Habían hecho lo que el sistema les había pedido, poner en conocimiento de las autoridades que eran víctimas de violencia de género. No sirvió de nada, han acabado asesinadas. Juliana tenía 31 años y vivía en Buñol. Había denunciado a su asesino, pero como suele ocurrir en estos casos, se había echado atrás. De hecho, habían vuelto a compartir el chalé donde vivían en la urbanización Ventamina. Allí mismo la mató a golpes y con un objeto punzante. No era su primera víctima. Su anterior pareja, también le había denunciado el año pasado y ella sí tenía una orden de alejamiento en vigor. Fue a esta última mujer a la que llamó para contarle que había matado a Juliana. Cuenta el Diario de Levante que Juliana rechazó los sucesivos ofrecimientos de activar una orden de protección, tanto en la comisaría de Alzira como, después, en el Juzgado de Instrucción 3 de Requena. ¿Puede una víctima decidir si se la protege o su propio nivel de riesgo?
Las expertas coinciden en que no puede recaer sobre estas mujeres la responsabilidad de denunciar siquiera. Muchas están anuladas, rotas y el miedo y el propio funcionamiento del ciclo de la violencia las incapacita en ocasiones para dar el paso o mantenerlo. Algo falló en Buñol y también en Tarragona. Allí un hombre de 86 años asesinó a su pareja de 76 que sí le había denunciado por malos tratos. A la espera de conocer más detalles, la orden de protección, de existir, tampoco funcionó.
En Madrid, un hombre de 35 años asfixiaba hasta la muerte a Sara Abigail, de 30 años. Sobre él existía una denuncia por violencia de género de una pareja anterior y por ello aparecía en el sistema VioGén como maltratador.
Cómo funciona VioGén y qué se puede mejorar
La inspectora Jefa de la UNAM, la unidad de la Policía Nacional, Elena Palacios, explicaba a Artículo14 en una entrevista cómo funcionaba el sistema VioGén. “Metemos los casos denunciados en la aplicación, los hechos conocidos. Se introduce en este sistema el atestado policial, lo que nos dice la víctima, lo que nos han contado los testigos, lo que sabemos del agresor. El policía encargado de la protección de la víctima, va cumplimentando una serie de ítems. Hay varios indicadores. Es un método muy estudiado, un método científico que está auditado. Aún así, podemos tener una valoración de riesgo no apreciado y vemos como luego han asesinado a la víctima. Es predictivo, pero no es magia”, aseguraba.
Ana Bella, de la Fundación que lleva su nombre piensa que el sistema VioGén podría ser más preciso con más medios. Cree que la coordinación entre las distintas agencias dedicadas a la atención de las víctimas lo mejoraría porque fallos humanos va a haber siempre. “VioGén es un algoritmo, pero después deciden las personas y los datos los meten los policías en el sistema y para que la información esté actualizada tiene que haber personal suficiente para hacer un seguimiento minucioso al maltratador y a la mujer”, apunta.
Tiene margen de mejora
La ex delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell advertía en Artículo14 que “nunca se ha hecho público cuál es exactamente el algoritmo que determina el riesgo en el sistema VioGén. Nosotras, desde la la delegación, desde el Ministerio de Igualdad, sí que decíamos que ese algoritmo no está claro que tenga perspectiva de género en el sentido de que existen cuestiones que incrementan el peligro, como el embarazo y tener hijos que creemos que no figuraban como factores de riesgo”, advierte.
Rosell cree que VioGén tiene margen de mejora y que además de cuestiones objetivas se deberían introducir entrevistas con todos los implicados en esa situación de violencia desde los protagonistas: víctima, agresor, hijos, los compañeros de trabajo, los profesores. En definitiva, el entorno en su conjunto. “Si solo miras un trozo del paisaje, no te da la foto completa y se trata precisamente de valorar el riesgo. Al fin y al cabo, es un algoritmo de predicción, cuántos más datos le introduzcas, mejor. Hay todavía mucho que trabajar sobre todo en el riesgo de la infancia.
Solo el 0,02 de las víctimas en VioGén se consideran de riesgo extremo
Parece ser algo extraordinario valorar a una víctima de riesgo extremo, de las 89.464 mujeres inscritas en el sistema VioGén en mayo solo 19 obtuvieron una valoración donde se temía por su vida, lo que supone tan solo el 0,02 por ciento del total. Cuando las autoridades establecen ese nivel la víctima está protegida por varios agentes dedicados a la seguridad de la mujer las 24 horas del día y por turnos.
El riesgo alto tampoco es muy común. De las 89.464 mujeres en VioGén solo 1.420 estaban en mayo clasificadas como riesgo alto, un 1,58 por ciento del total. En riesgo medio se contabilizan 13.560, es decir un 15, 1 %. Sin embargo, el riesgo bajo es el más numeroso: 39.645 víctimas, un 44,3% . En 34.820 casos no se apreció riesgo, un 38,92 por ciento.