Educar contra la violencia de género a través de Instagram

Blanca Tulleuda, a través de La Birabola, muestra la realidad del síndrome de alienación parental, de la violencia institucional y de la violencia vicaria que sufren muchas madres

En ocasiones, las redes sociales sirven para mucho más que para posturear o para entretenerse. A veces, pueden llegar a ser educativas. Todo depende del propósito que tenga la persona que abre una cuenta nueva. También pueden llegar a ser incluso, curativas. Este es el caso de Blanca Tulleuda, superviviente de violencia de género que decidió abrir una cuenta en Instagram para ayudar a otras mujeres víctimas. También para concienciar al mundo sobre esta problemática que cada año se salda decenas de vidas inocentes. Con el tiempo, ha descubierto que este proceso también le ha ayudado a ella a sanar y a darse cuenta de muchas cosas que no conocía, pero que, desgraciadamente, había vivido por culpa de su maltratador.

A través de La Birabola, nombre de su cuenta, Blanca investiga, aprende, dibuja, ilustra y luego enseña. En contacto con otras víctimas y asociaciones, investiga cualquier forma de maltrato. Aprende sobre todos los tipos de violencia machista: violencia de género, vicaria, síndrome de alienación parental, violencia institucional… Después, piensa un boceto y se pone manos a la obra. Al final, consigue una ilustración en la que recoge mucha información sobre un tema determinado. Una bonita forma de mostrar al mundo lo que viven muchas mujeres en su día a día.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de La Birabola (@labirabola)

“Es parte de mi proceso. A mí me ha servido mucho porque es una forma de resumir las cosas que aprendo. Cosas que voy interpretando porque son muy complejas y hay que mostrarlo de manera simple”, explica Tulleuda.

Estas ilustraciones le sirven también como denuncia a una sociedad “en la que está todo normalizado por prácticamente todo el mundo”. La ilustradora quiso dar voz a todas las formas de violencia porque cree que la violencia de género, a menudo, se resume en que “el mundo es machista y el machismo nos mata”. Por eso, ella habla de la violencia institucional que viven muchas mujeres cuando se animan a denunciar a su agresor; da voz a la violencia vicaria insistiendo en que un maltratador no puede ser un buen padre y también explica qué es el maltrato psicólogico, del cual, a veces, no se habla tanto.

“Invisibilizar, ignorar, menospreciar, acusar, amenazar y presionar”. Así se muestra el maltrato psicológico que en muchas ocasiones se pasa por alto. En esta ocasión, Blanca ha optado por darle un giro de 180º a situaciones comunes que viven las víctimas y ha antepuesto a las mujeres con frases como “soy real y no tengo que fingir y eso te molesta” o “no me voy a empequeñecer para que tú te sientas grande”.

La violencia institucional y la violencia vicaria son dos temas que tocan de cerca a Blanca Tulleuda. Por ello, ha dedicado varias ilustraciones en su cuenta para hablar de estos temas. En cuanto a la violencia vicaria, desde el primer momento, deja claro que “agresores y maltratadores no son buenos padres”. También explica una de las razones por las que ocurre este tipo de violencia: “el divorcio y la pérdida de la familia es un ataque a su masculinidad y usan todos los medios a su alcance para dañar a las madres“.

A ella, como víctima, también la salvó Instagram. “Empecé a contactar con asociaciones en las que leía sus historias por Instagram y me veía reflejada en ellas. Al final te das cuenta que son los mismos patrones los que siguen los agresores. Podrán cambiar las circunstancias, pero la violencia es la misma”.

Desde La Birabola también manda mensajes de ánimo a las víctimas y explica cómo es posible salir de una relación de maltrato. Con advertencias como “no estás loca”, “posiblemente tengas estrés post-traumático” o “no eres dramática ni estás sobrereaccionando”, alerta a las mujeres de situaciones por las que podrán pasar. También les aconseja “buscar ayuda profesional” y “refugio en otras supervivientes“.

Tulleuda empezó compartiendo estas ilustraciones en un perfil privado en el que tenía a sus conocidos. Ellos no comprendían el mensaje que la superviviente quería mandar y además, su exmarido se enteró y le amenazó con que quitara todos los dibujos y pusiera una disculpa pública. Al final, pensó que sus mensajes podrían llegar más lejos en una cuenta pública. Cuenta que no lleva ni un año abierta y que ya ha conseguido más de 2.000 seguidores interesados por la violencia de género.