“Hasta estar aquí me da vergüenza”. Dolores Ruiz Méndez, la exmujer de Diego “El Cigala” explicaba este jueves en el juicio contra el cantaor por violencia de género el “infierno” que tuvo que soportar durante su matrimonio. Narró varios episodios violentos en la vista oral como por ejemplo, el ocurrido tras un concierto en una localidad barcelonesa cuando la “empujó, la tiró al suelo y le dio una patada”, sin que nadie de la promotora la socorriera. Ruiz Méndez se hizo unas fotografías ese día, pero no fue al médico porque quería arreglar las cosas con su expareja, de la que siempre “estuvo muy enamorada” aunque ha reconocido que ella era, para él, “un cubo de basura” y tenía “la culpa de todo lo que le pasara”.
El juicio se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal 3 de Jerez de la Frontera (Cádiz) tras una denuncia presentada por su exmujer en los juzgados jerezano en junio de 2021, por la que fue detenido en Madrid y posteriormente puesto en libertad sin ninguna medida cautelar a la espera de juicio. Cabe recordar que tras salir en libertad, después de declarar en los Juzgados en Madrid, aunque la causa ha pasado a Jerez donde fue interpuesta la denuncia, el cantaor declaró sobre su detención que “seguro que son los dineros, siempre quieren dinero las mujeres”, informa Ep.
Pesadillas, ansiedad, tristeza profunda y sentimientos de culpa
Seis años y ocho meses de prisión pide para él la defensa de la mujer, cuya abogada, Angélica García, ha manifestado en declaraciones a los periodistas antes de entrar en los juzgados que la mujer “está muy mal” y “lo único que quiere es que se haga justicia”. Por su parte, la Fiscalía solicita cinco años de prisión por un delito de maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género, de carácter físico y psíquico. También por cuatro delitos de maltrato en el ámbito familiar y de la violencia de género que el hombre habría cometido contra su expareja entre 2017 y 2020.
Prensa Ibérica adelantaba el informe que realizaron las psicólogas María Luisa Vallejo y Patricia Leal, que será una de las pruebas presentadas en el juicio. La víctima encara el juicio “con miedo” por tener que volver a ver a su presunto agresor, “le aterra la idea de volver a encontrarse con él”. Las dos mujeres que la han valorado le han diagnosticado un trastorno de estrés postraumático y un trastorno depresivo: “tiene pesadillas, se le cierra el estómago y cuando revive lo ocurrido le ocasiona llanto. Describe que evita lugares, personas o situaciones que le recuerden lo ocurrido, manifiesta hipervigilancia, muestra sobresaltos e irritabilidad y bloqueo“.
No es capaz de salir de casa, no come, no descansa
La expareja de “El Cigala” presenta “síntomas de tristeza profunda y desesperanza”, “muestra sentimientos de culpa y vergüenza por no haber tomado medidas (contra el acusado) antes” y se encuentra en una situación de “alto aislamiento social”, señalan las psicólogas. Su informe incluye entrevistas con varios familiares de la víctima que inciden en el mismo sentido: “No sale, no tiene amigos, está retraída, decaída, triste, con cambios de carácter, solo está volcada en sus hijos”. Otro familiar afirma: “ella ha estado viviendo sola diez años en América, también ha estado sola en Japón por trabajo y no le daba nada miedo, y ahora no es capaz de salir de casa. No come, no descansa, le duele el estómago”
Dificultades laborales y violencia económica
Lo ocurrido también ha tenido consecuencias en la vida profesional de la mujer, que desde hace años se gana la vida como cantaora flamenca, según consta en el informe: “La víctima presenta dificultades en su entorno laboral debido a la posición del presunto agresor, quien ostenta un rol de alta popularidad e influencia dentro de la misma profesión. Esta diferencia de estatus profesional y la menor notoridad de la víctima han contribuido a que su voz sea menos considerada en el ámbito laboral”.La jueza instructora ya determinó que, además de maltratar a su entonces pareja, ‘El Cigala’ también la “asfixió económicamente”. La familia de la mujer explicó a las psicólogas que la han evaluado que durante su relación con el artista, “ella no manejaba dinero, hasta para comprar una caja de leche le tenía que pedir a él”. También que “él la hacía (sentirse) pequeña, la familia ni entendía por qué la trataba así, a él le resultaba gracioso y para ella era humillante. Tenía miedo de él y se escondía en la habitación”.
Amenazas
Las peritos denuncian en su informe que la exmujer de “El Cigala” ha sufrido una “victimización secundaria” a lo largo del procedimiento judicial, por parte de algunas personas de su entorno. Ella misma les explicó que, después de denunciar al cantante, recibió “llamadas amenazantes de personas conocidas y desconocidas” e “intromisión en mis redes sociales”.