Dominique Pélicot: cuando el horror convive en tu propio hogar

El horror perpetrado por Dominique Pélicot resucita el debate sobre la violencia sexual que sufren las mujeres en sus propias casas

Gisele Pelicot y su hija después de la primera sesión del juicio EFE/EPA/GUILLAUME HORCAJUELO

El caso de Dominique Pélicot ha sacudido profundamente a Francia y al mundo entero. El hombre de 71 años está siendo juzgado por drogar a su esposa, Gisele Pélicot, y permitir que decenas de hombres la violaran mientras ella estaba inconsciente. Este caso estremecedor ha revelado una verdad incómoda: los peores horrores no siempre provienen de un extraño o de un lugar lejano. A menudo, los abusos más crueles y las violaciones más brutales ocurren en el lugar que debería ser el más seguro: el hogar, y a manos de aquellos en quienes se debería confiar más.

Dominique Pélicot no solo abusó de su esposa, drogándola durante una década y permitiendo que otros hombres la violaran cuando estaba inconsciente. También explotó la vulnerabilidad de su hija Caroline Darian, quien descubrió que su padre había almacenado fotos de ella desnuda en su computadora. Este doble abuso familiar expone el peligro invisible que acecha en muchos hogares de todo el mundo, donde las violaciones y los abusos son perpetrados por esposos, parejas y otros miembros cercanos de la familia.

El horror de Dominique Pélicot que ha conmocionado al mundo

El juicio de Dominique Pélicot ha revelado detalles impactantes de cómo planeó y ejecutó una serie de violaciones sistemáticas contra su esposa durante una década. Lo más espeluznante es que no lo hizo solo. A través de un foro online, reclutó a decenas de hombres para que violaran a su mujer mientras ella estaba sedada. Pélicot proporcionaba instrucciones detalladas para que los atacantes actuaran en silencio, sin ser detectados, con la frialdad de un organizador logístico de crímenes.

Lo que hace que este caso sea aún más impactante es que no fue descubierto hasta que Dominique Pélicot fue sorprendido filmando bajo la ropa de mujeres en un supermercado en septiembre de 2020. Todo comenzó como una investigación de un delito menor, pero acabó destapando un horror mucho mayor: decenas de hombres participaron en violaciones en serie en su hogar, mientras su esposa no tenía idea de lo que estaba ocurriendo.

Si embargo, el caso de Dominique Pélicot no es un hecho aislado. Ha habido otros casos similares. Las estadísticas internacionales muestran que muchas violaciones y abusos sexuales son cometidos por personas cercanas a las víctimas, incluidos esposos y parejas. El hogar, que se supone es un refugio de seguridad, puede transformarse en una prisión de violencia, abusos y control.

Violencia sexual en el hogar: una realidad alarmante

Los datos son claros: las mujeres son más propensas a sufrir violencia sexual dentro de su propio hogar que en espacios públicos. Según un informe de ONU Mujeres, aproximadamente el 35% de las mujeres en todo el mundo han experimentado violencia física o sexual a manos de una pareja íntima o de otra persona conocida . En muchos países, como Francia, la violencia sexual dentro de las relaciones es una realidad oculta, que rara vez sale a la luz, en parte debido al silencio y la vergüenza que rodea este tipo de abusos.

Dominique Pélicot: cuando el horror convive en tu propio hogar

Dominique Pélicot, el monstruo de Francia que aterroriza al mundo | El Nacional

En un informe de Rape Crisis England & Wales, se estima que el 90% de las víctimas de violación conocían a su agresor, y aproximadamente el 51% de los abusos ocurrieron dentro de una relación de pareja . Estas cifras reflejan un patrón preocupante: en muchos casos, el violador es alguien cercano a la víctima, una persona en quien confía y con quien comparte su vida. Dominique Pélicot es un ejemplo aterrador de este tipo de agresores: un hombre que, a ojos del mundo exterior, era un esposo y padre “cariñoso”. Pero que en la intimidad de su hogar cometía los actos más atroces.

El hogar: un espacio de control y abuso para monstruos como Dominique Pélicot

Lo que hace que los abusos sexuales perpetrados por esposos o parejas sean particularmente difíciles de detectar es la dinámica de poder y control que se desarrolla en las relaciones íntimas. En muchos casos, como el de Gisèle, las mujeres no son conscientes de que están siendo victimizadas. Dominique Pélicot drogaba a su esposa antes de los ataques, dejándola completamente indefensa. Gisèle no sabía que su marido estaba abusando de ella. Confiaba en él. Creía que era un buen marido y un buen padre. Ni siquiera sospechaba lo que estaba sucediendo en su hogar.

La violencia sexual dentro del hogar a menudo está ligada a la manipulación psicológica y emocional. Los agresores pueden utilizar diversas formas de control, como el aislamiento, la amenaza y la intimidación, para mantener el poder sobre sus víctimas. En muchos casos, las víctimas pueden no denunciar los abusos debido al miedo a represalias o a la falta de apoyo externo.

Un estudio realizado por la National Coalition Against Domestic Violence (NCADV) en Estados Unidos muestra que, en promedio, las mujeres que son víctimas de violencia doméstica experimentan ataques durante varios años antes de buscar ayuda. El mismo informe indica que la violencia sexual dentro de una relación es una de las formas de abuso más difíciles de denunciar, ya que las víctimas temen no ser creídas o enfrentar el estigma social.

La intersección entre el abuso doméstico y la violencia sexual

El caso de Dominique Pélicot pone en primer plano la conexión entre el abuso doméstico y la violencia sexual. Muchas veces, la violencia sexual dentro del hogar está relacionada con otros tipos de abuso, como el control financiero, la manipulación emocional y la violencia física. Esta intersección crea una dinámica en la que las mujeres se sienten atrapadas, sin poder escapar de sus agresores.

Dominique Pélicot: cuando el horror convive en tu propio hogar

La hija de Dominique Pélicot también fue víctima de la brutalidad de su padre | EFE

Un estudio del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE) señala que las víctimas de violencia sexual en el hogar suelen ser también víctimas de otras formas de abuso. La violencia física y el abuso psicológico son comunes en estas situaciones, lo que refuerza el poder del agresor sobre la víctima. La dependencia económica y emocional a menudo impide que las mujeres denuncien los abusos o busquen ayuda .

En el caso de Gisèle, aunque no hay evidencia de abuso físico previo, el control total que Dominique Pélicot ejercía sobre ella a través de la sedación es un claro ejemplo de cómo el abuso sexual puede integrarse en una dinámica de poder donde la víctima está completamente sometida. Durante años, Gisèle vivió con la ilusión de que su esposo era un hombre afectuoso. La realidad es que él la estaba sometiendo a las peores formas de explotación y violencia.

Las barreras para denunciar el abuso en el hogar

Uno de los mayores obstáculos para combatir la violencia sexual dentro del hogar es la dificultad de las víctimas para denunciar los abusos. Muchas mujeres, como Gisèle Pélicot, no tienen idea de lo que está sucediendo. Otras temen represalias o no se sienten seguras de que la justicia las proteja. En varios países, el estigma social y cultural asociado a la violación dentro del matrimonio es una barrera importante para las víctimas.

En un informe publicado por Amnistía Internacional sobre violencia sexual, se destaca que en algunos países la violación conyugal ni siquiera se reconoce como un delito penal. A pesar de los avances en derechos humanos y en la lucha contra la violencia de género, aún existen lagunas legales que perpetúan la impunidad para los agresores que cometen violaciones dentro del matrimonio.

Incluso en países donde la violación conyugal está criminalizada, como en Francia, las víctimas se enfrentan a desafíos para probar los abusos y obtener justicia. En muchos casos, el entorno de intimidad y la falta de testigos directos hacen que las investigaciones sean complicadas. Eso lleva a tasas de condena extremadamente bajas para este tipo de delitos.

TAGS DE ESTA NOTICIA