El OVIM lucha para que “la violencia institucional deje de ser una barrera”

El Observatorio de Violencias Institucionales Machistas tiene el objetivo de visibilizar que este tipo de violencia es estructural y demostrar así que no son hechos aislados

El OVIM, Observatorio de Violencias Institucionales Machistas, se creó este año con el objetivo de proteger a las mujeres de la violencia institucional que sufren en el momento que denuncian a su agresor. Ayer, miércoles 3 de diciembre, fue su presentación oficial en Madrid en la que se habló de las madres protectoras, del acompañamiento, de la revictimización que sufren las mujeres y de la falta de una justicia en España con perspectiva de género interseccional.

El observatorio parte del proyecto llamado Vecinas por Vecinas de la Asociación Hèlia que realiza el acompañamiento a mujeres supervivientes de violencias machistas en juzgados, centros de salud o administraciones. Acompañando a todas estas mujeres se dieron cuenta de que la violencia institucional machista era un problema estructural por lo que decidieron dar un paso más y crear el OVIM con la ayuda de Almena Cooperativa Feminista y Fundación para la Convivencia Aspacia además de otras asociaciones. “No acabábamos de poner nombre a lo que estaba pasando. Las mujeres nos decían que en el juzgado les trataban mal y que lo habían pasado muy mal”, explica Marina Oliva, miembro de la Asociación Hèlia.

Cuando se dieron cuenta de que esto no ocurría solo en su ciudad, Barcelona, sino que era un problema común en toda España de forma “continua, recurrente y generalizada”, decidieron crear una herramienta que diera respuesta a lo que estaba pasando, así como trataron de aglutinar los recursos disponibles para las mujeres que estuvieran sufriendo violencia institucional machista. El OVIM también cuenta con un canal de denuncia colectiva, dado que como recuerda Montserrat Vila Planas, directora de la Asociación Hèlia, en la presentación, las administraciones les exigían datos que no tenían: “Ahora van a tener datos porque es una violencia estructural. No es una cosa que pase solo un día”.

El OVIM contra la violencia institucional

Oliva explica que el objetivo del OVIM es “incidir socialmente y políticamente para que las instituciones nos escuchen”, dado que creen que “las instituciones no se pueden vigilar a ellas mismas“. Así mismo pretenden exigir la rendición de cuentas al Estado por todas las víctimas de violencia institucional machista. “Es importante recoger cuál es el impacto que ha tenido esta violencia en las víctimas. Puede ser material, económico, en sus relaciones, en su trabajo… Y tenemos que recoger todos esos impactos para poder exigir una reparación del daño”.

Vila Planas asegura que el observatorio, aunque se creó en Barcelona, debe ser estatal. “Tenemos que hacer mucha más fuerza para poder tener más exito”, aseguró. “Es un trabajo de todas para hacer llegar este canal de denuncia a las mujeres, asociaciones y entidades. La violencia institucional debe dejar de ser una barrera”.

Montserrat Vila Planas en la presentación

Una violencia estructural

En la presentación, también se celebró una mesa redonda sobre violencias institucionales machistas, acceso a la justicia y respuesta feminista. Virginia Gil Portolés, directora de Fundación Aspacia, explicó la importancia de acompañar a las mujeres al juzgado para “garantizar que pueden ejercer sus derechos”. Además, añadió que en la asociación tienen compañeras que ejercen la acusación particular para ayudar a las víctimas.

Aunque la violencia institucional puede darse en las administraciones, comisarías o centros de salud, es en los juzgados donde la mayoría de víctimas denuncian sufrir este tipo de violencia. Gil Portolés explica que a menudo, a las mujeres, no les acompaña ni una comisaria, cuando es un derecho. Además, añade que en algunos juzgados “no hay separación” suficiente entre salas y, a veces, agresor y víctima pueden llegar a verse. Por lo que la directora de Fundación Aspacia cree que “se tiene que repensar la propia localización de los juzgados”.

La violencia institucional machista también es la revictimización que sufren las mujeres. “En el sistema interamericano hay sentencias donde se recoge que la revictimización es violencia institucional. Era el caso de una menor que había sido violada por su padre. En dicho caso, el Estado se convirtió en un segundo agresor con un trato cruel, inhumano y degradante”, denuncia Tania Sordo, jurista e investigadora experta en género.

Marta Cabezas, profesora investigadora de la UAM, también puso sobre la mesa el debate de las madres protectoras asegurando que es “un fenómeno sistémico en el que ellas son denunciadas por síndrome de alienación parental“. Por su parte, Marina Oliva no comprende cómo las campañas publicitarias del Ministerio de Igualdad piden a las víctimas denunciar si luego es el propio sistema el que no las protege.

En la presentación también estuvieron presentes Priscila Cabrera, coordinadora de Desarrollo Estratégico de la Fundación Aspacia, y Tatiana Retamozo, abogada de AIETI, que pidió que la violencia machista “no puede quedar solo en la denuncia porque es una vulneración de los derechos humanos”.

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