo legal, Errejón esperará a la resolución del recurso de apelación para preservar sus derechos constitucionales a la tutela judicial efectiva.
Quien sí lo ha entregado ha sido la también actriz. Después de haber dejado el móvil en el juzgado, donde estará hasta el miércoles, Mouliaá ha confesado que si el cofundador de Podemos no viene es porque “algo tendrá que ocultar”. “No solo conmigo, sino con más (mujeres)”, ha agregado.
La denunciante también ha dicho que en su teléfono estarán las conversaciones con sus amigos que “demuestran que me invadió y que no era consentido“.
Práctica mediática
Cabe recordar que hace un mes el juez instructor del caso, Adolfo Carretero, dio cinco días al expolítico y a Mouliaá para que aportaran sus móviles. Previamente el magistrado respaldó la petición de Errejón de no proceder al volcado de su teléfono, asegurando que se trataba de una medida desproporcionada. El juez, por tanto, acotó esta diligencia y la limitó únicamente a las conversaciones entre el exdirigente y la también actriz.
Sin embargo, la defensa del exportavoz parlamentario subraya que no es posible acceder de forma parcial al teléfono, ya que para obtener todos los mensajes que él y la denunciante se intercambiaron es necesario el copiado y volcado, en su totalidad, del dispositivo. Algo que, defiende, supera los límites de la privacidad y seguridad de los datos que tienen los usuarios.
Es más, en este nuevo escrito remitido al Juzgado de Instrucción nº47 de Madrid el equipo legal de Errejón insiste en señalar que él ya aportó todas las conversaciones que conserva con Mouliaá, así como que no ha borrado ninguna. De hecho, precisan que quien sí eliminó esos mensajes fue la actriz.
Además, la defensa del cofundador de Podemos expresa que él no posee el móvil que tenía el 8 octubre de 2021, día en el que ocurrió la presunta agresión sexual, puesto que cambió de terminal el 8 de noviembre de 2023.
Por último, ahonda en que la entrega de los dispositivos es una diligencia solicitada exclusivamente por la acusación popular, la Asociación Defensa Integral Víctimas Especializada, y no por la denunciante. Por ello argumenta que la finalidad de la asociación con esta práctica no es probatoria, sino mediática.