“La ansiedad que tiene tu hijo se la has creado tú“. “Tan mal no estarías, si aguantaste tantos años. “Qué poca vergüenza, a ver si se va a parecer usted a la elementa esta de Juana Rivas” “Esto parece más una venganza que un caso de violencia“, “¿Por qué volviste con él si dices que te maltrataba?” ¿En qué quedamos? Antes no decías nada malo de él y ahora es un padre horrible”. “Si no llegas a un acuerdo los niños irán a un centro de menores”. “Tan malo no sería si le diste otra oportunidad”. “Deja de manipular a los niños”. “Cinco años de maltrato, ¿y no tienes partes de lesiones? ¡Qué casualidad!”. “Le estás arruinando la vida“. Estas son algunas de las frases que decenas de víctimas aseguran que han escuchado en boca de jueces y juezas especializados en Violencia contra la Mujer.
El revuelo por la filtración de la declaración de Elisa Mouliaá ha puesto sobre la mesa la violencia institucional que sufren las mujeres que denuncian. Adolfo Carretero no es un juez con formación en violencia, pero las asociaciones de víctimas llevan años denunciando el nivel brutal de revictimización al que se exponen las que encuentran la manera de acudir a las autoridades a pedir ayuda, incluso con magistrados especializados. Frases cortante, gritos, valoraciones personales, que te expulsen de la sala de vistas si el llanto es incontrolable, entre otras, son algunas de las experiencias que, cuentan estas mujeres, sufren a diario. Varias asociaciones de víctimas explican qué está pasando en los juzgados dónde se debería aplicar desde el primer minuto el Estatuto de la Víctima.
Chelo Álvarez, presidenta de la asociación Alanna
“No son casos aislados. Se machaca no a una, sino a miles de mujeres a diario”
“El problema no es solo de formación, que también, el Grupo de Expertos en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica (Grevio) este año lo exponía alto y claro en España falta formación en las y los operadores jurídicos. No existe sensibilización alguna. Estamos cansadas de decirlo: si un juez o una jueza no cree a las víctimas por mucha formación que reciba no va a avanzar el buen trato a la mujer que tiene delante. Necesitamos un sistema garantista para con las mujeres niñas y niños víctimas de violencia machista, un sistema que evalúe a cada operador jurídico. Una evaluación previa y una evaluación continuada. Continuamos con un sistema absolutamente patriarcal, con todos los sesgos de género que existen, que lanza a las víctimas mensajes continuados: no denuncies, no te creo y esto ocurre incluso en juzgados especializados. Existen operadores jurídicos especializados, con un sesgo machista elevado. La prensa se hace eco de casos que por desgracia, o no, muestran ese sesgo, pero no son casos aislados. La crudeza, la falta de respeto, de escucha, la incredulidad. Se machaca no a una, sino a miles de mujeres a diario. Y el efecto dominó lo escuchamos cada día: me da miedo denunciar, no me van a creer, no nos van a proteger. ¡Basta de violencia institucional!”
Paula Prada, del colectivo de víctimas de violencia de género institucional Madre Mía,
“Interrogatorios como el de Elisa Mouliaá son algo cotidiano, habitual y diario en los juzgados de Penal como en Violencia contra la Mujer”
“El interrogatorio que ha sufrido Elisa Mouliaá es algo cotidiano, habitual y diario en los juzgados de Penal como en violencia contra la Mujer, ya sea juez o jueza y es inadmisible en un Estado de derecho. Quiero denunciar que esto pasa todos los días en los juzgados de España. Hace falta formación en perspectiva de género, por supuesto, pero también en humanidad y en sentido común. Están buscando la mentira en la palabra de las mujeres, que es muchas veces a lo que se dedican los jueces y juezas, mientras el acusado parece tener presunción de veracidad. No se trata de aclarar y llegar a la verdad, si no de buscar esa mentira. Tendrían que tener de libro de cabecera el Estatuto de la Víctima. Nosotras desde el colectivo de violencia institucional no recomendamos denunciar. No es solo el interrogatorio, es todo el proceso. Allá por donde va pasando la mujer la van revictimizando, es increíble. Además, también la va a juzgar la sociedad. Les pediría a todos los implicados que acompañasen a las mujeres en ese periplo judicial para entender la violencia institucional y acabar con el bulo de las denuncias falsas. Porque se pasa tan mal que es poco probable que alguien se lo invente”.
Natalia Morlas, de la asociación Somos Más
“Se nos infantiliza, se pone el foco en ellas en vez de dónde debería ponerse que es en el agresor”
“Muchas veces sí se cuestiona la credibilidad o el relato de la víctima. Se nos infantiliza, se pone el foco en ellas en vez de dónde debería ponerse que es en el agresor, se recurre a la brusquedad y a las malas formas para interrogar a las mujeres, sin tener en cuenta las situaciones por las que han pasado y están pasando ellas, y sus criaturas. No nos olvidemos de los menores nunca. Y esto, a las víctimas de violencias machistas, nos supone una revictimización y un maltrato institucional brutal y atroz que se suma a las violencias ya vividas y que seguimos viviendo por parte de nuestros agresores. En cuanto a la formación, a la vista está, que sigue haciendo falta muchísima en todos los estamentos de la sociedad, y no solo en los juzgados, que también. Y no nos valen cursitos de dos mañanas, queremos formación real, reglada, continuada y una evaluación periódica de todos los operadores jurídicos. De su trabajo, de sus informes, sentencias y de su praxis. Sólo así, evitaremos que se trate a las víctimas, sus hijos e hijas, con formas inadecuadas y con una total falta de tacto, sensibilidad y empatía que no hacen más que agravar la situación en la que viven”.