El juicio contra Dominique Pélicot ha revelado detalles que estremecen a toda Francia. La acusación contra él por drogar a su esposa, Gisele Pélicot, y permitir que más de 70 hombres la violaran mientras estaba inconsciente es solo una parte de este caso desgarrador. Sin embargo, el impacto de estos crímenes no se limita a su esposa. Su hija, Caroline Darian, también ha sido una víctima más de la brutalidad de su padre.
Durante el segundo día del juicio, celebrado en Aviñón, un nuevo golpe emocional destrozó a Caroline cuando el juez Roger Arata reveló que en el ordenador de Dominique Pélicot hallaron fotos de ella desnuda. Esas imágenes estaban archivadas en una carpeta titulada “Around my daughter, naked (Alrededor de mi hija, desnuda)”, según la propia investigación. Caroline, visiblemente afectada, tuvo que salir de la sala de audiencias. Lo hizo entre lágrimas, incapaz de soportar el horror de lo que estaba escuchando.
Este descubrimiento ha puesto a Caroline Darian en el centro de la tragedia de Dominique Pélicot. La enfrenta no solo al rol de su padre como perpetrador de los crímenes contra su madre, sino también como víctima de sus atrocidades. La crudeza de los hechos ha dejado una huella imborrable en su vida, tal como relató en su libro Et J’ai Cessé de T’appeler Papa (Y dejé de llamarte papá), en el que explora el colapso emocional que sufrió tras descubrir las acciones de su progenitor.
El descubrimiento de las fotos que guardaba Dominique Pélicot
Cuando Caroline escuchó en el juicio que su padre tenía fotos comprometedoras de ella en su ordenador, se rompió. “Estoy convencida de que me drogó, pero nunca lo admitirá”, expresó Darian durante una entrevista con Le Parisien, donde también detalló que su mayor temor era que su padre hubiera permitido que otros hombres la agredieran sexualmente, tal como lo había hecho con su madre. Esta sospecha creció cuando se encontró una foto suya con ropa interior que no le pertenecía.
El trauma acumulado por Caroline es incalculable. La evidencia apunta a que su padre, además de drogar y abusar de su madre, pudo haber cruzado una línea más al violentarla también a ella. La duda sobre lo que realmente sucedió sigue pesando. Un interrogante que tal vez jamás tenga una respuesta clara, ya que Dominique Pélicot ha mantenido silencio sobre estos temas. Es más, ha negado algunos hechos y minimizado otros.
La brutalidad detrás del matrimonio Pélicot
El caso ha conmocionado a la nación tanto por las violaciones sistemáticas que sufrió Gisele Pélicot como por la complicidad organizada con la que Dominique Pélicot facilitó estos abusos. La acusación detalla que Pélicot reclutaba a los violadores a través de un foro online llamado “Sin su conocimiento”, donde proporcionaba instrucciones detalladas sobre cómo debían proceder para no ser descubiertos. Según el juez, los hombres recibían indicaciones precisas: debían llegar de noche, sin llevar perfume ni oler a cigarrillos, desnudarse antes de entrar a la habitación, no hacer ruido y abandonar el lugar al más mínimo movimiento de la víctima.
La magnitud del crimen de Dominique Pélicot es escalofriante. La policía ha identificado al menos a 51 hombres que participaron en las violaciones. Sin embargo, creen que el número total de atacantes podría superar los 70. Estos hombres incluyen a un bombero, un guardia de prisión, un enfermero y un periodista. Todos ellos están actualmente enjuiciados y se enfrentan a penas de hasta 20 años de cárcel por violación agravada. Durante años, Gisele fue drogada y abusada sin saber lo que ocurría. Describía a su esposo hasta antes del juicio como un “padre y abuelo cariñoso”. Esa imagen cambió radicalmente cuando descubrió la verdad.
Durante el juicio, Gisele expresó con dolor: “Me repugna. Me siento sucia, traicionada. Es un tsunami, me ha atropellado un tren a alta velocidad”. La profundidad de su devastación es evidente. A pesar de las abrumadoras pruebas en su contra, Dominique Pélicot ha tratado de justificarse a través de su defensa. Admite los hechos, pero asocia sus actos a una “forma de adicción”. Su abogada, Béatrice Zavarro, declaró que Pélicot siente un profundo remordimiento, aunque califica sus crímenes como “imperdonables”.