¿Deberían ir los políticos a los entierros?

Este fin de semana hemos vivido una jornada negra con seis víctimas por la violencia machista. El Gobierno asiste a los funerales de Estado, pero no existe un protocolo específico acerca de a qué otros actos de este tipo acude. ¿Deberían hacer acto de presencia miembros de primer nivel a este tipo de actos?

 

 

A FAVOR
Ana Bella
Presidenta de la Fundación Ana Bella

"El Gobierno y la oposición. Sería un mensaje potente"

Considero que a los funerales por las víctimas deberían acudir miembros destacados del Gobierno porque sería un mensaje muy potente a la sociedad, se transmitiría una imagen de que el Ejecutivo se toma esta materia en serio y está haciendo todo lo posible para luchar contra estos crímenes. Ejemplificaría la condena a la violencia de género y la repudia a los maltratadores, que es muy importante y serviría también, por supuesto, para apoyar a las familias de las víctimas en esos momentos.

Es más, creo que deberían asistir no solo el Gobierno, si no también miembros de la oposición: diputados, senadores, pero que sea una cuestión que no se politice, que tengamos claro que es un problema de estado y tienen que luchar unidos, deberían mostrar unidad porque esto no va de cifras. Mientras más repercusión tenga, mejor. Vería muy bien, incluso, que acudiese la Familia Real.

Tenemos que tomar conciencia como sociedad de que estos temas no son una cuestión privada, sino que es un delito público y que todas y todas tenemos que actuar como agentes de cambio. Sería positivo dejar la política de lado. Los políticos van a muchos sitios como por ejemplo si hay un volcán o un accidente ¿por qué no a estos funerales?

Desde la Fundación Ana Bella ha habido ocasiones en las que hemos tenido que realizar colectas para sufragar los gastos de algún entierro porque las administraciones no se han hecho cargo y eso no puede ser.

 

EN CONTRA
Beatriz Bonete
Socióloga, experta en Género e Investigación social

"No es buena idea politizar los funerales"

La violencia de género es un problema social y político de toda la sociedad, no un problema “privado” (como siempre hemos reivindicado las feministas y las expertas en género) de las mujeres, las parejas o las familias. Esto tiene que ver con que, desde el gobierno, se pongan en marcha todas las actuaciones y recursos necesarios para garantizar la seguridad de las mujeres víctimas de violencia de género. De ellas y sus hijas e hijos.

Sigue habiendo mucho por hacer para implementar completa y adecuadamente una ley de violencia de género que tiene ya 20 años. A nivel judicial, por ejemplo, con sentencias en las que se sigue dejando a un padre maltratador que vea a sus hijas/os. Pero también a nivel de las fuerzas y cuerpos de seguridad para mejorar la evaluación del riesgo y la protección de las víctimas.

La violencia de género es una cuestión de estado, pero, para mí, eso no significa que la ministra u otros responsables del gobierno tengan que asistir al funeral de las víctimas. El funeral es un momento de despedida íntimo para la familia y personas conocidas.

En los casos de violencia de género, es un momento mucho más duro. Y si hay menores víctimas es durísimo. Por eso creo que no es buena idea “politizar” los funerales. Sino seguir trabajando tanto para erradicar la violencia machista como ofrecer apoyo y protección a las familias de las víctimas asesinadas. Ahí es dónde el gobierno y la ministra tienen que demostrar que la violencia machista es una cuestión de estado.

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