A veces, quien se supone que nos debe proteger, en realidad, no lo hace. En dos semanas, un bebé de tres meses ha fallecido en Valladolid y otro de 20 días ha sido ingresado en Manacor debido a los malos tratos recibidos presuntamente por parte de sus padres. El primero está en libertad con cargos y el segundo en prisión provisional sin fianza. La pregunta que se hacen muchos desde la semana pasada es por qué el padre acusado presuntamente de matar a su hijo de tres meses en Valladolid está suelto y no en prisión provisional.
En Manacor, la noche del jueves 18 de julio, la madre se ausentó durante unos minutos de casa para sacar a pasear al perro. Dejó a cargo del bebé de veinte días a su padre que tenía que darle el biberón. El recién nacido comenzó a llorar y el padre, que se puso nervioso ante sus lamentos, comenzó a pegar al bebé. Cuando la madre llegó, se encontró a su hijo durmiendo en la cuna, pero de madrugada, observó como una de sus piernas no tenía tono muscular. Asustada, llamó a su madre que fue rápidamente y observó un tono amarillento en el recién nacido, motivo por el cual lo llevaron al hospital del Manacor.
Allí, los médicos detectaron lesiones y fracturas que el padre acabó confesando a los agentes tras varias declaraciones confusas. Tras esto, la madre del bebé también denunció a su pareja por malos tratos. Al pasar a disposición judicial, el juez ha decretado prisión provisional sin fianza para el padre del menor como presunto autor de un delito de asesinato en grado de tentativa.
Algo que no ha ocurrido en el caso de Valladolid. Los padres acudieron al centro de salud de la Pilarica al observar que su bebé de tres meses había perdido el conocimiento. Los médicos derivaron el caso al Hospital Clínico donde el bebé ingresó en la UCI por lesiones cerebrales. A los dos días, el menor falleció. El padre que agredió a varios sanitarios para evitar ser detenido fue puesto a disposición judicial donde el juez decretó su libertad con cargos. Una decisión que la mayoría de la ciudadanía no comparte.
Belén Zurita, jurista criminóloga y coordinadora del área jurídica de la asociación Por ti mujer, ha estudiado los dos casos para Artículo14. Explica que una de las posibilidades por las se ha decretado libertad provisional en el caso de Valladolid puede ser “no existe un riesgo para la víctima“, que desgraciadamente, ha fallecido a consecuencia de los malos tratos. Riesgo que si existe, y por partida doble, en el caso de Manacor, dado que tanto madre como hijo son víctimas de violencia de género. Además, la jurista también señala la importancia de la confesión del autor. Situaciones que el juez habrá tenido en cuenta para decretar el ingreso en prisión.
En el caso de Castilla y León se desconoce ningún dato sobre la madre. Tampoco hay una confesión y aun no se sabe nada de la autopsia. Además, hay que recordar que los jueces tienen que tener en cuenta en todo momento el principio de presunción de inocencia. Aunque hay muchas personas que no entiendan esto, Zurita advierte de que este hombre “tendrá un procedimiento judicial en el que tendrá que comparecer. Si luego resulta condenado, tendrá que cumplir con toda la pena interpuesta”.
Por el momento, según la opinión de la jurista, tampoco se puede hablar de casos de violencia vicaria. Pues hay que recordar que esta violencia es la que ejerce el padre sobre el hijo para hacer daño a la madre. Sin embargo, en estos casos, se desconoce “la finalidad criminal por la que ejercen violencia sobre el bebé”. No obstante, Zurita asegura que ella investigaría por esa línea y que a ella no le extrañaría que la madre del bebé de Valladolid también fuera víctima de violencia de género.
Zurita, debido a su experiencia en Por ti mujer, asegura que la violencia vicaria ocurre en muchísimos casos pero asegura que es “muy difícil de demostrar“. En el caso de Valladolid, habrá que esperar a la celebración del juicio para ver qué ocurre con el presunto autor de los hechos. “La autopsia ayudará al juez a ver los signos de violencia del bebé que certificarán que se trata de una muerte violenta y de que el niño no ha muerto por causas naturales”, explica finalmente la jurista.