El vídeo de la declaración de Elisa Mouliaá ante el juez Adolfo Carretero por el caso de presunta agresión sexual de Íñigo Errejón muestra el mal trago que pasó la actriz durante el interrogatorio respondiendo las preguntas del magistrado. En un instante, Mouliaá explica que se sintió humillada por los tocamientos que sufrió durante una noche de septiembre de 2021 y detalla que explicó los hechos al cabo de los días a su entorno el día de su cumpleaños, 20 de octubre.
—¿Qué le dijeron sus amigas: por qué no denuncias?
— Es que todo el mundo a quien se lo conté flipó de asqueroso, de baboso. Encima él, que iba de todo lo contrario. Nadie me dijo eso es un delito, vete a la comisaría. Yo sí que lo he estado rumiando mucho tiempo porque me ha afectado y me sentí muy humillada, como si me hubiera tratado como un objeto…
— ¿Y no sería que usted quería algo con ese señor y al no corresponderle por eso ahora le denuncia? Porque este señor se ha reído de usted.
— Yo había quedado para conocerle.
— No sé dónde se ha oído o dicho que usted estaba ilusionada con él.
— Claro, durante las conversaciones de Telegram.
— Usted estaba ilusionada…
— Pues era uy, este chico, pues dentro de la izquierda parece moderado y la imagen que proyectaba pues…
— Por eso digo, y como no resultó así, por eso usted le denuncia.
— No, no me resultó así. Es que yo no hablé con él, no hubo un tonteo, no hubo nada.
— Claro que no hubo nada
— Entonces me quedé flipada.
“No es capaz de decirle ‘¿por qué me dices esto?’”
Antes de este instante, al inicio del interrogatorio, el juez Carretero advierte a Mouliaá que “algunas preguntas pueden ser inconvenientes, pueden ser molestas, pero no tiene más remedio que contestar”. Abre así el cuestionario y rememora la actriz las tres normas que, según consta en su propia denuncia ante la comisaría, trata de imponer Errejón a la actriz esa noche antes de entrar a una fiesta en casa de una amiga de Mouliaá: que no se alejase de él esa noche, que no podría separarse más de 20 metros de él y que le diera un beso.
—Me quedé bastante cortada, no supe reaccionar.
— Pero vamos a ver, usted es una persona que está acostumbrada a tratar con el público, ¿no? Usted es actriz no es capaz de decirle ‘¿por qué me dices esto?’. Es que no lo entiendo por qué se sintió violentada”.
—Esta primera interacción, que fue bastante fuera de lugar, la interpreté como…
—Claro, por eso mismo
— Una manera de bromear
— ¿De bromear?
— De saltarse como 10 pasos de una manera bastante torpe, pero lo quise pasar por alto.
—Pero dice usted antes que tenía una actitud muy seria. ¿Cómo es que estaba bromeando?
— Me sorprendió…
¿Le intentaba bajar las bragas o algo?
El interrogatorio prosigue con el momento en que Errejón logra meter en una habitación a Mouliaá e inicia los tocamientos.
— La empuja sobre la cama
— Cuando me empuja primero a la pared yo le intento quitar porque me estaba resultando muy incómoda porque estaba yendo muy rápido y que parara.
— ¿Pero usted le dijo que parara?
— Sí, sí. Le dije que me estaba sintiendo muy incómoda.
— No, muy incómoda no. “Oye, que me dejes en paz, que no me toques”, ¿Dijo algo de eso?
— Sí, después sí.
— Bueno, ya después sí. Pero estamos en el asunto de que la tira en la cama. Y ahí este señor, según usted, se sacó el miembro viril. ¿Para qué? ¿Sabe usted para qué?
— Para violentarme, en todo momento le noté una actitud dominante.
— ¿Le intentaba bajar las bragas o algo?
—No, las bragas no.
—Y empezó a lamerle los pechos. Y dice usted que se sintió paralizada y no consintió toda. ¿Cuánto tiempo duró el tiempo que estuvo chupándole las tetas, tocándole el culo?
—No lo sé, se me hizo eterno
—Es que es raro que usted no diga nada. Cuánto tiempo pudo estar?
—Le dije que parara, que me estaba sintiendo incómoda, que me estaba sintiendo violentada
