La equipación con la que Inglaterra disputa este miércoles la semifinal de la Eurocopa de fútbol contra Holanda no incluirá la ‘Camiseta 38’, pero para miles de mujeres se trata del distintivo más relevante del campeonato. Para las víctimas de violencia doméstica, grandes competiciones deportivas como el torneo europeo que estos días se celebra en Alemania representan una época de angustia disparada, y no por lo que ocurre en el terreno de juego, sino por la exacerbación del abuso sistemático que sufren a manos de sus parejas.
Ni el fútbol, ni el deporte en general, tienen nada que ver con la violencia, pero, desgraciadamente, las emociones que desencadenan y el habitual consumo de alcohol que llevan aparejado intensifican pautas preexistentes, que dan a los perpetradores la injustificable excusa para redoblar conductas agresivas. De ahí el uniforme alternativo creado por la organización de ayuda a las mujeres Solace (‘Consuelo’, en inglés) y el Centro Nacional de Violencia Doméstica, cuyo número representa el porcentaje de aumento de los casos de abuso registrados cuando el conjunto nacional pierde un partido, un 38%, según una investigación de la Universidad de Lancaster, basada en datos de 2002 a 2010.
“Nadie quiere que Inglaterra gane más que las mujeres”
La camiseta forma parte de la campaña ‘No Más Tiempo de Lesión’ (‘No More Injury Time’, en inglés) que ambas plataformas han promovido con motivo de la Eurocopa. La metáfora futbolística es intencionada, al igual que lo había sido la iniciativa de la ONG Pathway Project que se había hecho viral en 2018, coincidiendo con el Mundial de Rusia, que llevaba por lema: “Nadie quiere que Inglaterra gane más que las mujeres”.
Datos de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad a los Niños (NSPCC, en sus siglas en inglés) muestran cómo, durante aquella competición, las llamadas a la línea de ayuda de la plataforma aumentaron un tercio respecto a la media; mientras que en la quincena posterior a la final de la última Eurocopa, que Inglaterra perdió contra Italia a penaltis, hubo un 20% más de casos, una subida que la NSPCC considera, “con seguridad, que tiene algo que ver con el fútbol”.
Con todo, el mismo estudio que arrojó el dato del 38% revela que, aunque en menor grado, la victoria o el empate del combinado inglés también suponen un catalizador que eleva los incidentes de violencia, y lo hacen en hasta un 26%. El motivo, según análisis impulsados tanto por instituciones académicas, como por cuerpos policiales y la propia Fiscalía, se debe a que patrones de conducta agresiva empeoran cuando se dan situaciones que generan detonantes emocionales extremos, como tiende a ocurrir con el fútbol. Sucesivos estudios evidencian reiteradamente la tóxica combinación entre una pareja con un historial de violencia, una mayor ingesta de alcohol y un desencadenante emocional, una mezcla que suele ocasionar sucesos graves en el hogar.
Un partido grande puede ser el catalizador para agravar el abuso
Como consecuencia, para las víctimas, los torneos internacionales de fútbol pueden constituir un cataclismo de anticipación de violencia y ansiedad permanente, pese a que, como recalca Women’s Aid, también de ayuda a las mujeres, “el fútbol no causa abuso doméstico, pero un partido grande puede ser el catalizador para aumentar o agravar el abuso”. De hecho, desde la organización cuentan cómo, habitualmente, tanto las mujeres como los niños que están en sus refugios de acogida no quieren que la televisión muestre los partidos de Inglaterra, precisamente por el estrés post-traumático que les ocasiona.
Y es que frente a la euforia causada por el conocido como ‘deporte rey’, a las lágrimas de alegría tristeza, dependiendo del resultado, que provoca el fútbol en millones de personas en todo el mundo, para las mujeres, campeonatos como el que Inglaterra disputa en Alemania constituyen un caldo de cultivo para desatar una oleada de violencia en el hogar, generalmente, a puerta cerrada, independientemente de que la selección nacional gane o pierda.
Un estudio de la prestigiosa London School of Economics (LSE) concluyó que el abuso es todavía peor si el pitido inicial es antes de las 19.00 horas, debido a las sensaciones detonadas por el alcohol, a las que se unen las ocasionadas por el encuentro, especialmente si se salda con una derrota. La metodología de la LSE analizó datos policiales de ocho años en el área del condado de Greater Manchester, en relación a casi 800 partidos disputados por los dos grandes equipos de la zona: el Manchester City y el Manchester United.
La Policía mostró su apoyo a las víctimas
Por todo, ante la tendencia esperada ante esta Eurocopa, la policía había alertado ya del potencial aumento de los casos de abuso doméstico, desde el debut mismo de Inglaterra contra Serbia en la competición. La responsable de la materia en el Consejo Nacional de Jefes de Policía y subcomandante de la Policía Metropolitana, Louisa Rolfe, quiso mandar un mensaje a las víctimas, para recordarles el apoyo extra habilitado y urgir a cualquiera que sufra violencia en el hogar a denunciar inmediatamente.”
Rolfe convocó incluso en junio a los medios de comunicación a la sede de Scotland Yard, en el céntrico barrio londinense de Westminster, para condenar la “increíblemente trágica realidad” de que los torneos de fútbol supongan un mayor riesgo de abuso doméstico en todo el país. Los números, no en vano, son irrefutables: en precedentes recientes como el Mundial de Qatar, disputado a final de 2022, fuerzas como la policía del condado de Sussex detectaron que las llamadas al teléfono de emergencias relacionadas con el abuso doméstico se duplicaron en los días en los que jugaba Inglaterra.