La declaración fue breve pero enfática. El oyente: el fiscal que investiga al expresidente de Argentina Alberto Fernández por violencia de género. La enunciadora: Tamara Yáñez, hermana de la ex primera dama Fabiola Yáñez, quien aseguró esta semana que “maltrato y hostigamiento, hubo siempre” de parte del ex primer mandatario, que “violencia física hubo en un momento” y que Fernández llegó a pedirle a su entonces pareja que abortara.
Faltan solo unas horas para que preste declaración Miriam Yáñez Verdugo (madre de Fabiola), en la causa por la que el expresidente de Argentina entre 2019 y 2023 está imputado por violencia de género; o, para ser más exactos, por los delitos de lesiones leves y graves, doblemente agravado por el vínculo, más abuso de poder y de autoridad, y amenazas coactivas.
Sin embargo, el breve testimonio de Tamara Yáñez resulta suficientemente inquietante, después de las declaraciones de la esteticista de la ex primera dama y el médico a cargo de la Unidad Médica Presidencial.
Alejarla de Alberto Fernández
Según compartió el fiscal Ramiro González con Artículo14, Tamara Yáñez dio a entender que la familia de la ex primera dama no solo estaba al tanto de la violencia que el hombre ejercía contra ella sino que intentaron alejarla de él. Un hombre al que su madre y ella le tenían miedo, aseguró.
Explicó que la familia tomó negativamente la noticia de que Fabiola Yáñez había vuelto con Alberto Fernández (tras un primer período de relación) y, en especial, que él se postulara como candidato a presidente de Argentina.
“Habíamos estado intentado durante años sacarla de ese lugar. Nosotros sabíamos cómo era la cuestión; como él se manejaba, que él la menospreciaba”, declaró la hermana este lunes.
Con respecto a la violencia al interior de la pareja, Tamara Yáñez aseguró que “era habitual”. No solo “la dejaba atrás al caminar, inclusivo en actividades oficiales”. Además, “siempre la hacía callar”.
Violencia de género en el lecho presidencial
En el escrito con el que justificó su imputación al expresidente, el fiscal había descrito nueve hechos -basados, desde ya, en la denuncia de la víctima-, que hace semanas busca probar juntando pruebas. A ese compendio se suma ahora el testimonio de Tamara Yáñez.
A pesar de que es esperable se posicione a favor de su hermana, sus palabras no dejan de estremecer.
Tamara Yáñez ratificó la hipótesis del fiscal acerca del moratón en el rostro, hecho atribuido a la noche del 26 de junio de 2021 cuando, “después de una discusión originada posiblemente por la denominada ‘fiesta de Olivos’, (él) le propinó un puñetazo en el ojo”, según la denuncia del fiscal.
Maquillaje para lo inocultable
Los días posteriores, la entonces primera dama viajó a la provincia de Misiones (al noreste de Argentina) para un evento oficial. Entonces, su hermana vivía allí. Acordaron verse una noche.
Cuando Tamara ve a su hermana con el ojo morado (no negro, todavía), mantienen este diálogo: “¿Qué pasó?”, pregunta Tamara. “Discutí con Alberto. Era de noche y estaba en la cama. Alberto me pegó un manotazo”, le cuenta Fabiola. Según Tamara Yáñez, “se maquilló para salir sin que se le notara el ojo morado”.
Además del episodio de Misiones, contó otro, ocurrido en el chalet presidencial. Habló de “gritos muy fuertes de Alberto” y de “agarrones”. “Él la agarra del brazo y se la lleva a su habitación”, señaló, y compartió que frente a los malos tratos, “Fabiola se encerraba en la habitación”.
Es fácil imaginar esa y otras escenas, en el contexto inmediato a que Fernández culpara a Yáñez por la filtración de la foto mencionada (el famoso cumpleaños de Fabiola en la residencia presidencial de Olivos en plena cuarentena estricta por Covid).
Alberto Fernández trasladó a los medios versiones variadas, entre supuestas caídas de una presunta Fabiola pasada de copas y los efectos adversos de tratamientos estéticos que se habría aplicado en el rostro. Tamara dijo no solo que él la culpaba por filtrar la foto sino que desde el teléfono -intentando hablar con su hermana- oyó a Fernández gritando desde afuera de esa habitación. “Alberto estaba como loco”, subrayó.
Tras compartir esa foto hubo un cambio que la perjudicó. “La tenían encerrada”, “le cortaron actividades” y “ahí es cuando empeora su cuestión personal porque se la pasaba encerrada”, son algunos de los pasajes declarados en esto duro testimonio.
Embarazo, aborto y un fracaso electoral
Según Tamara Yáñez, “hasta 2016, Fabiola tenía una vida normal”. El año coincide con el inicio de la violencia de género denunciada inicialmente por la ex primera dama.
Pero estamos en los días en que Fabiola Yáñez le cuenta a su familia que estaba embarazada y confirma querer tener un hijo. “Ellos no se cuidaban, sabíamos que podía pasar el embarazo”, explicó Tamara al fiscal.
Presiones psicológicas
Sin embargo, apuntó que el expresidente le dijo a su pareja que el embarazo “no va a poder ser”. Que lo tenía que “suspender”. Es lo que en la denuncia de Fabiola Yáñez quedó plasmado en la forma de una serie de presiones psicológicas. Pasó de pedirle que aborte a directamente dejar de dirigirle la palabra porque ella no accedía. Atrapada, accedió.
Así como “desde el inicio de la relación” hizo evidentes “los malos tratos a Fabiola”, más tarde terminó responsabilizándola por derrumbar su imagen presidencial y, en particular -dejó claro este nuevo testimonio- “por haber perdido las elecciones legislativas de 2021”.
Los intentos de huir de Fabiola Yáñez
Tamara Yáñez dejó claro que su hermana intentó alejarse de Fernández como pudo. La primera vez fue después de abortar. Se fue a Londres un tiempo, pero Fernández no la dejaba en paz y le suplicaba que volviera. Según la hermana de la ex primera dama, el hombre llamaba incluso a su suegra “para pedirle que la haga volver”.
La segunda vez fue años después, ya en la quinta presidencial, donde habrían ocurrido los golpes y continuado el hostigamiento. Como Fabiola no se podía ir de la Quinta, se fue a la casa de huéspedes, ya que “en la casa principal era insostenible” y además “Alberto no dejaba que se fuera de la Quinta hasta el final del mandato”, dijo Tamara Yáñez.
Ella misma intentó enfrentar a su cuñado una vez, recordó. Según el fiscal González, “lo llamó para recriminarle el mal trato hacia Fabiola”. ¿Qué contestó Fernández? “Sos una pendeja impertinente; con vos no hablo”, y le cortó el teléfono.
Tamara explicó que Fernández siempre se jactó de su poder como presidente y que se no le podía decir nada. “Siempre había que darle la razón”, resumió.
Al menos una vez, Fabiola no se la dio. Unos días antes de la asunción de Javier Milei, Yáñez abandonó a Fernández. Se tomó un avión con su hijo y se fue a Madrid.