Pidió ayuda hace un mes, pero de nuevo, no sirvió de nada. El sistema ha vuelto a fallar. Una joven de 33 años se encuentra herida muy grave y en coma en el Hospital General de Segovia tras sufrir un ataque por parte de su expareja en la tarde del domingo. Hace apenas un mes, la mujer, que tiene un hijo en común con su agresor, acudía a las autoridades para denunciar violencia de género. Como ocurre en estas situaciones, tras formular la acusación, la víctima respondió a las preguntas concretas del sistema VioGén. No se conoce el nivel de riesgo que dio como resultado el algoritmo, sin embargo, sí se sabe que no consideró que corriese riesgo extremo porque la joven no contaba con escoltas que la protegieran. Sí tenía en cambio, una orden de alejamiento en vigor. Una medida de protección que no evitó que el maltratador se acercase a ella y la estrangulase. Fue detenido por intento de homicidio en el lugar de los hechos.
Todo ocurrió alrededor de las ocho de la tarde cuando los servicios de emergencia recibían el aviso de una agresión por violencia de género en Arroyo de Cuéllar, Segovia. Hasta el lugar se desplazaron cuatro patrullas de seguridad ciudadana de la Guardia Civil y los servicios sanitarios del centro de salud de la localidad, que lograron estabilizarla y la trasladaron al hospital. Su pronóstico es reservado con una “evolución incierta“, según explicó la subdelegada del Gobierno en Segovia, Marián Rueda.
Se revisó su Plan Personal de Seguridad
Rueda señaló que “la víctima estaba inscrita en el sistema de protección VioGén, tras haber sufrido un episodio de violencia el mes pasado, estaba en seguimiento e incluso se testó esa orden hacía cuatro días“. No se sabe muy bien qué significa testar una medida de protección, como aseguró la subdelegada lo que sí consta, según Fuentes del Ministerio del Interior, es que se revisó su Plan Personal de Seguridad hace unas semanas.
Toda víctima en el sistema recibe, tras interponer una denuncia, unos tres folios donde se enumeran una serie de consejos para mejorar su autoprotección. Se trata de recomendaciones bastante básicas como cambiar el número de teléfono, bloquear las comunicaciones al maltratador en cualquier cuenta o redes sociales, no atender llamadas desconocidas, no aceptar solicitudes de amistad si no conocemos a la persona, utlizar un nick en lugar de nuestro nombre en los perfiles públicos, no facilitar información en las redes, llevar siempre un teléfono móvil encima, tener activado el geolocalizador si el agresor no conoce el nuevo número, instalar la AlertCops, una aplicación del Ministerio del Interior, entre otras.
Indicadores de riesgo: extranjera, rural y con un niño pequeño
En cualquier caso, el algoritmo ha vuelto a fallar y no ha podido predecir la situación de riesgo a la que se enfrentaba esta mujer. Se da la circunstancia de que a la víctima le atraviesan varios indicadores de riesgo. En primer lugar, es extranjera, vive en un entorno rural y tiene un hijo menor de edad. Además, según las palabras de la subdelegada, se desprende que hacía poco que tenía la orden de alejamiento, uno de los momento más peligrosos en las relaciones de violencia.
La semana pasada, los errores del sistema se llevaban por delante la vida de otra mujer. Ocurrió en Roquetas de Mar donde un hombre de 72 años asesinó a su pareja de 56. La historia de violencia de este hombre venía de largo. En 2021 la mujer puso en conocimiento de las autoridades su situación de malos tratos y consiguió una orden de alejamiento. Dos años más tarde, en 2023, volvió a pedir ayuda y volvió a denunciarlo. Sin embargo, en esta ocasión, y a pesar de los antecedentes, el juzgado no consideró necesario medida de protección alguna. La víctima estaba sola. Tanto es así que su caso se encontraba inactivo en el sistema VioGén, lo que significa que ningún agente realizaba, en principio, medidas de seguimiento de su situación.
Solo el 0,01% de las víctimas tiene escolta
No es la primera vez este año que tanto el algoritmo de protección como las órdenes judiciales minimizaron el riesgo de mujeres maltratadas y el resultado es mortal. Eso a pesar de que se calcula que las instituciones tan solo tienen conocimiento del 21,7 por ciento de los casos, según la macroencuesta de Igualdad. La inmensa mayoría de la víctimas no denuncia, y por lo tanto, tampoco se las protege. En septiembre, 99.644 mujeres se encontraban dentro del sistema VioGén, pero tan solo 12 de ellas se consideraron riesgo extremo, el 0,01% del total. Solo ese porcentaje cuenta con escolta las 24 horas del día, al resto de víctimas se las protege con equipos telemáticos y reciben llamadas telefónicas de seguimientos de los agentes dedicados a su protección. La media de mujeres por agente es de 70 víctimas por policía, llegando a más de cien mujeres por agente en algunas comunidades.