Para la tranquilidad de los padres es esencial conocer cuáles son los rasgos en común que comparten la mayoría de los pederastas para así poder reconocerlos a tiempo. Cualquier persona podría ser un potencial pederasta, por lo que identificar a una de estas personas puede resultar complicado, sobre todo porque, al principio, muchos logran ganarse la confianza de los niños de los que luego abusan.
Es por lo tanto esencial aprender a identificar los comportamientos y características que podrían ser señales de alarma, así como para saber cómo evitar que individuos peligrosos se acerquen a tu hijo o hija. Estas son algunas de las características más comunes que suelen compartir.
Cualquier adulto podría ser abusador sexual
No hay una característica física, profesión o tipo de personalidad que sea común a todos los abusadores. Pueden ser de cualquier sexo, raza, religión, tener diversas ocupaciones e intereses, igual que cualquier otra persona. Un abusador puede parecer encantador, cariñoso y totalmente amable, mientras oculta, con mucha destreza, pensamientos propios de un depredador sexual. Esto significa que nunca se debe descartar completamente la posibilidad de que alguien pueda ser un abusador.
La mayoría de abusadores son personas del entorno de la víctima
El 30% de los niños que sufren abuso sexual han sido agredidos por algún familiar, mientras que el 60% lo han sido por un adulto que, aunque no era un familiar, sí era una persona conocida. Esto implica que solo un 10% de los niños abusados han sido víctimas de un desconocido.
En la mayoría de los casos, el abusador es una persona que el niño conoce a través de la escuela o de otros círculos, como un vecino, maestro, entrenador, sacerdote, pastor, instructor de música o niñera/o. También es posible que los familiares, como padres, abuelos, tíos, primos o padrastros, sean quienes cometan el abuso.
Características más comunes: la mayoría suelen ser hombres
Aunque cualquiera puede ser un abusador, la mayoría de ellos son hombres, sin importar si sus víctimas son niños o niñas. Muchos depredadores sexuales tienen antecedentes de abuso en su propio pasado, ya sea físico o sexual.
Algunos también sufren trastornos mentales, como problemas del estado de ánimo o de personalidad. Tanto los hombres heterosexuales como los homosexuales tienen la misma probabilidad de ser abusadores, y la idea de que los homosexuales son más propensos a cometer abusos es un mito.
En el caso de las mujeres abusadoras, tienden a cometer abusos con mayor frecuencia hacia los niños que hacia las niñas.
Vigila el comportamiento de personas sospechosas
Frecuentemente, los abusadores muestran más interés por los niños que por los adultos. Pueden tener trabajos que les permitan estar cerca de niños de ciertas edades, o buscan maneras de pasar tiempo con ellos, como ser entrenadores o niñeras/os.
Tienen la tendencia de hablar de los niños o tratarlos como si fueran adultos. A veces, se refieren a ellos de la misma manera en que lo harían con un adulto, un amigo o incluso una pareja. Los abusadores suelen decir que sienten un cariño especial por todos los niños o que se sienten como si todavía fueran niños ellos mismos.
Busca señales de “grooming”
El término “grooming” se refiere al proceso que el potencial abusador emprende para ganar la confianza de un niño, y a veces también la de los padres.
A lo largo de los meses e incluso años, el abusador se irá convirtiendo en un amigo de confianza para la familia, ofreciéndose a cuidar a los niños, llevarlos de compras, de viaje o incluso pasar tiempo con ellos de alguna otra forma. En realidad, muchos de ellos no abusarán de un niño hasta haberse convertido en alguien de confianza. Muchos incluso se aprovechan de los niños de padres solteros que no pueden supervisarlos con mucha frecuencia.