En el Camino de Santiago: “pensé que me iba a hacer daño, pensé que iba a morir”

Las peregrinas que viajan solas no se sienten seguras en la ruta xacobea, denuncian un acoso sexual endémico y narran varias experiencias "aterradoras"

A Sara Dhooma le salvó el humo de una casa con chimenea. De no haber entrado corriendo dentro sin encomendarse a nadie, a saber qué hubiese ocurrido. Esta canadiense decidió en 2019 realizar el Camino de Santiago y un día, a las afueras de Mieres, se percató de que un hombre que no paraba de mirarla, la seguía. No había gente alrededor, era una zona un tanto alejada y por la que, en ese momento, no pasaba nadie. Se topó con un bar y no dudó en entrar. Cualquier cosa con tal de despistar al susodicho que no le daba buena espina. No surtió efecto, cuando abandonó la cafetería, el hombre seguía ahí, como si la hubiera estado esperando. Al verla, esta vez no se conformó con fijar en ella sus ojos, sino que se bajó los pantalones y comenzó a tocarse los genitales.

“Pensé que iba a morir”

El instinto no había fallado a Dhooma, no estaba todo en su cabeza, pero seguía en un lugar desierto y el hombre se acercaba. “Estaba horrorizada, me sentí muy muy insegura“. Echó a correr, pero el varón la persiguió, fueron momentos duros, de pánico. “No sabía si tenía algún tipo de arma, no sabía qué me iba a hacer, pensé que iba a morir, que me iba a hacer daño”. Durante la carrera, Dhooma vio el humo de una chimenea y no dudó en entrar sin llamar y gritando auxilio. Tuvo suerte, el dueño era, además, un policía fuera de servicio. Más tarde, se enteró de que su acosador portaba una navaja y varias balas. También tenía antecedentes por violación. “Si no llego a encontrar esa casa no sé qué me podría haber pasado”, se lamenta. Dhooma es una de las nueve mujeres que han narrado sus traumáticas experiencias durante el Camino de Santiago el en el diario The Guardian.

Son todas historias parecidas, las viajeras caminan solas por lugares poco transitados, sin gente y sin poder pedir ayuda. En muchos de los casos los acosadores se masturban o las interpelan, las persiguen y ellas no tienen adónde ir ni a quién pedir ayuda. De las nueve mujeres que hablaron con el periódico, seis denunciaron lo ocurrido a la policía, pero la Policía solo detuvo a uno de los agresores. No son casos aislados, Lorena Gaibor, fundadora de Camigas, un canal donde coinciden e intercambian ideas y consejos las peregrinas , explica que las denuncias son impactantes, pero no le sorprenden , “el acoso sexual es endémico. Es algo muy común. Cada año recibimos denuncias de mujeres que sufren este tipo de situaciones”

Todo ello, a pesar de que cada vez más mujeres se animan a realizar esta ruta, según el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, el año pasado recorrieron el Camino 446.000 personas, el 53 por ciento de ellas mujeres. En declaraciones a los medios, Blanco señaló que “más de 230.000 mujeres lo hicieron el año pasado, y muchas de ellas no dudaron en hacerlo solas”.

El asesinato de Denise Thiem

No son pocos los casos más graves que han saltado a los medios de comunicación. En 2018, una mujer venezolana de 50 años fue secuestrada y violada por dos hombres mientras caminaba por el noroeste de España. El año pasado, la policía española detuvo a un hombre de 48 años acusado de retener a una peregrina alemana de 24 años en su casa y agredirla sexualmente. En 2015 desapareció la peregrina estadounidense Denise Thiem en una zona rural de la provincia de León. Meses más tarde, Miguel Ángel Muñoz confesó el crimen y detalló como había iniciado una conversación con ella, un tribunal le condeno en 2017 a 23 años de prisión.