El 25 de noviembre de 2022 se decretó la orden de busca y captura contra Carlos Navarro. Un año y medio después fugado, por fin, ha sido detenido. Ha ocurrido en L’Anoia, Barcelona. Un amplio operativo con más de treinta efectivos ha conseguido sacar esta madrugada a este maltratador de su escondite.
El Juzgado de Guardia ha decretado su ingreso en prisión donde tendrá que cumplir la condena de 5 años y 8 meses que le interpuso el juez hace dos años.
En la operación ha participado el Grupo de Búsqueda Activo de Fugitivos (Graf), el Área Regional de Recursos Operativos (Arro) y la unidad canina de los Mossos. Según han explicado las autoridades, El Yoyas se encontraba refugiado en una casa en la que estaba siempre escondido. Así mismo aseguran que tomaba muchas medidas de autoprotección.
🔴🔴 Detenim un fugitiu a l'Anoia que tenia en vigor una ordre de recerca, detenció i ingrés a presó per violència en l'àmbit familiar, amenaces i maltractaments en l'àmbit de la llar.
El detingut estava fugit des del novembre de 2022.
Investigació conjunta amb @policia pic.twitter.com/5NnOIB8Pev
— Mossos (@mossos) June 26, 2024
El caso de Carlos Navarro, ‘El Yoyas’
Sobre Carlos Navarro constaba una orden de busca y captura a todas las Fuerzas de Seguridad del Estado. El 15 de noviembre de 2022 se emitió el expediente de ejecución por el que se solicitaba su ingreso en prisión. Sin embargo, no se presentó y se dio a la fuga.
Fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por un delito de maltrato habitual, lesiones en el ámbito familiar, amenazas y vejaciones a la que fue su pareja y madre de sus hijos, Fayna Bethencourt.
Hace dos meses, Bethencourt habló con Artículo14 y expresó su enfado con las autoridades: “Este proceso ha durado años. Yo lo he pasado muy mal con los juicios y lo hemos pasado muy mal en mi familia para que al final haya una condena, se escape y nadie haga nada”. Desde el principio, Fayna creía que “se tenía que haber solicitado prisión preventiva o haberle puesto una pulsera telemática. Tendrían que haberlo visto venir. Era muy previsible que se fuese a escapar”.
Hoy, al fin, ya puede respirar tranquila sabiendo que su agresor se encuentra en prisión.
