“Y ahora, llegan los llantos. El dolor. La impotencia. Le he fallado a mi hija. Eso no me lo perdonaré en la vida”. Habla Manuel (nombre ficticio, para preservar su identidad). Su hija Mónica, de 49 años, ha sido brutalmente asesinada con un cuchillo de cocina. Su pareja, Juan, prendió fuego a su vivienda después de, presuntamente, matarla en el bloque 4 de la calle Sisón, en el barrio de Pajarillos, Valladolid.
“Le he fallado a mi hija”. Manuel, aún sin creerse lo que está diciendo, llora junto a los vecinos de su hija el asesinato de Mónica. Su hija contó a su hermana hace unos meses que su marido le había amenazado con matar a su familia si se separaba de él. Ella no denunció según han confirmado las autoridades a Artículo14. Tenía miedo de que las amenazas se cumpliesen. Ellos lo asociaron a una discusión “de pareja”. Al igual que los pocos vecinos que escucharon, de boca a boca, esta historia.
En este bloque de edificios todos se conocen. Pasean a sus perros juntos a diario, se desahogan. Las penas compartidas, dicen, se llevan mejor. Hasta que esa pena llama a la puerta a las ocho y veinte de la mañana de un 12 agosto. Mónica, la mujer que “baja la cabeza” al ver a sus vecinos por el barrio, la que “solo sale de casa para pasear a sus perros”, la que “no media palabra” con Rafa, Fran o Natalia (vecinos de “toda la vida”) desde hace un par de años obligada por su marido, cuentan, ha sido asesinada mientras ellos dormían. Esa pena hoy no hay quien la lleve.
“Escuché un fuerte golpe sobre las cuatro de la mañana, pero no le di importancia. Juan (la pareja de la víctima) siempre andaba trasteando en casa. Imaginé que sería una trastada más”, cuenta Rafa, el vecino que dio la voz de alarma cuando vio salir humo por la ventana de sus vecinos. “Llamé a la Policía porque vi que se incendiaba la casa. Pero nunca imaginé que encontrarían a Mónica asesinada en su cama”.
Edificio de Pajarillos en el que los bomberos han encontrado el cadáver de una mujer con signos de violencia
Tampoco lo imaginó Fran, vecino del bloque de enfrente. “Juan era una persona agresiva, siempre con malas caras, broncas. Todo le molestaba. Bebía mucho, y se medicaba por problemas de salud mental. Pero no pensé que fuese a matarla, nunca los veíamos juntos.”, asevera. Él mismo lo denunció por agresiones: lo azotó con la correa de su perro después de una discusión porque el perro de Juan había mordido al de Fran.
Tampoco Natalia, que asegura que el presunto asesino de Mónica “la tenía amordazada” y que “él era muy agresivo” pero que “nunca les he visto discutir”.
La Policía Nacional ya ha detenido al presunto asesino de Mónica. Casi 12 horas después de cometer, presuntamente, el crimen. Huyó a Vigo tras incendiar, presuntamente, la casa. Testigos oculares lo vieron salir del portal con una maleta y arrancar su coche sobre las 8:15 de ayer. Tan solo unos minutos antes de la primera llamada de alerta de incendio en el 3ºB de la Calle Sisón de Valladolid que consta en dependencias policiales.
La Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género mantiene su investigación para confirmar que se trata de un nuevo caso de violencia machista. De confirmarse, Mónica será la víctima número 29 en lo que va de año. Una mujer que, tal y como relatan sus vecinos, vivía amordazada por un hombre agresivo, alcohólico y con varias denuncias por agredir, también, a otros vecinos.
Vecinos, familia, que hoy harían lo que fuera por “salvar su vida” si hubiesen visto a tiempo- aunque ella sí lo dijo- lo que Mónica gritaba en silencio “cabizbaja” y “sin mediar palabra” paseando a sus 3 perros en el barrio de Pajarillos: necesito ayuda. Soy víctima de violencia machista.