De José Bretón al asesino de Alcubillas: los casos de violencia vicaria que aterrorizaron España

La violencia vicaria es una de las expresiones más aterradoras de violencia machista. Ha costado la vida a más 50 niños desde 2013 en España

Casos terribles de violencia vicaria - Violencia contra la mujer
Los peores casos de violencia vicaria que se recuerdan (Artículo14)

Acabar con aquello que más amas para que no puedas seguir ni un instante en pie. Golpear al corazón, y al alma, en lugar de al cuerpo. Eso es la violencia vicaria, una de las formas de violencia machista más crueles y aterradoras que existen. No es solo acabar con la vida de los hijos ―tus propios hijos, en algunos casos―, es hacerlo únicamente con el propósito de sesgar psicológicamente a la mujer, castigarla, herirla. No permitir que se recupere jamás. Destruirla con impiedad y sadismo. Matarla en vida.

Desde 2013, 50 hijos han sido asesinados por esta violencia vicaria en España. Concretamente, 26 niños y 24 niñas. Todos ellos fueron asesinados por sus padres, las parejas o las exparejas de sus madres. Una cincuentena de niños, víctimas de crímenes vicarios. Hay más datos, y todos ellos indican que estamos delante de agresiones machistas, en grado sumo. El 90 % eran padres, y en el 28 % de los casos había denuncias previas contra los asesinos por maltratos a la mujer. ¿El motivo? Darles su merecido… a costa de la vida de sus hijos.

Todos ellos, los 26 niños y las 24 niñas, tienen nombre y apellido, pero algunos casos han trascendido más en la escena pública y han tenido un mayor impacto mediático por el discurrir de sus historias y la crueldad de sus destinos. Estos son algunos de los casos de violencia vicaria más conocidos en España.

José Bretón y el asesinato de los pequeños Ruth y José

El caso de José Bretón - Violencia de género

José Breton, escoltado por la Policía Nacional (EFE)

Uno de los casos más mediáticos de violencia vicaria en nuestro país tuvo lugar en octubre 2011. Un mes antes, Ruth Ortiz Ramos le comunicó a su marido, José Bretón Gómez, que quería divorciarse. La relación se había convertido en un auténtico infierno para Ruth Ortiz, y la mujer había llegado al límite de lo soportable. Por ese motivo, decidió romper lazos con José Bretón y poner tierra de por medio.

No obstante, Ruth Ortiz no quiso separar a sus hijos de su padre. Los pequeños, de seis años ella (Ruth Bretón) y de dos años él (José Bretón), vivirían con su madre, pero podrían disfrutar de algún fin de semana con su progenitor. Después de haber sufrido un calvario y un tormento tras tantos años de matrimonio, la mujer quiso dar algo de normalidad a la situación. A fin de cuentas, era el padre de sus hijos. Tenía derecho, ¿no?

Lo que Ruth Ortiz Ramos no pudo imaginar era que la crueldad de su marido hacia ella y su deseo de venganza sería la tumba de sus propios hijos. El 8 de octubre de 2011, un mes después del anuncio de divorcio, José Bretón Gómez puso en marcha el plan para acabar con los pequeños. Un día antes, el 7 de octubre, el padre había recogido a sus hijos de Huelva y había regresado a Córdoba. Los dejó en casa de su hermana.

Una vez allí, José Bretón condujo su coche hasta la finca de sus padres para hacer los preparativos de lo que haría al día siguiente. De camino a dicha finca ―ya en el 8 de octubre―, suministró a sus hijos antidepresivos para adormecerlos y así poder asesinarlos con más facilidad. El asesino trató de hacer creer que los niños habían desaparecido en un área infantil. La investigación se abrió pasado y, finalmente, reveló la terrible verdad.

El caso de Anna y Olivia

Anna y Olivia Zimmerman - Violencia vicaria

La escultura de Anna y Olivia Zimmerman en Tenerife (EFE)

La noche del 27 de abril de 2021, Tomás Antonio Gimeno Casañas, padre de Anna y Olivia Zimmerman, secuestró a sus propias hijas en lugar de devolvérselas a su madre, Beatriz Zimmerman, como estaba previsto. El asesino llamó por teléfono a su expareja y le comunicó que iba a cenar con ellas, pero no era cierto. Apenas unos minutos después aquella llamada, Anna y Olivia fueron asesinadas en la casa de Tomás Antonio, ubicada en la localidad de Igueste de Candelaria (Tenerife).

Tras cometer el crimen, Tomás Antonio llevó los cadáveres de las niñas a su coche y se detuvo en la casa de sus padres. Los abuelos ni siquiera se dieron cuenta de nada. Esa misma noche, el asesino fue hasta el puerto tinerfeño de Marina. A las 21:30 horas, cargó en su barco un par de bolsas deportivas. Dejó el puerto en torno a las 00:30 horas de la madrugada. Minutos antes de zarpar, había llamado a la madre de las víctimas para decirle que nunca más volvería a ver ni a las niñas… ni tampoco a él.

Los dos crímenes de violencia vicaria que tuvieron lugar en 2023

El año pasado fue uno de los cursos más crueles en cuanto a violencia vicaria se refiere. Dos menores fueron asesinados por este tipo de violencia machista durante 2023 en España. La primera de esas víctimas fue India, de ocho años. La niña y la madre fueron asesinadas por su padre en Valladolid en enero de ese año. A finales de año, en noviembre, Abril (cinco años) y su madre corrieron el mismo destino que India. Los dos fueron asesinados por su padre en Madrid.

El asesino de Alcubillas

El pasado 18 de marzo de 2024, en Las Alcubillas, cerca de los términos municipales almerienses de Gérgal y Alboloduy, un padre asesinó a sus propios hijos y, posteriormente, se suicidó. Los acontecimientos tuvieron lugar en el cortijo donde el padre vivía desde que se había separado de su mujer. Los niños tenían dos y cuatro años, respectivamente. Fue la propia madre de las criaturas quien, ante la tardanza de su exmarido, acudió al cortijo a buscar a sus hijos. Lo único que encontró allí fueron tres cuerpos sin vida.