En el infierno hay un asesino de mujeres en serie: Malcom Harvey, un militar estadounidense que, en 1992, asesinó a dos chicas en Zaragoza. Mercedes Lázaro, de 25 años, apareció estrangulada en el garaje de su casa el 5 de marzo de 1992. Un mes después, otra joven de 22 años, Eva María Aznar, fue brutalmente asesinada mientras paseaba por su urbanización.
Ambas rubias, jóvenes, delgadas y de estatura media. Ninguno de los cadáveres presentaba signos de haber sido agredido sexualmente, ni les robaron las joyas o la cartera, algo poco común en este tipo de crímenes. Eva y Mercedes fueron estranguladas por detrás: el asesino les giró el cuello y las noqueó, con una variante de la llave conocida como mataleón, pero más agresiva. Una técnica tan mortífera que en España no se enseñaba ni en el Ejército, pero sí se empleaba en las Fuerzas Armadas americanas.
Un detalle: los zapatos de Eva María no aparecieron en la escena del crimen y los de Mercedes estaban colocados de forma especial, un tipo de fetichismo que no pasó desapercibido para los investigadores. Pero los crímenes se resolvieron 26 años después, cuando el delito estaba a punto de prescribir y en el último cartucho antes de que quedaran empolvados en el cajón de los no resueltos.
El enorme poder del ejército norteamericano, que se alineó en contra de la investigación policial española, dificultó la investigación. El sospechoso estaba en el punto de mira, todos los maestros de kárate, jiu-jitsu, judo y otras disciplinas practicadas en la época descartaron que la técnica utilizada perteneciera a las artes marciales y orientaron a los agentes hacia el entorno militar.
La esquela
“Mr. Malcolm Abdul Harvey, de 44 años, de Stone Mountain, Georgia, falleció el 22 de agosto de 2016. El funeral se celebrará el sábado 27 de agosto de 2016, a las 11 horas en la capilla Turner, en Marietta. La familia se reunirá en la iglesia a las 10:30 horas”. El cáncer mató al asesino.
Malcolm Harvey, era hijo de un teniente de la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF), estaba destinado en la base americana de Zaragoza. Su nombre siempre estuvo entre los sospechosos, pero no pudieron detenerlo por falta de pruebas, y regresó a Estados Unidos, donde ejerció de sheriff en la pequeña localidad de Stone Mountain. Un asesino en serie velando por la seguridad y previniendo el crimen. Las ironías de la vida nos demuestran que esta puede ser más cínica que las novelas de Raymond Chandler.
En toda investigación criminal hay un momento en que los pequeños detalles cobran importancia, y en esta, los policías del grupo de homicidios de Zaragoza desentrañaron varios. “Es un caso que habla de la perseverancia, la inteligencia y, sobre todo, la valentía de los investigadores para desentrañar un caso camuflado, ni más ni menos, por el enorme poder del ejército norteamericano”, cuenta Carlos Quílez, periodista y presentador de #Caso, la nueva serie documental de true crime de laSexta, que se estrenará el próximo 18 de septiembre.
Harvey era un asesino en serie, un tipo que saciaba sus instintos más básicos matando. “El fin de un asesino en serie llega cuando entra en acción el brazo ejecutor de la policía. Pero Harvey escapó de él, y posiblemente hubo más víctimas que nunca conoceremos”, apunta Quílez. “Este es un caso que, aunque no forma parte de la memoria colectiva, merece ser recordado. Además, literariamente también tiene ese punto en el que el relato te va enganchando”, señala Bea Osa, colaboradora de Artículo14 y copresentadora de #Caso. Recuperarlo ha sido posible gracias a una treintena de periodistas de investigación que, durante meses, han estado desgranando sumarios, localizando a las víctimas colaterales del crimen y entrevistando a quienes lo resolvieron.
Es una historia real, pero de película. Negra y criminal. De las que sabe a blues y a whisky. Un caso resuelto en memoria de Mercedes, Eva María y de tantas mujeres cuyos asesinos escaparon de la justicia.