Cuando tras una paliza salvaje te arrojan por una terraza, te siguen golpeando y no es tentativa de homicidio

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León revisa hoy los recursos contra la sentencia que absolvió al ex concejal de homicidio en grado de tentativa por llamar a Emergencias y taponar una herida

La pegó, la arrastró, la cogió del cuello, la levantó y la tiró por la terraza. Una vez en el suelo, bajó y continuó dándole golpes. Fue un milagro que sobreviviese, pero lo hizo. Quedó parapléjica y con secuelas neurológicas graves, sin embargo, la Audiencia de León consideró que esas acciones no se enmarcan dentro de una tentativa de homicidio porque el agresor llamó a Emergencias y taponó unas heridas.

La víctima de esta historia es Raquel Díaz, una abogada que defendía a víctimas de violencia de género, deportista, triunfadora, pero que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino con Pedro Muñoz, un conocido político y ex concejal de El Bierzo, en León, que casi acaba con su vida.

 

Raquel Díaz antes de sufrir el brutal ataque por parte de Pedro Muñoz que la dejó parapléjica y con graves lesiones

 

La Audiencia de León condenó a Muñoz en enero a 16 años y once meses de prisión por varios delitos de malos tratos y uno de lesiones agravadas. Le absolvió de tentativa de homicidio a pesar de que en el relato de hecho probados de la sentencia se habla de como “el acusado, con la intención de acabar con la vida de la denunciante y, conociendo y asumiendo las altas posibilidades que existían de poner fin a su vida si la arrojaba, la lanzó al vació por el balcón o barandilla que soportaba el remate de la terraza”.

Increpó a los testigos en el juicio

No obstante, el fallo considera que hubo arrepentimiento porque llamó al 112 e intentó parar unas hemorragias que él había provocado. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León revisa hoy los recursos de la Fiscalía, las acusaciones particulares y la defensa en contra de la sentencia de la Audiencia.

El carácter de Muñoz quedó patente en el juicio cuando hasta tuvieron que llamarle la atención por su maneras chulescas y amenazantes con alguna testigo, pero quien logró desenmascarar al político fue la propia Díaz. Su relato de cómo fue su relación con el hombre que intentó matarla es terrorífica. “Este señor a mí me rompió la vida, me amenazaba diciéndome que estaba mal de la cabeza, que me iba a hundir en Ponferrada, que iba a matar a mi hermano, a mi hermana, a mis sobrinos y a mi hija”, declaró.

La finca de los horrores

Si Díaz osaba a llevarle la contraria en alguna discusión sobre la política, había represalias. “Si no le daba la razón yo acababa pegada, maltratada o violada”, aseguró. Pero sin duda fue al hablar de su día a día en la finca de Toreno, donde convivían y sucedieron los hechos, cuando se pudo apreciar el ciclo de violencia en el que vivía Raquel. Entre lágrimas, explicó que le dolía mucho que la llamara hija de puta y que “cuando le decía que parara se ponía más gallito. Era un psicópata narcisista que cuando le plantaban cara se volvía más gallito”, apuntó.

 

Pedro Muñoz fue condenado a 16 años y once meses de prisión por malos tratos y lesiones agravadas

 

“Agarrarme con la mano derecha por el cuello era matemático”, aseguró Díaz al recordar las agresiones. “Me daba puñetazos, me tumbaba en la cama y me violaba. Me obligaba a tener relaciones sexuales de todas las maneras”, señaló durante el juicio. Raquel se refirió a la casa de Toreno como la “finca de los horrores”. También explicó que no llamó a la Policía de Ponferrada en más ocasiones (lo hizo una vez, pero nadie acudió a socorrerla) porque “él era concejal, tenía miedo de acabar siendo culpable”.

Zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?

Sobre el ataque que la dejó en una silla de ruedas, Díaz contó cómo Muñoz “me agarra con su mano derecha y me golpea con la izquierda en el ojo. Para no caerme, me agarré a su brazo y tenía las uñas largas para que no me soltara. Me lanzó contra el pozo y resbalé por el suelo. Salió de la casa y me decía: Zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya? ¿Te has enterado de que la única forma que tienes de librarte de mí es muerta?”.

Raquel detalló que las agresiones se repetían “cada quince días” y que el ex concejal “sabía pegarme. Cuando me dolía la tripa, me daba en la barriga, si tenía la menstruación, lo hacía en los pechos porque durante esa etapa duelen más; y si lo hacía en la cara buscaba la mandíbula”.

Muñoz nunca admitió lo ocurrido. De hecho, al principio lo intentó hacer pasar por un accidente, pero las lesiones por las que la trataron en urgencias no coincidían con una caída accidental y cuando Raquel se recuperó de sus lesiones pudo dar su testimonio.

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